Pamplona - Acudir al médico y poder entender sus indicaciones, acceder al sistema educativo en el lenguaje materno, formar parte de una mesa electoral, casarse, elegir la lengua en la que comunicarse o conducir son una pequeña parte de los derechos que un millón de personas sordas en el Estado, 14.500 de ellas navarras, según datos del Instituto Nacional de Estadística, han conseguido a base de esfuerzo y unión desde hace casi un siglo.
Estos objetivos se han logrado gracias a asociaciones como Asorna, que ayer celebró el acto principal de su 60 aniversario con una jornada centrada en la autodefensa de los derechos de este colectivo. “Respaldar la lengua de signos y ponerla en valor, así como fortalecer el acceso de calidad a la cultura es imprescindible. Esto no es un lujo, aunque lo parezca, sino un derecho”, explicó Luis Carlos Larrea, presidente de Asorna.
La encargada de impartir la charla fue Patricia Mora, la asesora jurídica de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), un movimiento asociativo formado por 118 asociaciones y federaciones, entre ellas Asorna. El objetivo de esta entidad es reivindicar los derechos de las personas con discapacidad auditiva en la legislación estatal. “La autodefensa es la capacidad de defenderse uno mismo. Todos tenemos derechos, pero muchas veces los discapacitados auditivos no pueden disfrutarlos”, aclaró Mora.
Las barreras de comunicación son la mayor dificultad con la que se topa dicha agrupación. “Es una discriminación casi constante y que la sociedad no conoce, parece que si les hablas alto te van a entender y no es así”, especificó Sofía de Esteban, coordinadora de proyectos de Asorna.
Lengua de signos En la charla, Mora explicó que la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconoce las lenguas de signos españolas, es uno de los hitos más importantes por la comunidad. La ley de signos es la referencia de todas las personas sordas. Esta posiciona dicha lengua al mismo nivel que cualquier otra. “Se tiene el derecho a elegir si utilizar un audífono, un implante, la lengua de signos o un intérprete, pero nadie puede decidir por ellos, es la persona quien elige qué utilizar”, precisó Mora.
Otro derecho es el de contar con intérpretes profesionales en cualquier institución. Estos son los puentes de comunicación con la sociedad oyente, juegan un papel fundamental para la participación de personas sordas.
En opinión de Mora, el problema fundamental es que “aunque se reconozcan derechos legislativos, si no se cumplen, no tienen ningún tipo de valor y, por tanto, hay que reclamar”. Esta es la clave en la autodefensa para seguir luchando por conseguir los derechos y poder gozar de igualdad en la sociedad. Por ello, desde la CNSE se animó a las personas con esta discapacidad a protestar ante cualquier distinción que ampare la ley. “Primero hay que reclamar. Si se tienen dudas de cómo hacerlo, acudir a la asociación y, si se necesita más ayuda, hay que ponerse en contacto con la confederación”, puntualizó Mora.
Ante dicho problema, desde la CNSE se lanzó la plataforma online Guía para la autodefensa en la lengua de signos para saber cómo actuar y dónde acudir y poder reclamar las distinciones hacia las personas sordas en los diferentes ámbitos públicos.
Proyectos presentes y futuros
Distintas instituciones se unieron a la celebración del aniversario. La empresa Adaptavida presentó durante la jornada sus nuevos productos para el hogar con el objetivo de mejorar su calidad de vida: desde timbres luminosos hasta aparatos que envían avisos al móvil. A lo largo del año tendrán lugar otros actos. Por ejemplo, el 14 de junio, Día Nacional de las Lenguas de Signos se iluminará la fachada del Ayuntamiento de Pamplona de color turquesa, el color de las personas sordas. Asimismo, en colaboración con el Teatro Gayarre se interpretará una obra basada en el mundo al revés.