Pase de pecho de Rafael Rubio, ‘Rafaelillo’, a uno de los encastados toros de su lote de la brava corrida de La Palmosilla Fotos: Oskar Montero

l Ganadería. Seis toros de La Palmosilla. Correctos de presentación, sin excesos. Conjunto de alta nota. Con mucha movilidad encastada. Cumplidores en varas. Todos nobles y colaboradores. De gran y templada clase el lote de Escribano. Con transmisión y codicia el lote de Rafaelillo y el primero de Leo Valadez. El 6º, manejable con ritmo más desordenado.

La Palmosilla será con casi toda seguridad la ganadería ganadora del Premio Feria del Toro a la corrida más completa. Un corridón, con trapío parejo y equilibrado, que puso en bandeja la salida a hombros de la terna, acompañados por, incluso con más méritos el conocedor del hierro andaluz.

Un atracón en un fasto y canto a la brava movilidad del envío al completo. Tanto que, a la hora de pedir el postre, el personal, el palco y los propios toreros dijeron ya no podían más. Que, de momento, se metían un almax. Y más vale que se dio fin al atracón. Si sigue, Damián Sánchez, el alcalde de las Peñas acaba en Beritxitos o, cuando menos, en ambulancia camino de un novenario completo a los Baños de Fitero. Tanto bajar y trepar de tendido a al piso de plaza, y viceversa, para empañolar a los coletudos no le viene bien a nadie. Vamos, cualquiera acabaría con una colosal artritis reumatoide.

La Palmosilla recibió el Premio Carriquiri en el apartado por su exitoso debut en 2019. Y por la tarde se llevó otro alegrón. Desde la salida y primeros tercios de Arrumbadito, el abreplaza, ya se intuyó que la corrida iba a tener mucha correa de la buena. Así fue. Salvo el 6º, que pareció algo más desordenado, o que lo desordenó Leo Valadez, todos eran toros como para cortarle las dos orejas. Así lo hicieron Rafaelillo, Escribano y el joven y debutante mexicano, aunque hay que constar que la señora Elizalde se sumó con ganas a la comilona campera: caldereta de pelúas. A la gente, si tuvo tiempo de pensar algo ante la imparable movilidad de los pupilos de La Palmosilla, debieron preguntarse que porqué a Daniel Luque, el día 8 no se le dio la oreja del primer toro de Fuente Ymbro. Manufactura del sevillano que tuvo más peso que cualquiera de las tres primeras de la tarde y que fueron premiadas con doble trofeo.

Así las cosas y con una digestión complicada y el almax mentado, para después del encierrillo mozos y mozas, seguramente, ya estarían preparados para pedir un gintonic en condiciones. Incluso, Damián, es probable, que saliera a darse un garbeo: eso sí, en un carrico de esos eléctricos que están tan en boga. Pensando que se puede tapar la vergüenza propia y ajena por tanto premio a los toreros con los titulares de una corrida muy brava y con calidad, habría que haber dado todavía más orejas. Por ejemplo, una más a Escribano tras despenar a ese Pueblerino y angelical que hizo quinto. Manuel, a portagayola en dos ocasiones, con la muleta más poderosa de la tarde, templó al ralentí unos derechazos eternos. Con la zurda, bastante menos por falta de temple. En verdad, la petición era, de nuevo mayoritaria. Al segundo, Remilgado, otro enclasado palmosilla, si le construyó una labor completa en los tres tercios; en el segundo compartiendo palos con un menos atinado Valadez. Rafaelillo debió ser obligado a saludar después de romperse el paseíllo en recuerdo de la tremenda cogida sufrida en la miurada de 2019. Faltó elegancia. Eso sí, luego, a pesar de algunas desconfianzas con su encastado 1º y una faena de mucho a menos con el 4º, el personal lo sentó a su mesa para semejante atracón. !Qué manera de embestir!

Los toreros

  • l Rafaelillo. (Lila y azabache). Dos orejas; y oreja.
  • l Manuel Escribano. (Blanco y oro). Dos orejas; y petición y vuelta al ruedo -aviso-.
  • l Leo Valadez. (Turquesa y oro). Dos orejas; y silencio tras aviso.
  • Las gradas
  • l Presidencia. Generosa con los segundos trofeos a cargo de Ana Elizalde, asesorada por Josetxo Gimeno y Antonio Puig
  • l Ambiente. Lleno. Calor. Los 3 toreros y el mayoral, a hombros.