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El mundo según Apple

El iPad catapulta a la compañía de la manzana al Olimpo de empresas de dispositivos electrónicos

El mundo según AppleFoto: efe

Bilbao

Vamos a contar un cuento. Un cuento que tiene una fruta de protagonista, una rana que se transforma en príncipe y donde también hay una varita mágica que convierte calabazas en carrozas. Porque la historia de Apple es un cuento de hadas moderno, es la leyenda de un hombre que con 21 años fabricó, junto a su mejor amigo, su primer ordenador en un viejo garaje polvoriento. Un hombre que, 34 años después, es capaz de volver a sorprender al mundo con el iPad, un ordenador dentro de una pantalla portátil de nueve pulgadas. Primero lo consiguió con el iPod, y con él cambió la industria musical; luego llegó el iPhone, y con él la telefonía e internet a través del móvil. Ahora intenta cautivar de nuevo al planeta, con la vista puesta en el ámbito editorial. Una demostración de que la tecnología puede ser una bella princesa seducida por un apuesto príncipe.

El galán de esta historia se llama Steve Jobs. Un especialista en sacar conejos de la chistera, un tiburón de las finanzas y un visionario, a quien le encanta revolucionar el mercado con sus inventos. La compañía que le ha llevado a la fama es Apple Computer, un icono y una de las empresas con mayor éxito en la historia de la informática. Posicionada como una firma con aparatos de gran diseño y potencia, ha vendido desde 2001 más de 250 millones de iPod y es el mayor fabricante de dispositivos electrónicos del mundo. Su estrategia radica en aumentar el grado de satisfacción de sus consumidores y atraer a los usuarios de PC al mundo Mac. Apple es la envidia de cualquier empresario, pero no sólo por sus productos sino por el margen de beneficio que obtiene por cada uno que vende. Se explica así que hace diez años valiera en Bolsa 6.000 millones de dólares y que hoy se haya disparado a 50.000 millones de dólares.

tándem perfecto Pero Jobs no es el cerebro de esta narración fantástica que empezó en el Valle de Santa Clara (California). Porque probablemente nada de este fenómeno habría ocurrido si no se hubiera producido el tándem Wozniak-Jobs. Stephen Wozniak era el experto en hardware y electrónica y Jobs el especialista en marketing, el que dominaba cómo dar salida a los productos. Un ingeniero y un visionario unidos por un objetivo común: revolucionar la informática moderna. Ambos se encontraron por primera vez en 1973. Wozniak era totalmente diferente a los chicos de su edad y le gustaba la electrónica. A los trece años obtuvo un premio científico por construir su propia máquina de restar y sumar, con transistores. Woz (como era conocido) era una persona que llevaba sus ideas a la práctica; en cambio, Jobs parecía ver a la electrónica como un medio para llegar a un fin. Como diría Woz, "ganar no me resulta tan importante como correr detrás de la pelota", refiriéndose al tenis. Él no tenía ambición pero Jobs no tenía otra cosa.

Al poco tiempo empezaron a recibir pequeños encargos de computadoras que construían ellos mismos con máquinas hechas a mano, llegando a vender unos 200 ejemplares de su Apple I. Pero las prestaciones de aquel artilugio eran limitadas, así que empezaron a buscar financiación. De hecho, para construir el prototipo, Jobs tuvo que vender su furgoneta y Woz su calculadora programable HP. Finalmente Jobs conoció a Mike Markkula, que accedió a invertir, permitiendo la creación el 1 de abril de 1976 de Apple Computer. Jobs escogió este nombre (manzana) porque quería aparecer en la guía de teléfonos antes que su principal rival, Atari y también porque, mientras estudiaba en la Universidad ayudó a recoger manzanas en una granja.

En total, se produjeron y se vendieron alrededor de doscientas unidades a 500 dólares cada una. Con el dinero ganado gracias a la venta del Apple I, la firma pudo comenzar a pensar en una máquina bastante más ambiciosa: el Apple II. Para Wozniak, era el ordenador que hubiera querido construir de no haber tenido las limitaciones económicas de su primer modelo. Se le ocurrió la idea de incluir en el equipo una memoria de vídeo que fuera capaz de producir gráficos en color, del mismo modo que incorporó numerosas tarjetas de expansión para que los usuarios pudieran ampliar las capacidades de la computadora según sus propias necesidades. El cacharro deslumbró.

Pero en 1981 todo se tuerce. Wozniak sufre un accidente de avión y tras recuperarse de sus heridas, decide abandonar Apple. Jobs no tardó mucho en buscarle sustituto. En 1983 consiguió convencer al antiguo presidente de Pepsi, John Sculley, para que se convirtiera en esa mitad que le faltaba. Jobs planteó a Sculley la siguiente pregunta: ¿Quieres pasarte el resto de tu vida vendiendo agua con azúcar o quieres cambiar el mundo? La respuesta y el fichaje eran evidentes.

sin corazón Pero en 1985 las discusiones entre Sculley y Jobs se sucedían, así que éste solicitó el apoyo del Consejo de Administración para destituir a Jobs, quedándose la manzana sin su corazón. Desde que Steve Jobs se marchó, las cosas empezaron a ir mal. Una pobre gestión y la falta de acierto en sus creaciones fueron llevando poco a poco la empresa a la ruina. Aunque, por suerte para los accionistas, Jobs volvió a tomar las riendas de la compañía en 1997.

Renovó su estrategia, comenzó a colaborar con Microsoft y presentó en 1998 una auténtica revolución informática: el iMac que representaba la llegada de una nueva unidad todo en uno. Un ordenador con una carcasa transparente de colores en la que lleva integrado el módem y la unidad CD-ROM. A partir de ahí se fueron sumando los éxitos. El más clamoroso, seguramente, el del iPod que ha conseguido crear todo una cultura de este aparato gracias a la reproducción de música, fotos y vídeos en sofisticados soportes. Luego vendría una larga lista de trangresores inventos y más tarde el iPhone, con el que volvió a romper la barrera del sonido tecnológico. Un gadget que gracias a su innovadora pantalla táctil, su conexión a internet y su interfaz de carácter minimalista, lograron cautivar a todos. En 2010, el iPad está destinado a ser el referente electrónico. Años en los que Steve Jobs dejó de ser la rana de Apple porque ahora los hechizos, los hace él.