pamplona - ¿Quién mató a Wilson Yanza Heredia? Por lo visto ayer, solo apenas de escuchar a los procesados oponerse a los escritos de acusación, podría deducirse que Wilson murió solo, o por accidente, es decir que allí no hubo una muerte violenta como indican todas las pruebas. Solo así se podría entender las defensas que los tres acusados dejaron entrever en la apertura de la vista oral por el crimen de Yanza, ecuatoriano de 33 años y vecino de Tudela, que falleció estrangulado y cuyo cadáver apareció flotando en el río Ebro a su paso por Castejón el 3 de noviembre de 2016. Llama la atención que las versiones de los tres encausados proclamen su inocencia y traten de sembrar la sospecha sobre el otro. La mujer de Yanza, Irene de Fátima Sabino, afirmó ayer que no recordaba los hechos y que ella no fue responsable, mientras los otros dos acusados, sobrinos de esta y hermanos entre sí, apuntaron a la culpabilidad de la esposa.

Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular consideran que el crimen fue planeado premeditadamente entre los tres y se perpetró por el temor de la mujer de perder la custodia del bebé que tenían en común tras descubrir que Yanza había estado informándose acerca de “quitarle la custodia a una mujer con problemas depresivos”. Además, la acusación particular añade al móvil del crimen un motivo económico y apunta a que la mujer tenía planeado viajar a Brasil con una nueva pareja y su bebé con el dinero que iba a cobrar de los seguros tras la muerte.

Ahora, un jurado popular que fue elegido ayer, compuesto por seis hombres y tres mujeres, será el encargado de juzgar durante esta semana a los procesados y de alcanzar el veredicto. Responderán a las preguntas que les formule el magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia, José Francisco Cobo.

Irene de Fátima está acusada de planear el crimen de su marido con la ayuda de sus sobrinos, Rozilene de Fátima y Ronaldo Dias Camargo, al que se acusa de asfixiar a la víctima por la espalda. Por su parte, la mujer del fallecido y su sobrina están acusadas de participar en un plan premeditado para acabar con la vida de Yanza, supuestamente ideado por la esposa. Durante la sesión, los tres procesados negaron tal confabulación.

VARIAS VERSIONES EN INSTRUCCIÓN Durante la instrucción de la causa, además de ofrecer versiones dispares, los tres encausados se contradijeron entre sí y fueron variando parte de sus declaraciones a lo largo del tiempo. En un comienzo, Irene y Rozilene negaron lo ocurrido, y Ronaldo decidió acogerse al derecho de no declarar. Posteriormente, apuntaron a que Yanza llegó al domicilio -donde convivía con su mujer y su bebé- con signos evidentes de estar ebrio e inició una discusión. Para evitar que el conflicto se agravara -la víctima había sido condenada por maltrato-, Ronaldo interfirió en la pelea y sujetó a Yanza para defender al bebé y a su madre. Las encausadas declararon que durante el forcejeo, tras un mal gesto, Yanza cayó desplomado, aunque nunca admitieron que hubiera muerto en ese momento.

Ronaldo, que ingresó en prisión provisional nada más ser detenido, decidió ofrecer su versión tres meses después y declaró que, cuando fue a apaciguar los ánimos entre Yanza y su mujer, esta pidió a los dos sobrinos que les dejaran resolver sus diferencias a solas. Cerca de una hora más tarde, Ronaldo y Rozilene regresaron a la estancia donde se encontraron a la víctima sin vida después de presuntamente haber sido asfixiada con una toalla por su tía Irene. Juan Bautista Larrayoz, letrado defensor del sobrino, sostiene que su representado “se encontraba en el lugar erróneo en el momento equivocado” . Ronaldo solo admitió ayer haber estado en el lugar de los hechos y haber participado en el traslado del cadáver de Yanza desde Tudela hasta Castejón, donde lo arrojaron al Ebro. De cómo se produjo el crimen, no dijo nada.

Juan Manuel Casado Angós, abogado defensor de Rozilene, entiende que los actos de ésta nada tuvieron que ver con la muerte de Yanza, ya que esta se limitó a cuidar del bebé y no pudo hacer nada para impedir el fatal desenlace. La encausada se declaró ayer inocente y subrayó que su “único error fue no contar la verdad desde el principio” por el miedo que le tenía a su tía. Por último, José Aguilar García, que defiende a la mujer de la víctima, pidió al jurado popular que su valoración no se limite a las alegaciones de las partes sino que se ciñan a las pruebas. Asimismo, la esposa del fallecido dijo no tener nada que ver con ningún plan previo entre familiares y negó haber amenazado o coaccionado a sus sobrinos.

7 MESES y SIN FALLO DEL ÚLTIMO JURADO

Veredicto en febrero. El último juicio con jurado popular celebrado en Navarra tuvo su veredicto el pasado 14 de febrero, pero desde aquella fecha no se sabe nada todavía de la sentencia. En los siete meses que han transcurrido desde que el jurado hallara a Luis Alberto Alarcón Aguirre culpable de haber asfixiado al joven Daniel de la Fuente Velado, de 22 años, en una furgoneta, a magistrada Raquel Fernandino, de la Sección Segunda de la Audiencia y que presidió aquel jurado, no ha decidido aún la condena. La pena oscilará entre los 2,5 años que solicitaba la defensa y los 10 años que reclama la acusación particular, pero la magistrada no ha decidido aún cuál es la pena a imponer y los argumentos a utilizar. El retraso en la decisión (en Navarra no ha habido ninguna sentencia con jurado que haya tardado tanto tiempo en dictarse) puede deberse a la dificultad a la hora de apreciar atenuantes, pero lo cierto es que el tiempo ya es demasiado.