¿Cómo una persona normal, con una vida y entorno normales puede acabar en una relación destructiva? ¿Por qué es tan difícil salir de ellas, aunque sepas que sería lo correcto? ¿Por qué me han hecho ghosting? Y lo más importante, ¿cómo se sale de las relaciones tóxicas y del sufrimiento? Son las preguntas clave que sostienen el entramado argumental de Eva Gutiérrez, psicóloga especializada en relaciones de pareja, quien da respuesta a estas y otras muchas preguntas en su libro Si es tóxico, no es amor, de la mano de la editorial Penguin Random House. Respuestas basadas en su propia experiencia y en ejemplos de consulta, explicando las herramientas útiles para detectar a tiempo una relación insana.

Eva Gutiérrez nos da las claves para detectar una relación tóxica y salir de ella. Cedida

¿Cómo definiría las relaciones tóxicas? ¿Cuáles son las claves para saber que son tóxicas?

El término tóxico, aunque esté mal decirlo, se ha puesto muy de moda. Una relación tóxica es un vínculo que genera daño a una parte de la pareja o a las dos. Partiendo de esa base, el concepto tóxico es distinto para cada persona, porque a cada uno le genera toxicidad una cosa, mientras a la otra persona no. Lo importante para mí es que cada uno interiorice lo que le está haciendo sentir esta relación, si me hace sentir bien o, por el contrario, tengo una sensación de que algo no está funcionando bien.

¿Cuándo son más frecuentes estas relaciones tóxicas, en la juventud, en la edad adulta o en la tercera edad?

Lo que veo en consulta es que hay muchísimos comportamientos que tenemos muy interiorizados y normalizados, sobre todo entre la gente joven, y que no tendrían que estarlos. Son comportamientos sutiles que no llegan a ser violencia pura y dura, pero que no los tendríamos que aceptar como normalizados. Los dispositivos electrónicos y las redes sociales tienen bastante que ver con la normalización de ciertas conductas que no son todo lo sanas que debieran ser.

¿El chantaje emocional y la toxicidad pueden ser tomados como sinónimos?

Claro que sí, el chantaje emocional para mí es un tipo de manipulación y siempre que haya manipulación entre dos personas es algo insano, tóxico y dañino. Muchas veces tenemos interiorizadas cosas que tenemos muy claro que no permitiríamos dentro de nuestra relación de pareja como, por ejemplo la violencia física, pero no está igual de interiorizado todo lo emocional y psicológico; y en todo este saco meto el chantaje, que no hace menos daño que el físico y es igual de tóxico.

¿Quiénes sufren más la toxicidad: hombres o mujeres?

Hasta el pasado año había trabajado, sobre todo, con mujeres. Y cuando me lancé a esta aventura que para mí han sido las redes sociales, lo hice con un mensaje hacia ellas, pero empecé a recibir un montón de mensajes de hombres que me decían que ellos estaban viviendo lo que yo estaba describiendo; hombres que me decían que parecía que les estaba mirando en su casa por un agujerito porque se sentían tremendamente identificados. Creo que las relaciones tóxicas no tienen género; se dan tanto en hombres como en mujeres.

¿En el amor, quien pone más, si después hay un fracaso, es el que más sufre?

Siempre digo que las relaciones sanas deberían ser equitativas. No hay que pensar en un 50%, porque las situaciones personales son muy diversas. Por ejemplo puedo estar pasando una situación mala temporalmente y tú tienes que tirar más del carro y al revés. Pero lo que sí tienen que ser son equitativas. Cuando uno de los miembros de la pareja es el que insiste y más pone de su parte, y el otro se deja arrastrar, al final el que acaba sufriendo es el que más ha puesto. Claro que sí.

En la juventud actual me sorprende el control de ellos sobre ellas. ¿Puede convertirse ese control amoroso en una relación tóxica?

El control, en muchas ocasiones, sobre todo en la gente muy joven, está muy normalizado. Se entrelaza el control con los celos porque piensan si te controlo es porque te quiero. Realmente no es así. Una conducta de control es querer tener el poder sobre ti, independientemente de que sea con qué vistes, con quién sales, o a qué hora vuelves. Todo lo que sea controlar a una persona no es sano.

Si se sufre una relación tóxica en la juventud, ¿se puede salir de ella?

Por supuesto, en la adolescencia, en la juventud, en la edad adulta... se puede salir, aunque no sea nada fácil. Siempre digo, dime cómo ha sido tu relación y te diré cómo será tu ruptura en el plano emocional; emociones sanas, rupturas más sanas; por el contrario, las relaciones tóxicas emocionalmente pesan más en las rupturas. Pero se puede salir de ellas.

¿Si no se curan las heridas, las secuelas son duras?

En el libro hago hincapié en las consecuencias de sufrir una relación tóxica, que afecta a todos los ámbitos de la vida, tanto en la forma de pensar como en las de sentir, incluso hay consecuencias físicas. Hablo de enfermedades autoinmunes, alopecias fruto del estrés de la ansiedad que genera vivir en un vínculo que no es sano... Una relación tóxica te pasa factura en todos los ámbitos de tu vida, físicos y psicológicos.

¿Qué diría una psicóloga clínica como usted a los jóvenes para que no mantengan una relación tóxica?

Siempre hago hincapié en que cuando se está empezando a conocer a alguien hay que estar atentos a esos primeros signos de alarma, que a veces pueden llegar a ser muy sutiles, e incluso se pueden llegar a normalizar, como por ejemplo una falta de respeto en una discusión, en la que se puede pensar que se debe al estrés porque la persona está en exámenes o porque en el trabajo le va mal... La pregunta que hay que hacerse es cómo me hace sentir a mí esa falta de respeto; en la respuesta a esa pregunta está la clave. Si siento que eso me hace sentir mal, igual es el momento de levantar el pie del acelerador y revisar si lo que estamos empezando a construir es sano o nos está llevando a algo que puede acabar en una relación tóxica.

QUIÉN ES

Eva Gutiérrez es psicóloga clínica, especialista en parejas y escritora. Actualmente compagina su trabajo en consulta con la docencia a diferentes colectivos en formación sobre el amor sano.

En el año 2022 decidió lanzarse a las redes sociales con el objetivo de hacer divulgación sobre este tipo de comportamientos, que muchas veces están ampliamente normalizados, pero que no se deberían tolerar en las relaciones de pareja.

Actualmente cuenta con 169.000 seguidores en Instagram, donde mediante posts explica cuáles son los comportamientos destructivos dentro de una pareja y cómo combatirlos siguiendo los contenidos que se pueden encontrar en el libro.