¿En mundo con tantos problemas transversales y globales, tiene sentido que haya formaciones políticas como la suya, centradas exclusivamente en el ecologismo?

Nos centramos en el ecologismo pero también en todas los asuntos que debe denunciar una formación de izquierdas. En todo caso, el ecologismo debe ser troncal en cualquier formación de izquierdas.

¿Y no lo es? Todos los partidos de izquierdas aseguran que sí.

Una cosa es tenerlo nominalmente en el programa y en los discursos públicos, y otra diferente es que realmente el ecologismo tenga la prioridad que debe tener. En eso, desde luego, en lo que fue Unidas Podemos, la influencia que tuvimos hizo posible avances muy importantes. Nuestra presencia demostró que el tener una opción política verde, una opción política ecologista, tiene consecuencias reales en la acción política de esa organización.

Los verdes, en horas bajas

En todo caso, los partidos verdes parecen estar en horas bajas.

“Los verdes alemanes han abandonado el ecopacifismo y eso ha sido muy dañino para los partidos ecologistas”

Eso es así por el error estratégico, sobre todo, de los verdes alemanes, que se han alejado del origen ecopacifista de Petra Kelly y los primeros impulsores del partido.

Han llegado a apoyar la modificación de la Constitución alemana para aumentar el gasto en defensa en su país.

Sí, eso demuestra su deriva y que ya no representan lo que representaron para el movimiento ecologista y pacifista.

En términos globales, es indudable que existe más conciencia medioambiental que nunca. Sin embargo, también está creciendo exponencialmente el negacionismo e, incluso, el antiecologismo. ¿Cómo se lo explica?

“Como hemos visto con la DANA, el negacionismo climático tiene unas consecuencias catastróficas”

Yo iría más allá. Cuanto más grave es la situación ambiental y más evidente es la gravedad de sus consecuencias, el negacionismo crece. Creo que es consecuencia del miedo inducido, que está empujando a mucha gente a alinearse con la extrema derecha antiecologista. Eso es muy peligroso, como acabamos de ver con la DANA en el sudeste peninsular, cuyas tremedas consecuencias se debieron a las posturas de un gobierno negacionista como el de Mazón.

¿Cómo distinguir hoy lo que es verde de verdad? Hasta las multinacionales energéticas presumen de serlo.

Ha habido un abuso del llamado greenwashing, es decir, hacer pasar por ecológico lo que no lo es. Sin embargo, ahora estamos viendo algo relevante. En consonancia con el discurso dominante antiecologista, ya muchas empresas han dejado de disimular. El lado positivo es que nos permite ver quiénes sí apuestan por lo verde por convicción.

¿Estamos dispuestos a prescindir de comodidades a cambio de un planeta más limpio?

El planteamiento es más profundo. Podemos vivir mejor teniendo, a lo mejor, menos bienes materiales. No es vivir peor sino vivir de otra manera, por ejemplo, alargando la vida de los electrodomésticos y reutilizando los productos en lugar de que todo sea desechable y reemplazable por otro producto.

Pero eso implica un afección a la economía. Si se produce menos, hay menos empleo. Mire el ejemplo de la UE, que alarga los plazos para reducir las emisones de los vehículos porque el impacto para la industria sería enorme.

Efectivamente, aplicar unas políticas verdes puede tener determinados impactos. Pero no mayores, por ejemplo, que los aranceles de Trump.

Contradicciones verdes

¿Por qué quienes defienden las energías alternativas, como la eólica, se oponen a la puesta en marcha de parques eólicos en nombre de la ecología?

Lo que está pasando es la consecuencia de una mala política energética. Se apostó por el gas y se abandonaron las renovables. Eso no se puede arreglar de un día para otro, poniendo parques eólicos donde quizá no deberían ponerse. No es contradictorio apostar por las renovables y pedir que su implantación se lleve a cabo bien.

Seguimos con otras contradicciones del ecologismo. Dicen defender al sector primario, pero cuando los ganaderos piden controlar la población de lobos que les diezman sus rebaños, ustedes se niegan frontalmente.

“Los aranceles de Trump son mucho más dañinos para el campo que los que causan los lobos en los rebaños”

Yo comprendo al ganadero que se queja de las pérdidas. Pero entiendo que el Estado tiene capacidad para compensarle por los daños que sufre por los ataques de los lobos. Lo que no entiendo es la persecución sistemática que se hace contra los lobos, cuando la realidad dice que los daños que causan son mínimos. Vuelvo al ejemplo anterior: los aranceles son más dañinos para el campo que los lobos.

Podemos, socio estratégico

Entremos ya en cuestiones de política general. Alianza Verde forma parte de la órbita de Podemos.

Tenemos una alianza estratégica con Podemos y trabajamos por la creación de un espacio político a la izquierda del PSOE capaz de generar una alternativa atractiva para la gente y que arrastre el voto, como hicimos en 2016 o 2019.

¿Es posible ahora reconstruir aquella unidad de la llamada izquierda confederal? Todos los indicios apuntan a que estamos muy lejos,

Nosotros hemos pasado esa pantalla. Recuerda todos los intentos, por ejemplo, en las elecciones vascas, donde llegamos a plantear que la candidata de Podemos, Miren Gorrotxategi, diera un paso a un lado. Pero nos dieron con la puerta en las narices. Por eso, nosotros en lo que estamos ahora es en construir nuestro espacio.

"Hemos pasado pantalla"

¿En esa ecuación entra Sumar?

Ya digo que hemos pasado esa pantalla. Además, hay que ver qué pasa con Sumar y sus distintas diferencias internas. Las discrepancias son muy grandes. A partir de ahí, veremos.

¿Cómo se puede llegar al nivel de inquina que hay entre Podemos y Sumar, cuando se ha compartido proyecto, ilusiones y hasta muchas cañas?

Creo que no tenemos que mirar las diferencias personales. Debemos fijarnos en las diferencias políticas. Esto no es personal. Va de ideología. Yo tengo una pregunta: ¿por qué, cuando surge Sumar, se nos veta a determinadas personas? Seguramente, porque representamos una línea de actuación más crítica e independiente de lo que al PSOE le interesaba. El Partido Socialista trató de configurar un opción a su izquierda que le fuera más amistosa. Y ahí no entrábamos algunas personas, pero no por quiénes fuéramos, sino por nuestros posicionamientos políticos, que les resultaban incómodos.

Curiosamente, estamos viendo que también Sumar manifiesta su incomodidad dentro del gobierno de coalición con el PSOE.

Eso es lógico. Es muy difícil asumir los planteamientos de este PSOE, que ha pegado un giro evidente al belicismo. Lo del contrato de las balas con una empresa israelí, por poner el ejemplo más reciente, es inasumible para cualquier opción de izquierdas. No entiendo que desde la izquierda se pueda seguir apoyando a un gobierno que realiza este tipo de políticas.

Lo que ocurre es que la alternativa es romper el gobierno de coalición y facilitar la llegada de un gobierno de PP y Vox.

“El Gobierno de Sánchez hace políticas de derechas. Es decir, pone alfombra roja a un gobierno de PP y Vox”

Hay otra alternativa, que es que el gobierno español haga políticas de izquierdas y deje de hincar la rodilla frente a la derecha, que es lo que realmente está haciendo en este momento. A mí no me parece de recibo hacer políticas de derechas para que no entre la derecha. Eso es solo poner una alfombra roja para que llegue la derecha. Es que, si vas a hacer esas políticas, la gente no votará a la copia sino al original.

¿Mejor elecciones?

¿Pero, en el momento en el que estamos, no sería arriesgado provocar unas elecciones?

Lo que es arriesgado es lo que está haciendo el PSOE desde el gobierno, olvidando que gran parte de sus apoyos vienen de la izquierda y girando constantemente hacia políticas belicistas, como destinar 10.000 millones de euros a políticas de Defensa, sin tener presupuestos y, siquiera, sin promover un debate en las Cortes. Eso se hace, además, para cumplir el mandato de Trump.

¿El mandato de Trump?

Sí, diga lo que diga, ha cumplido la voluntad de Trump, que es aumentar el gasto militar. Yo, al contrario, creo que el gobierno de Sánchez tiene una oportunidad de dar un giro y enfrentarse a Trump y la OTAN. No podemos continuar con el seguidismo de Trump y de la OTAN.

¿Cree que la legislatura acabará descarrilando? Si es así, ¿lo hará por el lado de Junts o por el de Podemos?

El riesgo viene de las propias decisiones que está tomando el PSOE. No es ni Podemos, ni Esquerra ni Bildu. El Gobierno adopta medidas que complacen a sus socios de derechas, pero que irritan mucho a sus socios de izquierdas, que son (que somos) mayoritarios, Entonces, es el Gobierno el que pone en riesgo la legislatura. Apuntar a Podemos me parece que no es apuntar al verdadero causante. El causante, insisto, es el Ejecutivo que adopta medidas que irritan profundamente a la izquierda.

Miremos la situación de la llamada izquierda confederal en Euskal Herria. En la CAV el divorcio es total. Sin embargo, en Navarra se mantiene una cierta unidad.

“En las comunidades donde no existe Sumar, como ocurre en Navarra, se mantiene la unidad de la izquierda”

Es una situación muy interesante para el análisis. Hay comunidades como Navarra (y lo mismo ocurre en Extremadura) en las que Sumar no apareció, y es ahí donde se mantiene el espíritu original de lo que fue Unidas Podemos. Desgraciadamente, donde Sumar irrumpió o disruptó, se dinamitó la unidad de la izquierda y provocó la situación en la que estamos ahora mismo.

Vuelvo a preguntar: ¿una situación sin vuelta atrás?

Y yo vuelvo a insistir: lo primero que tenemos que saber es qué va a ocurrir con Sumar. A partir de ahí, nosotros seguimos estando en lo de siempre: construir un acuerdo político que pueda recuperar el apoyo mayoritario de mucha gente a la izquierda del PSOE. Es una labor difícil a la que merece la pena dedicar nuestros esfuerzos porque hay una evidencia, algo que todo el mundo está diciendo a día de hoy: Sumar está muerto. Ha fracasado como proyecto. Eso quiero decir: que habrá que trabajar para recomponer la alternativa desde la izquierda real.