Madrid - La primera gran borrasca atlántica con nombre, Ana, que ya ha comenzado a retirarse de la península, ha dejado a un pescador desaparecido cuando faenaba en aguas mallorquinas y ha complicado las comunicaciones aéreas y marítimas además de ocasionar centenares de incidencias menores. Los fuertes vientos de las últimas horas golpearon a Palma de Mallorca donde los servicios de emergencias prosiguen la búsqueda de un pescador de caña arrastrado al mar y piden mucha precaución ante la mala mar, que ha supuesto el cierre de los puertos de Formentera y Ciutadella. El desplazamiento de Ana hacia latitudes europeas ha originado la cancelación de 50 vuelos europeos en 10 aeropuertos españoles, el más afectado es El Prat de Barcelona con 21 vuelos cancelados. - Efe
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