murillo de yerri. "El bebé siempre me recibe muy contento, pero ayer -por el sábado- no. Estaba como decaído". Ese comportamiento del pequeño de 9 meses de una familia de Murillo de Yerri fue lo que alertó al padre de que algo ocurría. Y así era. La mala combustión de la chimenea, que la habían encendido ese día por primera vez después de muchos años sin uso, causó la presencia del monóxido de carbono. Por suerte, todo quedó en un susto y ayer por la mañana, la familia, que está en régimen de alquiler, descansaba en su vivienda.

El padre con rostro ya sereno recordaba cómo había ocurrido todo. "El sábado por la tarde estaba en Estella tomando un café con un amigo cuando decidí irme a casa porque algo me rondaba la cabeza, estaba inquieto. Cuando llegué, el bebé estaba en el salón junto a su hermano y mi mujer se encontraba en la cocina haciendo la cena. Nuestra hija mayor estudiaba en su habitación. Al entrar al salón me extrañó que el pequeño no se pusiera contento, como hace siempre que me ve. De todas formas, estuve un rato en casa, alrededor de una hora, pero como el niño seguía igual como demasiado relajado y el corazón le latía fuerte, mi mujer y yo llamamos al 112. Nos dijeron que fuésemos al consultorio médico de Villatuerta", explicó esta padre, que llevó a toda su familia hasta ese centro sanitario, ubicado a tres kilómetros.

Una vez allí, el facultativo comenzó a hacer preguntas a la familia y fue en ese momento cuando saltaron las alarmas. "Nos preguntaron si teníamos chimenea en casa, yo contesté que sí pero que nunca la encendíamos. Al hablarlo con mi mujer, ella dijo que la había puesto en marcha ese día. Así que atamos cabos y el médico nos derivó con el pequeño a Virgen del Camino", indicó. El resto de la familia, es decir, el padre, la madre y los dos hermanos, una joven de 16 años y un niño de 6, fueron dados de alta tras esa primera exploración.

Mientras, el 112 movilizó de madrugada los bomberos de Estella y a la Policía Foral que acudieron a la casa para confirmar las sospechas. Efectivamente, los aparatos electrónicos detectaron que había monóxido de carbono en la vivienda. "Nuestra casa tiene tres alturas, pero utilizamos sobre todo la última. La chimenea está en la segunda, así que parece ser que el monóxido subió a la planta de arriba porque el aparato que trajeron los bomberos pitaba ahí y no donde estaba la chimenea", indicó este padre.

Este vecino de Murillo no dejaba de alegrase ayer por la mañana de que todo hubiera terminado bien. "Más vale que vine a casa y que finalmente el bebé solo tenía una intoxicación leve. Vaya susto nos hemos dado", indicó. Eso sí aseguró que nunca más encenderían esa chimenea. "Nosotros nunca la habíamos puesto a funcionar, tenemos caldera de gasoil que es lo que utilizamos para calentar la casa".

reacciones en el pueblo No obstante y aunque los hechos ocurrieron en la noche del sábado, no fue hasta ayer por la mañana cuando los vecinos se enteraron de lo sucedido, tal y como explicó Juan José Pérez de Obanos. "Ni cuando han venido los bomberos, ni nada. Nos hemos enterado hoy -por ayer-". Lo mismo le pasó al presidente del Concejo, José Antonio Ancín. "He visto lo que había ocurrido en el móvil, gracias a las noticias del periódico en Internet y por las informaciones que daba como, por ejemplo, el número de hijos y la edad, me he imaginado que sería esta familia. Más vale que no les ha pasado nada", indicó el presidente de este Concejo, que pertenece al Ayuntamiento del valle de Yerri. La hija de Juan José Pérez de Obanos, Sabina, también se alegraba en este sentido. "He ido a hablar con la hija y ya me ha dicho que estaban todos bien. Más vale. De todas formas, todos los inviernos ocurren este tipo de cosas en muchos sitios. Da miedo", señaló.