pamplona - La premura de tiempo para salir con vida de una avalancha ha convertido al ARVA, el aparato de localización de víctimas en caso de avalancha, en pieza fundamental del equipamiento que debe portar todo buen montañero en condiciones invernales. Las estadísticas lo corroboran, ya que el 92% de las personas fallecidas tras ser sepultadas por un alud no llevaban este dispositivo, mientras que el 8% restante sí contaba con él.
Pero si el ARVA es importante, tanto o más lo son una buena sonda (vara metálica alargada con la que se profundiza en la nieve para buscar objetos enterrados) como una pala metálica. “Son tres elementos que si van de la mano pueden salvar la vida de una persona enterrada por un alud, ya que se estima que un solo socorrista equipado con los tres y buscando a una persona sepultada a un metro de profundidad puede tardar entre 5 y 15 minutos en finalizar la localización”, destacaron el jefe del GREIM de Pamplona, Francisco Valero, y el policía foral Raúl García, esta semana. “Los tiempos van aumentando si nos falta uno de estos elementos, con lo que se reduce de forma importante las posibilidades de supervivencia del accidentado”.
búsqueda en tres fases Para llevar a cabo la búsqueda de una persona enterrada en un alud, los expertos resumen el proceso en tres fases: la primera de ellas, una búsqueda primaria donde se realiza un rastreo superficial y visual de la zona de la avalancha, mientras se intenta localizar una señal primaria con el ARVA en modo receptor, atendiendo a su rango de alcance. Para ello, es aconsejable situarse en la parte alta de la nieve desplazada y descender realizando trayectos horizontales.
Una vez recibida la primera señal del ARVA se inicia la búsqueda secundaria o de precisión, guiados por el mismo dispositivo. “El método más utilizado de búsqueda de precisión es el de cruces. Tomando como referencia el lugar donde hemos recibido la primera señal nos desplazamos en una línea horizontal hasta comprobar en qué punto recibimos la señal con mayor intensidad. Si avanzamos y se reduce, debemos retroceder hasta buscar el punto idóneo. Una vez lo encontramos, nos desplazamos en perpendicular repitiendo el mismo proceso. Es importante realizar los movimientos lentamente para dejar que el ARVA procese la señal”, destacaron.
Localizado el punto de mínima distancia con la persona accidentada, se inicia la búsqueda terciaria, en la que “debe determinarse con exactitud la posible localización de la víctima. Para ello debemos realizar esta búsqueda a ras de suelo”, expusieron. Es momento de utilizar la sonda metálica, con la que agujerear la nieve hasta dar con la persona enterrada, realizando para ello un sondeo estratégico en espiral o con círculos concéntricos. “Si estamos en una zona de pendiente hay que introducir la sonda en la nieve manteniendo el ángulo de 90 grados ya que si no lo hacemos así llegaremos a menos profundidad”, advirtieron los expertos.
Una vez que se ha confirmado la ubicación exacta de la persona enterrada, y dejando la sonda clavada en el suelo como referencia, se inicia el paleo estratégico. “Se debe excavar una zanja empezando a una distancia de seguridad necesaria y de un metro de profundidad, que es la profundidad media a la que suelen hallarse los sepultados por un alud. Pero no basta con llegar al pie de la persona, sino que hay que alcanzar sus vías respiratorias para poder liberarlas y conseguir que la persona respire, objetivo último de nuestra búsqueda”, concluyeron los expertos en rescates de montaña. - J.M.S.
¿Qué es? Un ARVA, del acrónimo francés Appareil de Reserche de Victimes d’Alvalanche, es un aparato capaz de localizar a una víctima de avalancha de nieve que ha quedado completamente sepultada y que también lleva otro ARVA. En emisión es una radiobaliza que emite un campo magnético a 457 KHz. En recepción recibe esta señal, la amplifica y transforma bien en una señal audible o en una indicación digital de distancia al emisor.
Importancia del equipamiento: ARVA, pala y sonda. Tomando como referencia un socorrista y que la víctima de una alud se encuentre enterrada a un metro de profundidad en nieve compacta, los tiempos estimados de localización y rescate según el material son:
-Con A+P+S, entre cinco y quince minutos
-Con A+P, entre quince y treinta minutos
-Con A+S, entre treinta minutos y una hora
-Solo con A, más de una hora.