Perrier, en la cuerda floja: el escándalo del agua más "natural" sacude Francia
Una investigación revela que marcas icónicas como ésta podrían perder su estatus de "agua mineral natural" debido a prácticas de tratamiento no permitidas y el impacto del cambio climático en los acuíferos
La industria francesa del agua mineral, valorada en miles de millones de euros, se encuentra en el centro de una polémica ambiental y legal que amenaza con alterar por completo su imagen y modelo de negocio. La emblemática marca Perrier, propiedad de Nestlé, podría dejar de ser considerada "agua mineral natural", al cabo de una decisión que se espera en los próximos meses.
La controversia estalló tras una investigación de Le Monde y Radio France que reveló que al menos un tercio del agua mineral vendida en Francia había sido tratada de forma ilegal mediante sistemas de filtración, como luz ultravioleta, filtros de carbono y microfiltros. Aunque el agua tratada no representa un riesgo para la salud, el uso de estas técnicas contradice la legislación europea, que exige que el agua mineral natural no sufra alteraciones desde su origen hasta su embotellado.
Stéphane Mandard, periodista de Le Monde, calificó el escándalo como "nuestro propio Watergate", señalando una combinación de fraude industrial y colusión estatal. El Senado francés también ha acusado al gobierno de una "estrategia deliberada de encubrimiento", al haber modificado normas para permitir que Perrier siguiera operando pese a los hallazgos.
Cambio climático
El telón de fondo de esta crisis es el cambio climático, que ha provocado sequías sucesivas desde 2017 y ha afectado incluso a los acuíferos profundos, considerados hasta ahora seguros. Según la hidróloga Emma Haziza, en declaraciones para la BBC, los contaminantes de la superficie están alcanzando capas subterráneas más profundas debido a lluvias torrenciales cada vez más frecuentes, lo que pone en entredicho la sostenibilidad del modelo actual de producción masiva de agua embotellada.
En el caso de Perrier, ubicada entre Nîmes y Montpellier, ya se destruyeron tres millones de botellas en 2024 por contaminación. Aunque la empresa insiste en la pureza de su fuente y asegura que sus métodos cumplen con las normas, ha reducido el nivel de microfiltración y solicitado mantener el estatus de "agua mineral natural" solo para dos de sus cinco pozos.
Mientras tanto, Nestlé apuesta por diversificar su oferta con bebidas con sabor y energéticas bajo la nueva marca Maison Perrier, que no requiere cumplir con los estrictos estándares del agua mineral natural.
El caso Perrier no solo pone en jaque a una marca histórica con más de 160 años, sino que abre un debate más amplio sobre el futuro de la industria del agua embotellada en un mundo marcado por la crisis climática.
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