¿CÓMO accede una persona sorda, con una discapacidad auditiva, alguien que sólo puede comunicarse a través de la lengua de signos a los teléfonos básicos? Por ejemplo, cómo accede a un servicio de emergencia. Al 112, el teléfono de SOS Navarra, sin ir más lejos. La pregunta es difícil que surja de no tratarse el sujeto que la formula de un afectado o de un familiar de los más de 15.000 navarros que padecen una discapacidad auditiva. La respuesta, al menos en lo que se refiere al acceso a los servicios de urgencia, la ha proporcionado la Agencia Navarra de Emergencias (ANE) que, en colaboración con Asorna (Asociación de personas sordas de Navarra), han lanzado un proyecto piloto para que mediante sms (mensajes de móvil) o a través del fax, un discapacitado auditivo pueda comunicar que requiere un médico de urgencia, que existe un fuego, que ha sufrido un accidente o, incluso, que está presenciando un robo. Lo dicho, un hecho de lo más banal que el resto de la sociedad puede realizar simplemente marcando el 112 y hablando con una operadora.

Así explica David Sáinz, director gerente de la ANE, la idea de este proyecto, ya en funcionamiento y que empezó sus pruebas en octubre de 2009. "Como Gobierno de Navarra teníamos que lograr una herramienta que, dentro del Plan Integral de Atención a las Personas con Discapacidad del Ejecutivo foral, convirtiera en útil este servicio a las personas sordas. Había que evaluar las posibilidades y modos de acceso que tenían estas personas a un sistema cuya única y exclusiva vía de comunicación es la voz y el oído, precisamente lo que ellos no tienen. Así hemos alcanzado este sistema, reflejado en la guía de intervención rápida (gráficos de la parte superior de la página). Los usuarios acceden a un servicio de teléfono por sms o fax y a través de una serie de códigos mandan la información que requerimos", explica Sáinz. "Se trata de que escriban lo menos posible y nos llegue la máxima información, porque muchas veces estas personas llevan discapacidades asociadas y les es complicado utilizar también un móvil, de ahí que se optara por abrir el servicio vía fax. Si tienen la posibilidad de dar más información, miel sobre hojuelas", amplía Alberto Otamendi, director de Protección Civil.

facilitar los datos La matriz de este sistema viene refrendado por un registro de usuarios muy específico, los únicos que tienen derecho de acceso a la herramienta y a ese número de teléfono. En la ANE disponen de un listado de unas 80 personas que se han dado de alta en el servicio y para ello han aportado sus datos personales, familiares y de contacto. Se trata de un sistema similar al de teleasistencia, que genera una alarma mediante la cual el operador tiene perfectamente identificado al usuario que demanda el recurso. "Si no están registrados, estos teléfonos especiales sólo sirven para usuarios que estén fichados en el sistema y en el caso de que sufran una emergencia. No se incluyen otros supuestos", subraya Otamendi. Para especificar el tipo de emergencia, los códigos a usar son muy simples y con apenas unos caracteres se puede comunicar si se está en medio de un fuego, en un robo, en un accidente y el lugar donde se está produciendo el incidente.

La ANE ha empezado a trabajar con Asorna, ofreciendo formación también para los usuarios y que no abusen del servicio (hay que entender que muchas de estas personas jamás han llamado para una emergencia, siempre la comunicaban a través de un familiar o una tercera persona) y, en las próximas fechas, tiene pensado ampliar la herramienta a los asociados de Eunate (Asociación de padres y amigos de personas con deficiencias auditivas). Precisamente este colectivo dispone de intérpretes de lengua de signos que a través del programa de accesibilidad de Asuntos Sociales están disponibles para servir de interlocutores a las personas sordas que requieran la emergencia. La prueba piloto se inició en Sanfermines.

autonomía pionera El proyecto de hacer accesible los servicios de emergencia a estos discapacitados es pionero en la Comunidad Foral, ya que "cada autonomía lo ha ejecutado como ha entendido oportuno", añade Otamendi. Las malas experiencias con el lenguaje braille en los servicios de otras comunidades llevó a los técnicos navarros a planificar de la mano del colectivo usuario del servicio otras soluciones más ingeniosas. "Es la forma más eficiente, un sistema claro, llamativo y que te permite trasladar información a la sala", recalca José Miguel Olaiz, jefe del área de SOS Navarra. Cada semana se hacen pruebas para comprobar la buena salud del procedimiento y para que los profesionales de Emergencias recuerden su funcionamiento. "Es poco probable que se genere una emergencia de este tipo. Disponemos de sólo 80 usuarios y en el teléfono 112 de SOS Navarra se reciben al año 1.300.000 llamadas, por lo que el rango que corresponde a las personas sordas es muy pequeño", narra Sáinz. "De momento no hemos recibido ninguna llamada verificada como emergencia, sí alguna solicitud de información y otras falsas alarmas. Pero lo que nos importa no es si el uso es bajo o no, sino la garantía y el derecho de acceso a todo el mundo", expone Otamendi. "Si así podemos salvar vidas y solucionar problemas, perfecto, es de lo que se trata", recalca Sainz.

Una vez que el sistema se ha implementado en el operativo de coordinación de emergencias, Asorna demanda que la herramienta amplíe su campo de acción. "Debería servir para otros discapacitados de más ámbitos. Estamos muy contentos porque ahora estas personas, muchas veces discapacitados invisibles, puedan ser autónomas, ya que eran dependientes de otras para solicitar una emergencia, pero hay que corregir algunos matices. Como el hecho de que estas personas tengan que pagar por el sms o el fax que envíen mientras que para el resto de la sociedad el servicio es gratuito".

Los socios de Asorna rondan los 190 que, además, en su inmensa mayoría, son afectados por alguna discapacidad auditiva. "Puede que no tengan dominio del castellano, pero sí dominan la lengua de signos y tienen capacidad para comunicarse", dicen desde la asociación. En Eunate pretenden que el servicio también pueda ofrecerse "a las personas sordas que no están integradas en asociaciones y que sea accesible para todos"