El consejero de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra, Óscar Chivite, ha visitado este martes la nueva depuradora de Olazagutía / Olazti, que ya es una realidad después de una remodelación que ha supuesto una inversión de 2,8 millones de euros, que forman parte de las actuaciones incluidas en el Plan Director del Ciclo Integral del Agua de Uso Urbano 2019-2030.
El titular del departamento ha reafirmado el compromiso del Gobierno de Navarra con “las políticas sostenibles que combaten el cambio climático” y “sobre todo garantizan el derecho al agua de calidad a unos precios asequibles”. En este contexto, Chivite ha insistido en que “los datos y las inversiones acometidas ratifican al Ejecutivo foral como el Gobierno del agua”.
En ese sentido, el consejero Chivite ha recordado que la reciente revisión del Plan Director del Ciclo Integral del Agua de Uso urbano 2025-2030 reserva 121,3 millones de euros para la remodelación de estaciones depuradoras de aguas residuales. A esta cantidad se suman 128 millones de euros para la renovación de redes en alta y baja. “La política hidráulica debe tener una visión integral, dar un valor añadido a las entidades locales, las grandes y las pequeñas, y ser un eje sustancial de la vertebración territorial”, ha ratificado el consejero en la visita a la depuradora, donde estuvo acompañado por el director gerente de Nilsa, Fernando Mendoza.
Chivite ha puesto en valor, además, la importancia de la colaboración entre las entidades locales y las políticas del Ejecutivo Foral en materia de sostenibilidad económica y medioambiental que “redundan en beneficio de la ciudadanía y que, en materia de depuración, gracias al canon de saneamiento igualitario, refuerzan la solidaridad entre territorios y promueven la cohesión territorial”.
El consejero ha recordado que además de invertir en construir instalaciones para núcleos de población de menos de cien habitantes, de las que se han beneficiado medio centenar de pueblos de Navarra, también es muy importante el capítulo dedicado a remodelar parcial o completamente infraestructuras ya amortizadas por antigüedad o uso, como es el caso de Olazagutía a la que se suman las reformas ya finalizadas de Fitero y Cintruénigo, o las que están en curso, como Corella y Tudela, así como a las que se iniciarán en otoño, como Estella-Lizarra y Lodosa-Sartaguda. Todas ellas son instalaciones que ya tienen entre 20 y 30 años de vida útil y que han sido amortizadas, al mismo tiempo que se han quedado escasas en prestaciones para los nuevos requerimientos de las localidades a las que dan servicio.
Eficaz, moderna y amplia
La decisión de proyectar una nueva planta depuradora en Olazagutía, más eficaz, moderna y amplia, ha venido dada por el aumento del caudal y de la carga contaminante que han ido incrementándose durante tres décadas. Además, se ha producido una progresiva obsolescencia de los elementos y las tecnologías en uso. Recientemente, se han sumado las exigencias de la Unión Europea plasmadas en la nueva directiva 2024/3019 de tratamiento de aguas residuales, con el objetivo de reducir el nitrógeno y fósforo, lo que contribuirá a mejorar el río Arakil.
Paralelamente a la puesta en uso de la nueva depuradora, la anterior, construida en 1991 y puesta en funcionamiento en 1992, será demolida en otoño. La previsión es que la licitación para su demolición se publique en breve, con un presupuesto aproximado de 300.000 euros. En su lugar se ubicará una laguna de seguridad, si bien algunos de los elementos que pertenecían a la misma se han reacondicionado para la nueva.
El lugar de la antigua instalación será reconvertido en un lagunaje, con una capacidad aproximada de 1.300 m³. Además, cabe destacar que la obra cuenta también con otro elemento de refuerzo de tratamiento del caudal, como es el tanque de tormentas. Este elemento actúa como receptor de gran volumen de caudal en episodios de fuertes tormentas o sorpresivas avenidas de agua con el objetivo de retenerlo en un primer momento y luego ir enviándolo a la depuradora, pero evitando que esta se vea colapsada. Así, la planta actual puede tratar un caudal medio estimado en 15,63 litros por segundo (1.350 m³/día), siendo el máximo admisible 46,90 litros por segundo.
Tecnología puntera
La tecnología que se ha implantado en la depuradora de Olazagutía es la ya utilizada con éxito en la depuradora de Irurtzun, durante más de diez años. Se trata de un sistema integrado de fangos activos y película fija. Tiene como ventaja que no necesita productos químicos añadidos, sino que únicamente con el aire inyectado, las piezas plásticas y el correcto manejo permite la depuración, además de que elimina también nitrógeno y fósforo. Estos nutrientes pueden causar proliferación de algas en los cauces que, al consumir el oxígeno del agua, perjudican la vida piscícola.
Adicionalmente, la depuradora dispone de un sistema de telecontrol que permite tener un conocimiento inmediato de cualquier avería entre el personal de mantenimiento, que recibirá las alertas. Este sistema garantiza que cualquier incidencia será atendida en un plazo máximo de 24 horas. Por otra parte, superada la fase de pruebas, a partir de septiembre, se realizará una visita de una pareja de mantenimiento dos veces por semana para supervisar los elementos mecánicos, la jardinería y el punto de vertido al río.