Dormir la siesta es una práctica muy común y muy interiorizada por numerosas personas. Y es que tomar un pequeño descanso en la jornada es algo que a muchas personas les da la energía y vitalidad suficiente para afrontar lo que resta de día.

Ocurre que, a pesar de dormir las horas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, popularmente conocida como la OMS, el cansancio termina haciendo mella en el cuerpo y el organismo pide unos minutos de descanso. Sin embargo, las siestas no siempre duran lo suficiente. La siesta puede durar desde unos minutos hasta varias horas. Pero, ¿cuánto debe durar la siesta? Es muy habitual escuchar decir que la siesta ideal debe tener una duración de 20 minutos, pero, ¿es eso cierto?

¿Cuánto debe durar la siesta? Esto es lo que dice la NASA

En el año 1995, la NASA investigó sobre el tiempo recomendable que había que dormir para que la siesta fuera relajante y efectiva. La razón por la que la agencia estadounidense investigó sobre ella se debía a que sus pilotos y astronautas hacían misiones con alto estrés de hasta 16 horas y dormían la siesta en estas jornadas para rendir al máximo nivel.

El estudio llevado a cabo por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio detalló que sus pilotos dormían 26 minutos de siestas en las cabinas y que después de esta, su estado de alerta mejoró en un 56% y su rendimiento laboral en un 34%.

Te puede interesar:

Tras varias pruebas en sus pilotos y astronautas, la NASA concluyó que el tiempo necesario de siesta debía de ser de 26 minutos. En dicho estudio, la agencia estadounidense detallaba que el sueño se divide en cinco fases y que con las dos primeras, con una duración de 10 y 20 minutos, se recupera la vitalidad y se aguanta hasta por la noche.

Una conclusión que coincide con la de la Escuela Médica de Harvard y la Clínica Mayo, que recomendaron un mínimo de 20 minutos y un máximo de 30. Eso sí, de lo contrario, puede acabar causando somnolencia. Y no solo eso. Dormir más allá de eso se relaciona con un incremento del riesgo de obesidad, tensión arterial alta y síndrome metabólico.