Pamplona - Ante la mirada atenta de más de cuarenta niños, el centro de Recuperación de Fauna Silvestre y la Fundación Ilundain devolvieron ayer a la naturaleza un busardo ratonero o aguililla después de ser atendido por el mismo centro por poco más de un mes.
La suelta fue realizada por Xabier Esparza Garayoa, biólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que explicó a su joven audiencia que “este ave es un gran aliado del agricultor porque come principalmente roedores como topillos o ratones de campo que se alimentan del grano cultivado; es un controlador biológico excepcional, además de gratuito”.
Pese a tratarse de un ave útil para el hombre sigue siendo una rapaz y entraña riesgos incluso cuidar de estas. El busardo llegó en una jaula y el tiempo que estuvo cerca de adultos y niños tenía su radio de visión tapado por un casco. Esparza añadió que “el busardo ratonero es una especie salvaje y es necesario estar listo para cualquier imprevisto. Son animales que en cautividad están estresados y hay que saber manejarlos. Por seguridad cubrimos sus ojos“ hasta el momento de soltarlo.
No obstante, cuando se pidió la colaboración de los niños para solar al ave casi todos se presentaron voluntarios. La afortunada fue Daniella, una estudiante de 6º de Primaria del Colegio Hilarión Eslava de Pamplona, que sujetó al busardo con un guante especial antes de proceder a su liberación. Daniella declaró que “la experiencia ha estado muy bien. No he hecho algo así nunca y no he tenido miedo, aunque estaba un poco nerviosa. Creo que lo haría una vez más”.
Este ave suele cazar desde posadero y se puede ver con frecuencia apoyada en los postes eléctricos. No se trata de una especie en peligro como el milano real: su número es estable. Esto se debe a que además del busardo típico de la Península Ibérica que pasa todo el año en Navarra, en invierno llegan otros procedentes de Europa, que evitan que se reduzca la población.
El aguililla que se soltó ayer era casi un polluelo. El ave se puso enferma porque no “comía bien”. Esta especie empieza a cazar cuando dejan de ser crías y aquellas que fallan al principio en sus intentos tienen problemas de inanición. Este ejemplar llegó al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre tras una llamada al 112. Según Esparza, “se le da de comer primero alimento muerto y cuando se comprueba que puede cazar se le suelta para su viaje. Ha recuperado peso, ya ha cazado por sí misma y ahora la vamos a soltar”.
La suelta del busardo se realizó con los campamentos rurales de la Granja Escuela de Ilundain poniendo punto y final a las actividades de este año. Este es el quinto año que se organiza este campamento matutino para los más jóvenes de Navarra. La Granja Escuela de Ilundain continúa su tradición de promover el compromiso individual y colectivo con el medio ambiente, acercar a la sociedad al medio rural y adquirir conciencia de la problemática ambiental que supone nuestro modo de vida. Estos objetivos se transmiten a través de la realización de actividades como salidas montañeras, siembra, recolección en huertas ecológicas, actividades con animales, elaboración del pan, etc.
Estas se realizan por las mañanas y los niños son recogidos en autobuses de la propia fundación Ilundain. Los niños que han participado provienen de varios puntos de la comarca como Pamplona, Cizur, Ansoáin, Berriozar y otros. Estos campamentos rurales realizados en colaboración con Caja Rural tienen lugar una semana al año, en agosto, y organizan varias actividades para los niños relacionadas con el medio ambiente. Al terminar la suelta los niños se fueron a comer y el busardo se marchó para cazar.