Todos sabemos que cuando tenemos cita para someternos a un análisis de sangre debemos acudir en ayunas, salvo que el médico nos indique lo contrario. El ayuno consistirá en no comer ni beber nada durante las 8 horas previas a la extracción de la sangre (en algunos casos se podrá indicar que la duración del ayuno sea mayor o menor). 

La razón de este ayuno es que la comida y la bebida son absorbidas en el torrente sanguíneo y pueden afectar a los resultados de algunas pruebas. Las analíticas se suelen programar por la mañana temprano con el fin de que el ayuno se lleve a cabo durante la noche. Además, como se recomienda hacer una cena ligera la víspera de la extracción, es conveniente desayunar nada más terminar la prueba. 

Dos son los análisis de sangre más comunes en los que es necesario el ayuno: las pruebas de glucosa (para medir el azúcar en la sangre y diagnosticar la diabetes) y las pruebas de lípidos (para medir los triglicéridos y el colesterol y diagnosticar si existe un mayor riesgo de sufrir enfermedades del corazón).

Una enfermera coloca la goma en el brazo antes de extraer la sangre. Freepik

Y, como ya sabemos, por eso de la atracción que despierta lo prohibido, en esas horas previas a la prueba nos apetercerá llevarnos a la boca cualquier tipo de alimento. Pues bien, además de no poder probar bocado, tampoco podrás fumar, chupar caramelos o mascar chicle. Tampoco podrás beber zumos, alcohol, cafés, refrescos ni cualquier otro tipo de bebida, eso sí, con una excepción: el agua.

Beneficios de beber agua

Frente a la creencia popular de que beber agua antes de un análisis de sangre está prohibido, lo cierto es que hacerlo de forma moderada hará que haya más líquido en las venas y que estas se dilaten y sean más visibles, lo que facilitará la extracción. Al ser una sustancia sin calorías, grasas o azúcares no alterará los resultados de la prueba.

En el caso del hemograma (análisis en el que se hace un recuento de glóbulos blancos, glóbulos rojos, plaquetas, etc.) puede alterarse si se ingiere un gran volumen de agua, puesto que, al aumentar el volumen circulante, podrá variar la concentración celular. 

Un tubo con la sangre extraída. Freepik

Si por error durante el ayuno comemos o bebemos algo, debemos comunicárselo antes de la prueba al médico o al profesional de la salud correspondiente y lo más probable es que nos reprograme la cita para otro día en el que hayamos podido completar el ayuno.

Otro de los aspectos a tener en cuenta antes de someterse a un análisis de sangre es que no se puede hacer ninguna actividad física intensa durante las 24 horas previas a la extracción. Hacerlo podría modificar ciertos parámetros sanguíneos (variación de los glóbulos rojos, bilirrubina, potasio o ácido úrico).

En el caso de los medicamentos, debemos consultar al médico si podemos tomarlos antes de la prueba, ya que algunos de ellos deben ser ingeridos con comida. 

De todas formas, además de seguir estos consejos, la mejor forma de garantizar que los resultados de cualquier prueba de laboratorio sean correctos, precisos y fiables es seguir siempre las indicaciones que nos den los facultativos en cada caso.