Leire Martínez, exvocalista de La Oreja de Van Gogh, cautivó al público pamplonés con una actuación que no solo desbordó talento, sino también una extraordinaria cercanía que le permitió conectar de forma profunda con los asistentes. En su regreso a la capital navarra, tras su intervención con la banda en los Sanfermines de 2022, Leire presentó su nueva etapa musical, más personal e introspectiva, consolidándose como una artista con voz propia, dentro de la industria del pop. El concierto, cargado de emoción, fusionó la nostalgia de sus éxitos pasados con la ilusión por esta nueva fase de su carrera.
El público de la plaza ya se empezaba a inquietar y a corear “Leire”, cuando la cantante irrumpió en el escenario con una energía arrolladora, mientras interpretaba El Último Vals, su primera canción con el grupo donostiarra.
“Para mí es súper especial estar aquí, porque es estar en casa”, compartió la cantante visiblemente emocionada. A lo que añadió: “No sabía si la plaza se llenaría, pero me consolé pensando que al menos vendría todo Puente y ya con eso, hacemos” bromeó desatando risas entre el público.
Último single
Leire presentó a continuación su más reciente single: Tres Deseos, en el que destaca su capacidad de contar historias. Prosiguió con dos de las canciones más conocidas del grupo: El primer día del resto de mi Vida, que desató furor en el público, y Europa VII.
Cabeza de ratón es el nombre de una de las canciones más inéditas de la artista, en la que relata cómo se sintió dentro de una industria musical que privilegia a los hombres sobre las mujeres: “Muchos buscan analizar la letra pequeña de esta canción para ver si hablo del grupo, pero no. Hay un universo mucho mayor que los grupos, que es la industria musical, donde a las mujeres no se nos trata igual que a los hombres”. El público respondió con una gran ovación y coreó su nombre en señal de solidaridad.
A continuación, Leire invitó al público a volar “cometas por el cielo” y a “quererse en paz”, ya que “el amor es lo más bonito que hay”. El público recitó “A volar, cometas por el cielo, como el sol, como el mar”, el estribillo de una de las canciones más queridas de La Oreja de Van Gogh.
Jueves
El punto de inflexión de la noche llegó con Jueves, la canción más desgarradora de la banda, dedicada a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. En ella, Leire narra una emotiva historia de amor que culmina en un beso, interrumpido por la explosión de la primera bomba. “Si por alguna canción se me recuerda, tal vez sea por esta”, dijo leire entre lágrimas, al disponerse a cantar la canción. Esta nueva versión, más acústica, iba acompañada de un violín en directo, que aumentó aún más su impacto emocional. Algunos de los asistentes no pudieron contener las lágrimas y se unieron al cántico, rememorando los trágicos acontecimientos.
La velada siguió con Mírame, otro de sus nuevos temas que cantó a dueto junto con el guitarrista Rosco y que, aunque no fue tan reconocido, recibió una cálida acogida por parte del público. La siguiente canción fue Muñeca de trapo, un tema popular con el que puso la plaza a bailar. Sin embargo, el momento más esperado llegó con Rosas, la canción más icónica de La Oreja de Van Gogh, que, a pesar de haber pasado dos décadas desde su creación, sigue siendo un himno generacional. Con una sola frase, “Y yo que pensaba que querríais cantar la que dice: ‘Y por eso esperaba con la carita empapada’, Leire desató la euforia de la plaza, que entonó a coro la canción.
Con charanga
El ambiente festivo se intensificó cuando la Charanga Berriak irrumpió en el escenario, con una música alegre que contagió a todos. Leire, en un gesto de homenaje a la tradición de las charangas en Navarra, se unió a ellos en una animada interpretación de Pop, un tema donde la colaboración del público fue tal que su voz se sobrepuso a la música de la charanga.
Antes de despedirse, Leire presentó otro de sus nuevos sencillos, Cosas de la vida, un tema que invita a vivir el presente sin sobrepensar. Tras despedirse del público y después del clásico bis, volvió al escenario con más energía que nunca para interpretar Inmortal, frente a un publico que saltaba y cantaba emocionado. La velada culminó al grito de “Gora Iruña”, que desató una ola de aplausos en la plaza.
Con Mi nombre, su single más escuchado hasta la fecha, Leire Martínez cerró la noche, reafirmando su identidad y su nuevo camino en la industria del pop. “Nunca fui tuya, búscate a alguien que me sustituya, ya lo hiciste una vez”, coreó el público, dejando claro que Leire sigue siendo una artista que, a pesar de su éxito, se sigue manteniendo cercana con sus seguidores.