Ubicado en la comarca de Tafalla, a unos 53 km del sur de Pamplona, está el que para la revista Viajar es "el pueblo medieval más bonito de Navarra". Un municipio situado en la Sierra de Ujué, a una altitud de 815 m sobre el nivel del mar, que cuenta con poco más de 170 habitantes.

El "precioso y amplio patrimonio histórico" que esconde Ujué

Según explican desde la publicación, "su situación geográfica premió a esta villa como enclave histórico defensivo, por ello no es de extrañar que su primera función fuese como fortaleza para frenar a los árabes. Ujué esconde un precioso y amplio patrimonio histórico que la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España ya reconoció añadiéndole a su preciada lista. Su nombre fue recogido por la documentación medieval como: "uxue", aunque a veces la villa aparezca con el nombre de Santa María en referencia a la conocida Virgen que apareció en torno a la zona de la villa".

Ujué, el pueblo medieval más bonito de Navarra para la revista Viajar

"Con su arquitectura mítica medieval, en tu paseo por esta pequeña villa encontrarás mucha, pero que mucha piedra. Este es el material que conforma las casas y calles de Ujué. Comenzarás por la parte baja del pueblo, donde te espera la conocida como Plaza de Pilarraña, una preciosa plaza medieval que te da la bienvenida a esta maravillosa villa. Siguiendo tu camino y subiendo algunas de las cuestas que conforman el pueblo llegarás a la Plaza Mayor que te llevará a la parte más alta del pueblo donde está la fortaleza, el icono del pueblo de Ujué", relata Paula R. Insunza en la publicación de Viajar.

Además, la primera revista española de viajes habla de "aquel rey que dejó su corazón, literalmente, en este pueblo". Según explica, Carlos II de Navarra, tuvo dos etapas de reinado: "la primera más centrada en los asuntos franceses, del cual surge su apodo ahora debido a las contiendas y castigos que repartió entre ellos, y un reinado navarro, en el cual se interesó y amo todos los aspectos de la península".

"Ujué siempre estuvo en el corazón y la cabeza de Carlos II. Construyó aquí varios edificios públicos y se preocupó por el estado de la imagen de la Virgen y la iglesia de Santa María. Esta predisposición por el pueblo se la contagió a su hijo Carlos III, quien organizaba peregrinaciones al santuario desde su corte de Olite, costumbre que por cierto también heredó su hija. Pero la prueba de que Carlos amaba con locura Ujué se dio cuando en su testamento escribió que al morir su corazón debía descansar en la iglesia, junto a la Virgen de Santa María. A día de hoy todos los turistas pueden visitar el corazón de Carlos II de Navarra, que está bien guardado en la Iglesia Fortificada de Santa María, enclavada en lo alto de la sierra de Ujué", relatan en la revista Viajar.