pamplona - Los investigadores de la Brigada de Extranjería de Policía Nacional detectaron a lo largo de 2013 un 15% de fraude en uniones bien formalizadas como parejas de hecho o bien en forma de matrimonios civiles, algunos de los cuales llegaban a constituirse como pareja en un ayuntamiento el mismo día que se empadronaban en la localidad, municipio que huelga decir que no volvían a pisar. Debido a estos casos, la Delegación del Gobierno ha remitido cartas a los ayuntamientos navarros para elevar el nivel de alerta en este tipo de emparejamientos por el que el ciudadano extranjero se convierte en legal a todos los efectos y dispone de los mismos derechos (se le concede permiso de residencia de cinco años) que cualquier otro español o comunitario al contraer matrimonio o convertirse en pareja de hecho con alguno de estos. Del total de 536 uniones constituidas en 2013 en las que alguno de los miembros era extranjero, 80 de ellas se ha podido demostrar que fueron un engaño con la finalidad de regularizar papeles a inmigrantes irregulares, favorecer el tráfico de personas e incluso casos de explotación sexual o laboral. A los 80 extranjeros se les retiró el permiso de residencia. De este modo, 38 de esos casos terminaron con detenidos por falsedad documental (se detiene al español o comunitario, que es quien se presta por una cantidad de dinero a favorecer la formalización de una pareja irreal, con la que no convive, y que no lo hace por solidaridad o por ayuda sino por precio) y hasta 50 expedientes de multa que sumaron 100.000 euros en total (estas infracciones tienen una horquilla de sanción que oscila entre los 501 a los 10.000 euros). Para captar a gente que se preste de gancho para estas uniones, también se suele recurrir a gente marginal o con problemas económicos.

Pese a que en el presente año los casos de uniones fraudulentas se han reducido muchísimo, desde Extranjería se sigue echando de menos un registro único de parejas de hecho que facilitaría en gran medida la labor policial y el seguimiento de aquellas uniones sospechosas. La modalidad de pareja de hecho ha adquirido desde 2010, cuando se le permitió al extranjero/a emparejado con un comunitario/a obtener el permiso de residencia, más peso en los fraudes cometidos. Esto es así porque los requisitos para ser pareja de hecho son mínimos.

José Ángel Arana Mauleón, responsable de Extranjería de Policía Nacional, subraya que "en parejas de hecho no existe un registro único como el civil, donde solo te inscribes una vez. Puedes incribirte en cualquier ayuntamiento y uno que se quiera hacer pareja de hecho lo puede hacer las veces que quiera, hoy en un ayuntamiento y mañana en el de al lado. La falta de normativa favorece el descontrol. Y así pasa que en muchos casos se utiliza esta vía que es gratuita para que una persona extranjera, normalmente en una situación desesperada, consiga una regularización. Y ahí es donde la mafia se aprovecha de la gente con problemas para ganar dinero a cambio del fraude". Por ello, explica Arana, se trata de implicar "al ayuntamiento de marras, que es el que ve el caso en persona, que cita a los dos miembros para hacerse parejas de hecho y ahí es donde queremos que se establezca un protocolo con el que sepa cómo actuar. En los ayuntamientos pequeños suele ocurrir que no tienen muchas parejas de hecho o las que tienen son gente del pueblo que todo el mundo conoce y de repente viene un extranjero que no le conoce nadie, que dice que vive en tal casa, viene con un española que igual no es ni del mismo pueblo, y se sigue el mismo sistema que se hace con las parejas normales. Eso es precisamente lo que no queremos que ocurra. En esos casos no hay que hacer lo mismo que en otros, ahí hay que activar una alerta", subrayan desde la brigada.

explotación laboral y sexual Las redes de prostitución suponen un 30% del total de parejas ficticias y buscan obtener la residencia para aquellas mujeres que están sometidas al control de la red. Los clanes, tanto suramericanos, africanos como del sureste asiático, suelen usar este tipo de uniones para la explotación laboral de compatriotas, que al conseguirles una pareja de hecho o un matrimonio pactado (parte del dinero que pagan se destina a quien se hace pasar por su pareja), obtienen un permiso de residencia por cinco años. Extranjería afirma que "se puede decir que el extranjero, en cierta manera, se autoesclaviza. Él llega como ilegal a España y contrae una deuda importante en su país de origen y luego, al trabajar aquí, trata de saldarla. El problema es que cobran sueldos marginales. Hemos visto a gente trabajar gratis. Solo les dan 10 euros para teléfono, comida y un camastro. Es un régimen de esclavitud que no se puede consentir. Pero detrás siempre hay una organización enorme. El extranjero viene de una cultura distinta, no habla el idioma y está desorientado. La organización gestiona todo, y luego explota a las mujeres, sobre todo, como prostitutas y en empleo doméstico y a hombres trabajando en la construcción o en el campo. Pero llega un momento en el que la víctima no puede más, se siente sin apoyos, no ve solución y denuncia. Nos gustaría que hubiera más denuncias en el 091 porque a la víctima se le ofrece la posibilidad de colaborar con la Justicia, declarar como testigo protegido y luego ofrecerle una salida con otra identidad".