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Ola ArafatPresidenta de Salam Gaza Nafarroa

“En Gaza agradecen las manifestaciones, pero necesitan comer. Para resistir hace falta sobrevivir”

Gazatí residente en Pamplona, relata que en dos años de genocidio ha perdido a 86 familiares. Activista referente, ha creado una asociación sin ánimo de lucro

“En Gaza agradecen las manifestaciones, pero necesitan comer. Para resistir hace falta sobrevivir”Unai Beroiz

Ola Arafat (Gaza, 1977) vive en Pamplona desde 2002. Viste con ropa tradicional palestina en las ocasiones señaladas, confeccionada por su abuela y por su madre. “Después de que hayan arrasado Gaza es la única herencia que tengo de allá”, explica. Se siente embajadora de Gaza en Navarra y de Navarra en Gaza. Es escéptica con el devenir y realidad del alto el fuego. DirigeSalam Gaza Nafarroa, asociación de ayuda que puso en marcha en pleno genocidio. “La presión política tiene que seguir pero con un camino humanitario en paralelo”. Ahora más que nunca lo necesitan”.

Le entrevistamos en diciembre de 2023 y nos impactó su testimonio. ¿Cómo se encuentra ahora?

–Tengo sentimientos muy mezclados. Estoy más tranquila porque por lo menos de momento no voy a recibir una llamada con la muerte de un hermano o de un sobrino. Por primera vez he dormido toda la noche sin levantarme a coger el móvil a ver dónde estaba el ataque. Por otra parte como en anteriores treguas siempre rotas por parte de Israel, me pregunto hasta cuándo esta tranquilidad. Esta tregua es más frágil que la anterior.

¿Por qué?

–Porque en la anterior los puntos estaban bien estudiados, y con todo, la rompieron. Esta tiene una segunda fase para negociar el desarme de Hamás. ¿Van a llegar a acuerdos o van a coger sus rehenes y arrasar todo otra vez? Porque las manifestaciones en contra de Netanyahu no eran porque estén a favor de Gaza, sino por miedo a sus rehenes. Me preocupa qué va a pasar en el futuro, y si es la tranquilidad antes de la tormenta.

“Por lo menos de momento no voy a recibir una llamada con la muerte de un hermano o sobrino. Pero esta tregua es más frágil”

¿Cuántos familiares ha perdido?

–Hasta ahora 86. De mi parte y de la de mi marido. Dos familiares por hambre, niños pequeñitos. Me dolió muchísimo. Otro por frío... Perdí primos, tíos, tías ...

Cuando está trabajando para que no muera la gente de inanición.  

–Sí. Recibía cada noticia, lloraba, me indignaba muchísimo, pero sentía alivio por que no fueran mis hermanos ni mis sobrinos. La muerte del hermano de mi marido me dolió mucho, no se puede imaginar lo que lloré, pero en mi corazón sentía alivio.

Emociones comprensibles.

–A veces me siento mala por pensarlo, se lo juro por pensarlo. Hasta eso hemos llegado. Y siento como una victoria que ocho sobrinos y estos dos hermanos hayan sobrevivido.

Luego están las amistades que han muerto en estos dos años.

–Uf, incontables, algunas desaparecidas bajo los escombros, que estudiamos la carrera juntas o en el colegio, o compañeras de trabajo en el Hospital Al-Shifa. Con esta desgracia ya no miras en las amistades, sino en lo más cercano tuyo.

“Salam Gaza Nafarroa es un puente directo hacia el interior de Gaza. Trabajamos con tres ONGs dentro del terreno”

¿Cómo fue el impulso de crear Salam Gaza Nafarroa?

–Yo estaba en Yala Nafarroa, hablaba con gente de Gaza y enviaba fotos de nuestras manifestaciones, y lo agradecían, pero lo que necesitan es comer y vivir. No te confundas, me dijo un compañero, para resistir hace falta sobrevivir. El problema de Gaza no se inició el 7 de octubre, viene desde hace 75 años atrás, desde 1948. La mayoría de la población navarra ya lo sabe, y pensé en la ayuda humanitaria.

¿Cómo llega la ayuda?

–Salam Gaza Nafarroa es un puente directo hacia el interior de Gaza. No hace falta entrar por la frontera para actuar. Nosotros trabajamos con tres ONGs dentro del terreno, que funcionan desde hace muchísimo tiempo. Una de ellas desde 1949, trabaja especialmente con los huérfanos. Otra es de agricultores y pescadores, con más de 30 años. Las tres son independientes y autorizadas por la Autoridad Nacional Palestina. Civiles que trabajan solo en ayuda humanitaria. Salam Gaza recauda en Navarra y manda dinero a estas tres ONGs.

¿Cómo se financian?

–Empezamos en mercadillos vendiendo pastas sin parar, gracias a estar en el terreno repartimos agua y pan cuando la gente bebía de los charcos de la lluvia y sufría una hambruna. La gente normal lleva años sin trabajar, no tiene dinero, por eso moría de hambre. No me avergüenza decirlo. Con el dinero que envía Salam Gaza compramos en el mercado negro, porque en todas las guerras lo hay. Me da orgullo decirlo, me da igual cómo salvemos vidas, lo más importante es salvarlas.

“No me avergüenza decirlo. Con el dinero que envía Salam Gaza compramos en el mercado negro, lo más importante es salvar vidas”

Tienen el apoyo de particulares e instituciones.

–Fuimos al Parlamento de Navarra en marzo de este año para presentarnos en una comisión. Estoy muy orgullosa del pueblo navarro. Tuvimos el apoyo de todos los grupos parlamentarios sin excepción. No lo esperaba. La filosofía de Salam Gaza es dejar por primera vez en la vida las diferencias políticas a un lado y unirnos por la ayuda humanitaria. Cualquier ayuda de cualquier lado, da igual el color del partido, bienvenida será. Nos presentamos a los 20 ayuntamientos más grandes en Navarra. Muchos nos han ayudado y otros lo están estudiando.

¿A cuánta gente atienden?

–Nos enfocamos en un refugio que tiene a quinientas familias viviendo allá, 3.500 personas, 240 de ellas son huérfanos, rescatados de debajo de los escombros. Hacemos una ayuda básica: agua, pan y más comida. Cuando empezamos este refugio estaba en el sur de la Franja. Después con la tregua de enero de 2024 pasaron al centro, hace tres meses pasaron otra vez al sur y ahora han vuelto otra vez. Ojalá que un día crezcamos y el refugio sea más grande y nos ocupemos de más gente.

En Navarra se ha sentido respaldada, pero parte de la sociedad ha sido indiferente o lo ha justificado.

–Yo nací y me crié en Gaza, hasta los 25 años, he vivido la ocupación. Tengo un trozo de una bala en mi pierna, sé cómo es estar en un colegio y que se entre y se dispare a los niños solo por disparar, correr junto a niños mientras los judíos disparaban desde atrás. Mi fuerza viene desde hace muchos años. Este miedo lo he vivido en primera persona, he sobrevivido a muchos ataques allá. Creas una autodefensa, una fortaleza. Aunque cuando estoy sola, en mi casa, esta mujer fuerte es peor que una niña de tres años. Pero no me queda más remedio que mantener esta figura de fortaleza. Me considero la voz de la gente que no puede sacar su voz. Y está la fortaleza y el apoyo que me transmite la gente cada vez que me pide un abrazo. Es energía positiva. Navarra me ha transmitido muchísima fuerza, más que la que tengo yo por ADN.

“Nos presentamos en el Parlamento en una comisión. Estoy muy orgullosa del pueblo navarro.Tuvimos el apoyo de todos los grupos”

¿Cuál es el estado de ánimo de la población sobre Hamás y lo que puede venir de inmediato?

–No voy a meterme en lo que está pasando dentro de Gaza porque llevo tiempo fuera y no sé exactamente lo que está pasando, prefiero no hablarlo. Creo que lo que ha pasado en estos dos años ha dejado claro a todo el mundo que el problema nunca ha sido Hamás. El problema es el ocupante israelí, porque lo que está pasando en Cisjordania es casi igual, pero a escala menor, y no está Hamás.

¿Dónde están en este momento sus familiares que han sobrevivido?

–Han vuelto a la ciudad de Gaza, donde el hospital Al-Shifa, encima de los escombros de nuestra casa de toda la vida. Han puesto tiendas de campaña pequeñitas. Está todo destruido. Están encima de los cadáveres de 34 familiares, pero con la mentalidad de no dejar nuestra tierra por nada del mundo. Si tuvieran la oportunidad de salir o de venir aquí no querrían. Quieren estar allá. Dicen que están en su tierra. Han vuelto por el corazón. Se tienen que desplazar horas y hacer cola desde la madrugada para llegar las botellas. Para comer algo tienen también que desplazarse, estar horas esperando y quizás volver sin un plato. Tienen una vida muy dura. Lo que hace esta gente solo lo puede entender un gazatí palestino. Es el ADN palestino, incomparable, sin la lógica o sentimiento de uno que ha vivido en Navarra, porque la situación no tiene nada que ver. Allá desde el primer día nacimos a resistir y no dejar nuestra tierra. Somos los únicos dueños de esa tierra y no la vamos a dejar fácil.

“El número de muertos en Gaza se duplicará por mucho. Más de doscientos mil cuerpos no registrados están debajo de los escombros”

¿Cuántas personas han muerto en total? Se apunta a un número de asesinados mucho mayor.

–La población de Gaza era de dos millones cuatrocientas mil personas y ahora dos millones cien mil, entre los que migraron y se han muerto. Los muertos se duplicarán por mucho. Las cifras que se conocen son las de los cuerpos muertos registrados que llegaron al hospital, pero en mi caso, por ejemplo, hay 34 debajo de los escombros que no constan. Más de doscientas mil están debajo de los escombros. El 50% de la población tiene gente así. Hasta ahora los desaparecidos llegan a 250.000. Y hay quien habla de 680.000.

Además de los muertos, están los daños psicológicos, físicos...

–El cien por cien de la población gazatí está dañada, no hay ninguna excepción. Pero no hay más remedio que sobrevivir. El objetivo de Israel es que salgan.

“Pese al genocidio la voluntad continúa”

Netanyahu ha presumido de que podría haber matado aún a más gente.

–Es un criminal. Lo que me duele por dentro no es lo que hace Israel, que ya sé que quiere arrasar todo. Lo que duele es el silencio de todo el mundo, los aplausos en EEUU a un criminal como él, como si fuera un héroe. Yo digo a la gente que no se engañe con este alto el fuego. No hay alto el fu ego sin justicia, sin reconstrucción de todo, sin que todos los heridos tengan su tratamiento. No hay alto el fuego sin los derechos del estado palestino, sin el derecho de los palestinos a elegir su futuro y que no elijan más por ellos. Tienen que elegir qué va a pasar con Palestina a todos los niveles. No hay alto el fuego sin todo eso. Si no, ¿sabe que habrá?

Dígamelo.

–¿Qué pasa cuando tapas una herida sin limpiarla por dentro? Lo puedes hacer, sí, pero al cabo de los días el pus saldrá y va a ser más grave. Es lo que hace ahora este alto el fuego, esta tregua frágil, porque tapan la herida sin limpiar. Y así va a salir más inflamación y más dolor de esta herida. Pido justicia, todos los que han hecho este crimen tienen que ser condenados ante un juez. Por eso pido a todos los ciudadanos de Navarra que no caigamos en la trampa de que hay un alto el fuego. No lo hay sin justicia. Gaza era un cárcel, pero ahora se ha convertido en un cementerio, en una fosa común. Y los vivos son cadáveres vivientes, sin alma.

A veces nos quedamos en la imagen del gazatí alegre.

–Lo he dicho, detrás de la figura de cualquier gazatí fuerte hay un niño de tres años que llora.

El logotipo de su asociación es un pájaro, y esa elección tiene una historia tremenda detrás.

–Llevo en Navarra desde hace 23 años, aquí hay dos idiomas que marcan la cultura, que son el euskera y el castellano. Junto a mi idioma natal, el árabe, formé el nombre de nuestra ONG. Salam quiere decir paz en árabe. El logo es un pájaro gigante que lleva a una niña y a un niño. Mi primo siempre me decía: ojalá que viniese un pájaro grande para llevar a nuestros hijos afuera. Después bombardearon su casa y él murió junto a sus hijos y su mujer. Por eso quise que seamos nosotros, los navarros y las navarras, este pájaro que salva a los niños de Gaza ayudándoles a sobrevivir, dándoles agua y comida. Tenemos un lema: Pese al genocidio nuestra voluntad continuará. Este lema lo ha elegido la gente de Gaza.