pamplona. Una iniciativa que Iribas no sólo ha mantenido sino que ha decidido potenciar. Por ello ha aprobado una orden foral que obliga a las distintas unidades del departamento así como sus centros dependientes "a utilizar soportes físicos separados para el castellano y para el euskera" en rótulos, señalizaciones, certificados, impresos y demás papelería.

La noticia, aseguró ayer en comisión parlamentaria Aitziber Sarasola (Bildu), "ha generado gran malestar" en los centros de modelo D, "que no comprenden el por qué de esta decisión". Por ello, Sarasola pidió la comparecencia de Iribas, que alegó el cambio en la necesidad de "fijar un criterio común" a la hora de usar el euskera en el departamento de Educación. "Y la decisión la toma el consejero no los centros", apostilló Iribas, que en respuesta a la parlamentaria de NaBai, Nekane Pérez, dijo que "podíamos buscar otro criterio común pero he elegido este. Quizá si usted estuviera en el gobierno optaría por otro. Pero no lo está".

de poder a deber En opinión de Iribas, esta decisión "no altera" la situación actual ya que "mi predecesor había mantenido esta línea". Pero la realidad es que sí existe una diferencia, ya que si bien es cierto que Catalán ordenó a los miembros del departamento a redactar las circulares en dos soportes físicos diferenciados en lugar de en un sólo fichero, no aprobó ninguna normativa que obligase a los centros escolares a hacer lo propio.

Y es que de momento el decreto foral 29/2003 por el que se regula el uso del euskera en las Administraciones Públicas de Navarra establecía que "los rótulos, señalizaciones, documentos, impresos, formularios sellos, notificaciones, publicaciones, publicidad o comunicaciones podrá llevarse a cabo en soportes físicos separados para el castellano y euskera o de forma conjunta". Esa fórmula del "podrá" ha sido modificada en la orden foral 206/2011 de 3 de noviembre en la que se sustituye por "deberá". La norma dice que "el consejero podrá autorizar la utilización de forma bilingüe en un único soporte "cuando concurran circunstancias especiales que lo justifiquen" y señala que la aplicación de la orden foral no implicará "la inmediata sustitución" de rótulos, impresos y demás papelería sino que "conforme vaya surgiendo la necesidad de renovarlo, bien por fin de existencia, desgaste o rotura, se irán sustituyendo por otros nuevos que cumplan esta norma, en todo caso nunca más tarde del 31 de marzo".

Un cambio que, según Iribas, no va a tener coste económico algo que puso en duda la parlamentaria de Bildu. Para Pérez, de NaBai, detrás de esta decisión está el "ocultar el euskera, lo que no se ve, no existe y eso busca el departamento". La parlamentaria de I-E, Marisa de Simón, cree que el cambio "es sustancial", al pasar de podrá al deberá y consideró que "la documentación en bilingüe, aunque sea sólo de forma simbólica, contribuye a la normalización lingüística y convivencia de las lenguas". Los grupos UPN y PPN consideraron que no era motivo de comparecencia parlamentaria y los socialistas no intervinieron.