Dos orejas y puerta grande se llevó el debutante Guillermo Hermoso de Mendoza ayer en la plaza de toros de Pamplona en la tradicional corrida de rejones de San Fermín. Armendáriz, que culminó con una oreja expresó su alegría de volver a los ruedos y compartirlo con el debutante de Estella Hermoso de Mendoza: “Es muy especial este 6 de julio porque es el centenario de nuestra plaza y ser invitado de ella te motiva muchísimo más. Tengo unas ganas increíbles de que salga todo bien. Guillermo y yo somos compañeros, me he criado con su padre y compartir cartel con él me hace ilusión”. El primer plato de la tarde para Armendáriz fue el toro más pesado de la corrida: Brillador, un astado de 600 kilogramos. El de Noáin comentó la presión que se siente en la Monumental y su desacierto con el descabello: “He venido con muchas ganas y el toro ha sido extraordinario. La espada ha entrado bien, pero le ha costado caer y con el descabello no he estado acertado. He sentido mucha emoción y mucha presión a la vez. Llevaba dos años sin saltar a la plaza y he venido algo inseguro”.

El noaindarra coloca una banderilla a su segundo toro. | FOTO: IÑAKI PORTO

La faena que le propició la oreja al navarro fue la del quinto toro, algo accidentado, puesto que el morlaco que salió primero se lesionó. “Un fastidio que se haya lesionado el toro, que quieras que no siempre altera un poco las expectativas. Este toro ha sido bueno, aunque al principio ha estado despistado. Los caballos han estado a gran altura y el rejón, no sé qué ha pasado. He disfrutado, he sentido el cariño de mi gente y creo que han disfrutado”, declaró. De todas maneras, sin duda, el protagonista fue el estellés de 22 años Hermoso de Mendoza. Fue el único matador que acabó con el astado a la primera utilizando el descabello. Fue el sexto toro el que le brindó esta ovación para rematar una jornada que se quedará en la memoria del joven rejoneador. No tuvo tanta suerte con su primer plato, pero aseguró que este último le sirvió para “soltar toda la rabia de no haber coronado como es debido el primer toro”. “Muy feliz por debutar, por esta puerta grande y por volver a sentir las fiestas de San Fermín. Es mi tierra y el cariño del público lo he sentido”, concluyó. Sin pena ni gloria pasó por la Monumental el cordobés Leonardo Hernández, que no estuvo acertado, pese a que llegaba con cinco puertas grande sen los últimos años frente a las cuatro con las que venía Armendáriz.

“El otro toro, por ser un poco brutito, y este, por ser un poco rajado, no han sido los mejores; pero aún así todos los toros tienen faena y se la hemos sacado. Ha habido cosas importantes a lo largo de la faena. No es fácil cortar orejas en Pamplona, además, tantos años seguidos con puerta grande, es normal que algún año se falle. Todos los toros tienen hueso y uno viene siempre a triunfar al máximo, pero alguna vez se pincha”, comentó el rejoneador andaluz tras culminar su faena con el cuarto toro de la tarde.