pamplona. Un vecino de Tudela, Avelino Cueto Zubiría, de 49 años de edad, perdió la vida a primera hora de la noche de ayer como consecuencia de un accidente de tráfico ocurrido en las proximidades del término municipal de Ejea de los Caballeros (Zaragoza).

Según la información recogida por Ejea Televisión, el siniestro, en el que solo estaba implicado el vehículo del difunto, tuvo lugar muy cerca de la localidad de Valareña, en concreto en el paraje conocido como la Mujer muerta. El vehículo, un Toyota Prius de color negro, con matrícula 3188-HLW, circulaba por la carretera A-125. El accidente se sitúa en torno a las 20.15 horas.

En cuanto a las causas del siniestro, se apunta a salida de vía del turismo (por causas que se desconocen al cierre de esta edición) con el infortunio de que el vehículo fue a impactar con un sifón de riego. De la violencia del impacto da idea el hecho de que el coche arrancara el encofrado. El siniestro se registró concretamente a la altura del kilómetro 24 de la citada A-125.

Según las fuentes consultadas el varón y único ocupante del Toyota falleció en el acto. La dotación de Bomberos que acudió al lugar del accidente y los medios médicos desplazados solo pudieron confirmar el fallecimiento.

tudelano muy popular La noticia de la muerte de Avelino Cueto se extendió a medianoche por Tudela. El fallecido era una persona muy vinculada a la ciudad, un emprendedor que había montado diferentes negocios.

Cueto regentaba en la actualidad el bar Lizarran, una franquicia que había abierto al público en octubre de 2009. El establecimiento es muy concurrido, ya que se encuentra ubicado en el número 27 de la frecuentada calle Muro. Asimismo, también tenía abierta al público la tienda Avelino, de ropa.

Hijo de María Luisa Zubiría, propietaria de una conocida boutique de Tudela, de su afán emprendedor da buena idea el hecho de que Cueto fue quien llevó a Tudela el primer establecimiento de la conocida firma Mango.

Cueto, casado con Ana Carmen Remacha, era padre de dos hijos, Mateo y Candela. Muy aficionado a la práctica de los deportes, le gustaba competir en carreras populares y había acudido a varias ediciones de la Behobia-San Sebastián y otras pruebas organizadas en Catalunya.