estella-lizarra - Amparo Sánchez acaba de dar el salto de las notas a la pluma con la publicación de su primer libro La niña y el lobo, una obra autobiográfica en la que narra su experiencia como mujer maltratada. El objetivo, que sirva como herramienta de prevención. Amparanoia estuvo ayer en Navarra para presentar su libro en Estella-Lizarra y Pamplona, dentro de los actos convocados por el área de la Mujer e Igualdad del Ayuntamiento estellés, así como por Lunes Lilas y Andrea para conmemorar el 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género.

¿Por qué decide expresar ahora a través de un libro?

-Es la primera vez que edito un libro, me lo sugirió una buena amiga, me pidió que lo contase, porque a ella le afectó muchísimo mi historia y actualmente trabaja contra la violencia de género. Me pidió que contase mi testimonio porque necesitan eso, casos de superación para transmitir a las mujeres ese mensaje de que es posible salir.

¿Y qué cuenta en esta obra?

-Se trata de un relato autobiográfico de una etapa de mi vida que va de los 14 a los 24 años. Está contado en clave de diario personal. Sentí la necesidad de compartir esta experiencia, por un lado la de ser madre adolescente, con 16 años, y por otro sufrir violencia de género también muy joven. Nunca pensé que iba a escribir un libro pero es la manera que he encontrado de compartir esta historia y de que pueda servir a otras mujeres que estén en esta situación.

¿Nunca lo había contado en sus canciones?

-Sí. Aunque de una manera explícita lo estoy contando ahora en el libro, sí que había referencias en las canciones y siempre he estado muy comprometida en organizaciones de mujeres y todo lo que tiene que ver con la mujer, pero es la primera vez que lo cuento así, que lo comparto.

¿Lo cuenta en su más pura crudeza?

-Es un diario personal y sí, es directo, directísimo. En primera persona cuento lo que siento, los hechos que van sucediendo y sobre todo, cómo es el proceso hasta que llega la violencia física.

¿Y cómo es ese proceso?

-Empieza con un recorte de libertades, por el control, por el aislamiento, es una relación en la que predominan los celos. La violencia física llega tras un proceso, no es desde el principio. Creo que están bien representadas lo que son las claves para la prevención, de lo que hay que huir.

¿Este tipo de violencia es habitual a edades tan tempranas?

-Sí, hay además ahora un repunte muy alto en la adolescencia. Ahora tenemos muchos medios para ese control, están las redes sociales, los teléfonos móviles, etc. También a nivel sexual, los jóvenes están tomando información a través de Internet, de la pornografía. En ese sentido hay una deformación, por ejemplo cómo se están depilando las chicas porque quieren estar igual que las que aparecen en esos vídeos. Hay unos patrones en los que se deforma todo y hay que hablar con los dos, chicos y chicas. Ellas no deben de dejarse hacer, tienen que ser conscientes de que eso no es el amor, de que eso no son las relaciones de pareja, y cortar con esos chicos. Y ellos tienen que darse cuenta de que con la violencia física no van a ningún lado.

¿Hay un prototipo de mujer maltratada?

-No hay edad ni clase social, incluso hay catedráticas, no hay un estereotipo, el único denominador común es ser mujer. También hay mucho de no querer reconocerlo por parte de las afectadas, y por parte del entorno de mirar para otro lado, decir que eso son cosas de pareja. La edad tampoco es un factor importante, en mi caso fue en la adolescencia y sí que me interesa mucho la prevención en las primeras relaciones amorosas. Con la inocencia es donde está el peligro, el descubrir que el amor no es lo que pensabas que era. A mí me sucedió con mi primer novio y padre de mi hijo.

¿Cómo se sale?

-Ese es otro dato interesante que está también en el libro, no es que te levantas por la mañana y ha pasado todo, sino que hay un proceso que voy explicando. Primero, aceptar lo que está pasando, que eres una mujer maltratada y que tienes que salir de este círculo de violencia. Después, mirar qué recursos tienes, qué es lo que te da fuerza para poder salir de este tipo de relación y luego buscar ayuda, tanto especializada como de gente de tu entorno. Y también atreverte a contarlo.

¿Es posible superarlo?

-Psicológicamente es algo que vas arrastrando más tiempo, que también vuelve a surgir por ejemplo cuando tienes una nueva pareja, te das cuenta de que ahí hay traumas, de que hay cosas que no están superadas. El libro también ha sido una gran terapia de autosanación.

¿La distancia sirve para ver las cosas de otra forma?

-Muchísimo, porque tu también tienes una madurez para ver las cosas de una forma diferente. El tiempo te hace ver y sobre todo ayuda que haya pasado mucho tiempo a la hora de sentir las cosas. Cuando empecé esta aventura del libro pensaba que las escenas de agresión física me iba a costar mucho relatarlas, pero ha habido otros momentos que me han hecho llorar mucho más, que me han movido más por dentro, por ejemplo, sentirme tan niña con un bebé en mis brazos, o la ayuda de mis padres, sobre todo la actitud de mi padre con toda esta historia y ver también cómo saqué la fuerza sin tener dinero, sin estar preparada a nivel de estudios, etc. Solo teniendo mucha ilusión y mucho entusiasmo por una nueva vida, por mi hijo, la música, etc. Todo eso es lo que me hizo salir de ahí y querer otra vida.

Se ha encontrado estos días en Navarra con chicas y chicos adolescentes, ¿qué les ha transmitido?

-Estas charlas son interesantes como prevención para ellas y para ellos, porque la historia es para hombres y para mujeres, también para jóvenes de ambos sexos. Es interesante que lo lean y que sepan que eso está ahí y que no hay que llegar a este tipo de relaciones. Me interesa mucho contarles esos síntomas del principio, hablarles del control, del aislamiento, de la bronca que te hace llorar, que son signos de una relación tóxica. Yo siempre les digo a los jóvenes que los celos no son amor, si te hace llorar no es amor. Explicarles que las relaciones de amor tienen que estar basadas en relaciones de respeto, igualdad y amor, claro. Y es bueno que sepan que te puedes levantar cuando caes, que tenemos fuerza para salir de ahí.