pamplona. La magistrada, titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona, exculpa al joven porque no fue sometido a un reconocimiento médico después de haber sido arrestado por la Policía Municipal.

El fiscal solicitaba para el acusado 18 meses de retirada del permiso de conducción, una multa de 2.880 euros y 33 días de trabajos en beneficio de la comunidad, mientras que el abogado defensor, Francisco Javier Moreno Vidal, interesaba su libre absolución.

La detención del joven se produjo el 4 de octubre de 2009, después de que perdiera el control del coche de su padre y colisionara contra otro vehículo que se encontraba estacionado, además de golpear el cristal de una bajera situada en el número 36 de la calle Aralar. Los agentes de la Policía Municipal de Pamplona que se personaron en el lugar de los hechos apreciaron síntomas de que el conductor podía estar influenciado por la ingesta de bebidas alcohólicas, por lo que le efectuaron la correspondiente etilometría que, sin embargo, dio negativo.

Sí dio positivo en el test de drogas que le practicaron los agentes, mediante un análisis de saliva de carácter indiciario, que detectó consumo de cannabis y anfetaminas, motivo por el cual fue trasladado al Complejo Hospitalario de Navarra donde le fue extraída una muestra de sangre por parte de una enfermera. Dicha muestra fue remitida al Instituto Nacional de Toxicología, que confirmó la presencia de ambas sustancias estupefacientes en el organismo del joven.

Sin embargo, según resalta en la sentencia la magistrada, el conductor no fue reconocido en ningún momento por un médico que "determinara los síntomas y los análisis clínicos necesarios para la determinación de las sustancias", y ello a pesar de la "claridad con la que se expresa la normativa legal y reglamentaria aplicable". Al respecto, resalta que debe ser un facultativo, y no cualquier otro personal sanitario, el que debe comparecer como testigo en el juicio o emitir un informe que sirva como prueba.

Asimismo, la juez resalta que no consta en la causa un informe pericial que indique que la sustancia encontrada en la sangre del acusado, en la cantidad que se recoge en el análisis del Instituto Nacional de Toxicología, fuera la causa de los síntomas que presentaba el joven cuando fue detenido por la Policía. Por todo ello, acuerda decretar su libre absolución.