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SEGUNDA MANO Antídoto frente a la crisis

Crece la venta de productos usados aunque el margen de beneficios de los negocios se estrecha respecto a las épocas de bonanza económica

SEGUNDA MANO Antídoto frente a la crisisFoto: unai beroiz

vehículos usados, pisos que ya habían tenido otros dueños o muebles de anticuarios. Los productos de segunda mano siempre han estado presentes en nuestra sociedad, pero con la llegada de la crisis, los negocios relacionados con este tipo de venta se han multiplicado en la Comunidad Foral. Desde productos para bebés o ropa hasta libros de texto o electrodomésticos, muchos son los navarros que, obligados por las necesidades económicas o buscando mejores precios en primeras marcas, optan por adquirir productos ya utilizados.

El más veterano de estos negocios en Pamplona es Tocateja, que desde 1998 lleva comprando y vendiendo productos de segunda mano en su establecimiento de la calle Paulino Caballero. Los hermanos Ambrojo, primero bajo la denominación de Cash Converters y después con el nombre actual, regentan este negocio que con la llegada de la crisis ha aumentado su volumen de trabajo. Para Óscar Ambrojo, encargado de la sección de compras, "aunque en los medios suele salir el auge de la segunda mano, si nos referimos al beneficio neto no es cierta esa afirmación porque antes eran tiempos de bonanza para la economía y había más dinero para todos, mientras que ahora, aunque el volumen de trabajo es mayor, el margen de beneficios se ha visto reducido".

La principal diferencia que aprecia Ambrojo en los últimos años se centra en lo que buscan los clientes. "Mientras que antes se buscaba comprar una buena televisión algo más barata que el producto nuevo, ahora los clientes buscan el móvil más barato o el microondas más económico para salir del paso porque se les ha estropeado el que tenían", señala Ambrojo. Aunque centrada en la segunda mano, también poseen una sección de outlet donde ofertan productos descatalogados o fuera de temporada recibidos directamente por los fabricantes, y próximamente van a ampliar su oferta de este tipo de productos abriendo una línea outlet de frigoríficos, lavadoras y lavavajillas.

Puericultura Otra de las veteranas en el negocio a pesar de su juventud es Susana Jiménez, que desde marzo de 2007 regenta Pulgarcito en Ansoáin, un negocio especializado en gemelares que oferta puericultura grande y pequeña tanto nueva como de segunda mano. A pesar de que fue pionera en Navarra en este tipo de negocios dirigido a bebés, al principio le costó hacerse hueco. "En esa época que aún no se hablaba de crisis, la gente en Navarra no veía bien la segunda mano. Aunque una vez que empezamos a tener clientes el negocio empezó a rodar porque aquí funciona mucho el boca a boca", explica Jiménez. "La monté aquí por la experiencia de la tienda de Barakaldo -regentada por su familia desde hace ya 15 años- porque yo vi que aquí había mucho niño y que tenía salida", recuerda. Sin embargo, y a pesar de que cada vez más gente ve con buenos ojos consumir productos de segunda mano, Jiménez no ha visto un aumento significativo en las ventas, y sí un importante bajón relacionado con los meses posteriores a la subida del IVA. "La gente dejó de consumir radicalmente pero ahora ya vuelve a comprar de nuevo", cuenta Jiménez.

Aunque también recibe productos de clientes directamente en la tienda, Internet es a la vez su mayor proveedor y punto de venta mediante la página web.

Uno de los últimos en unirse a este negocio es Álvaro García que en enero abrió Aukera Berria en Burlada y se lanzó a la venta de gemelares, silletas, carritos, sillas para el coche o cunas de segunda mano. Sus proveedores son sus propios clientes, "los mismos que los que compran. Yo exijo a quienes entregan los productos que los traigan enteros y en buen estado; me encargo de limpiarlos y me quedo con el 35% del precio, mientras que su dueño anterior recibe el 65%", apunta García. "Me gusta dejar a los dueños que pongan el precio de sus productos, siempre dentro de lo razonable", cuenta García, que considera que los productos de segunda mano deben estar, al menos, a la mitad de lo que valdrían si fuesen nuevos.

"Los clientes que tengo son parejas jóvenes principalmente pero también vienen abuelos que recogen al niño en el colegio y que quieren tener una segunda silleta más económica. Hay gente que tiene apuros económicos reales y otros que tienen dinero pero que optan por ser más prácticos y buscan sacar una silleta que cuesta nueva 600 euros, por cerca de 200 y que está impecable", explica García.

Desde Suecia También en enero abrió BolsaBooks, un negocio de compra venta de libros usados abierto en el número 7 de la calle Iturrama de Pamplona por el sueco Johan Gustafsson. Su idea es que los estudiantes, ya sean universitarios, de formación profesional o de los últimos cursos de instituto vendan sus libros usados allí y obtengan un dinero, mientras que quienes los compren se ahorren una buena cantidad respecto a la que gastarían si los adquiriesen nuevos.

Gustafsson percibió este hueco en el mercado cuando vino a Pamplona a hacer un intercambio en la Universidad de Navarra hace ya algunos años. "Si el libro que me dejan está en perfecto estado el dueño anterior se lleva el 65% del precio de venta, si está subrayado a lápiz el 60% y si lo está a bolígrafo, el 55%". "Tratamos de llevarnos un margen de beneficio pequeño para ser competitivos y nuestra idea, ya implantada desde hace tiempo en los países nórdicos y en EEUU, es que el que compre el libro aquí, lo utilice y vuelva a revenderlo para que el coste del mismo sea lo más pequeño posible para él", concluye Gustafsson.

También sacó su idea de negocio de la experiencia de otros países como Estados Unidos Amaya Tirapu, que desde hace más de dos años vende ropa de segunda mano en Siboney, una tienda situada en la calle del Carmen de Pamplona. "En ciudades más grandes la población está más acostumbrada a este tipo de venta, tanto gente joven como mayor. Aquí lo que me viene es casi todo jóvenes, universitarios que les gustan las tendencias y el vintage, que ahora está muy de moda", cuenta Tirapu sobre su clientela.

Los precios de sus prendas oscilan entre los 15 y los 25 euros generalmente, aunque algún abrigo puede llegar a los 30 euros. "Es mucho más barata que la ropa nueva aunque algunos piensan que por ser de segunda mano debería costar un euro", explica Tirapu.

Internet y las empresas de EEUU son su mayor proveedor ya que "allí lleva mucho tiempo implantada la cultura de consumir ropa de segunda mano, mientras que aquí siempre hemos tendido más a tirar en vez de reciclar". Ahora, parece que esa tendencia comienza a desaparecer y cada vez son más los navarros que ven en la segunda mano una buena manera de ahorrar o una oportunidad de negocio.