A lo largo de la vida, son muchas las personas con las que compartimos nuestro tiempo: familia, amigos, compañeros de trabajo o conocidos, todos y cada uno con sus defectos y sus virtudes.

Por su forma de ser y por la influencia que tienen sobre nosotros, a algunos de ellos, de forma casi inconsciente, los iremos agrupando en dos listas: por un lado, las personas que nos resultan non gratas, es decir, las personas tóxicas, y por otro, nuestras personas favoritas, esas que son pura vitamina

A las primeras las reconoceremos porque son egoístas, negativas, envidiosas, amargadas y dependientes; siempre juzgan, critican, manipulan y, además, solo saben hacerse las víctimas. Son de esas personas que absorben nuestra energía y la envenenan, y por lo tanto, cuanto más lejos, mejor.

Frente a ellas están las personas vitamina, esas que dan vida. Son una excelente compañía en cualquier situación, sacan lo mejor de nosotros mismos y son un auténtico regalo que debemos conservar como el mayor tesoro.

Este concepto de persona vitamina fue acuñado por primera vez en 2021 por la psiquiatra y escritora Marian Rojas Estapé en su libro Encuentra tu persona vitamina. Entre los rasgos que nos permiten reconocer a una persona vitamina están:

1- Aporta bienestar. Igual que las vitaminas son necesarias para el cuerpo, la persona vitamina mejora la salud emocional de quien le rodea. Reduce el cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la oxitocina, la hormona de la felicidad, con lo que aporta vitalidad, bienestar y felicidad.

2- Escucha activa y empatía. Se esfuerza en escuchar y entender al otro sin juzgarle y tiene la habilidad de ponerse en el lugar de otro para ayudarle de la mejor manera posible.

3- Es resolutiva. No ignora las dificultades, sino que las afronta para avanzar. Tampoco se recrea ni en los problemas ni en las lamentaciones y, como la persona creativa que es, aportará enfoques nuevos para encontrar la mejor solución.

4- Es optimista. Ve siempre el lado bueno de las cosas y sabe contagiarlo a los demás, aportando, frente al conformismo, motivación para afrontar los desafíos.

5- Contagia entusiasmo. Por su visión positiva de las cosas, imprime entusiasmo, alivia el sufrimiento y transmite alegría y ganas de vivir. Además, inspira superación personal, brinda seguridad e irradia una energía positiva y muy contagiosa que te recarga las pilas y mejora tu estado de ánimo.

Una mujer sonríe y levanta el pulgar en actitud positiva.

6- Tiene mucho sentido del humor. Su compañía es siempre garantía de un rato de risas, diversión y buena energía. Sabe encajar las bromas y gastarlas sin herir sentimientos. Afronta los problemas con buen talante, relativizando las dificultades, lo que ayuda a afrontarlos de la mejor manera posible.

7- Autoestima. Una persona optimista es más proactiva, segura y menos dura consigo misma, lo que se refleja en una mayor autoestima. También aumenta la de los demás, destacando sus virtudes y sacando lo mejor de cada uno de ellos.

8- Vive el presente. Una persona vitamina se bebe la vida a sorbos, disfrutando de todo lo bueno que esta le ofrece. Ve cada instante como una oportunidad para avanzar. Los errores del pasado solo le sirven para aprender y no piensa en lo que está por llegar.

9- Crítica positiva. Sus críticas siempre son constructivas y las usa como una herramienta para crecer, nunca como un arma para herir.

10- Apoya y motiva. No es una persona medicina, ya que no resuelve los problemas de otros, sino que les ayuda y les motiva para que confíen en sus capacidades y sean ellos mismos quienes los resuelvan.

No todas las personas vitamina que conozcas van a ser iguales, ni probablemente todas tengan las mismas características. Déjate contagiar por ellas y sé tu también una persona vitamina. Hazlo por ti y por los demás, puesto que la energía positiva, tan imprescindible para la vida, actuará como un imán que atraerá aún más energía positiva.