Tal y como explican desde Asefarma, un fármaco es una sustancia química activa con un efecto terapéutico determinado sobre el organismo que lo ingiere o sobre el que se aplica.
¿Cuál es la diferencia entre fármacos y medicamentos?
"Es, realmente, el compuesto responsable de una acción farmacológica concreta, que tiene una actividad biológica, médica o molecular específica. Hablar de fármaco es referirse a un compuesto que tiene propiedades farmacológicas. Independientemente de si se ha formulado en un medicamento o no se ha hecho sobre él. Es una sustancia activa. Su objetivo es curar, aliviar, prevenir o diagnosticar una enfermedad, una dolencia o los síntomas que pueden llegar a producir una u otra.", detallan los especialistas.
Un medicamento, por su parte, "es una sustancia o preparado. Es el producto final que obtiene el paciente. Puede contener uno o más fármacos. Sustancias inertes que, mezclados con los principios activos, dan consistencia, forma, sabor y otras cualidades a los medicamentos, haciendo que sea más sencilla su uso y su dosificación. Ayudan, además, a su formulación, su conservación o su estabilidad".
Boticaria García explica por qué no hay que partir las pastillas por la mitad antes de tomarlas
"Hay comprimidos ranurados que están pensados para que el paciente pueda partirlo en función de la dosis que le haya pautado el médico. Lo que es muy importante es no partir los comprimidos cuando no se indica. Muchos comprimidos llevan una película que les recubre, un recubrimiento, que lo que hace es que no se absorba en el estómago sino en otros tipos concretos del intestino. Por tanto, si partimos ese comprimido puede que se absorba el interior donde no toca", explica de manera detallada la farmacéutica, nutricionista y óptico-optometrista Boticaria García.
¿Cómo saber si un medicamento se puede partir o triturar para tomarlo? Esto es lo que dice el Consejo General de Colegios Farmacéuticos
Quienes tampoco han querido dejar pasar la oportunidad de hablar de esta cuestión ha sido el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. "Existen situaciones en las que tragar la medicación oral puede ser una dificultad para el paciente y plantearse, por tanto, si se puede partir o triturar el medicamento para poder tomarlo. Situaciones que son especialmente comunes en niños, en ancianos, en pacientes con ciertas patologías como Parkinson, ictus o problemas de disfagia (dificultad para tragar)", comienzan explicando los expertos.
"Una solución fácil a este problema es elegir otra forma farmacéutica más adecuada para facilitar la deglución, como: formas líquidas (jarabes o soluciones orales, efervescentes en granulado o en comprimidos), formas farmacéuticos sólidas adaptadas para la deglución (comprimidos masticables, comprimidos dispersables, que se disuelven en agua, bucodispersables, que se disgregan en la boca). Es importante saber que no todas las formas farmacéuticas de uso por vía oral están adaptadas para ser partidas o trituradas sin que se alteren sus propiedades, sobre todo, si nos referimos a cápsulas y comprimidos 'clásicos'. Consulta en el prospecto del medicamento o su ficha técnica si se puede partir o triturar", prosiguen explicando desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
"Como reglas generales: los comprimidos si son ranurados (incluyen una línea de partición) se pueden partir y así facilitar la deglución, sobre todo cuando son de gran tamaño. Generalmente, si se puede partir, también se podrán triturar o masticar, aunque es posible que el sabor no sea agradable. Las cápsulas, como norma general, no se deben abrir ni manipular. No obstante, hay algunas excepciones que sí se pueden abrir y disolver en agua o un alimento líquido. En este caso, no hay que masticar ni triturar los gránulos que contiene la cápsula y hay que ingerirlos inmediatamente o en menos de 30 minutos. En ningún caso se podrán manipular los comprimidos ni las cápsulas gastorrresistentes, ni las formas farmacéuticas de liberación modificada, ni las de liberación prolongada, puesto que al manipularlos pierden sus propiedades. Para saber con certeza en qué casos estamos, consulta el prospecto o pregunta siempre al farmacéutico o al médico", concluyen.