pamplona - El pleno del Parlamento de Navarra aprobó ayer una resolución por la que insta al Gobierno de España a que, en colaboración con el Gobierno de Navarra, dé los pasos necesarios para que en el vestíbulo principal del aeropuerto de Noáin-Pamplona se instale un monolito y una placa explicativa como homenaje y reconocimiento a la figura de Virgilio Leret, militar pamplonés, leal a la II República, que fue asesinado por los sublevados en Melilla el 18 de julio de 1936.

Inicialmente, Geroa Bai había presentado una moción para dar al aeropuerto el nombre de Virgilio Leret, pero finalmente aceptó sustituir esta propuesta por una enmienda del PSN, que planteaba instalar el monolito.

El parlamentario de Geroa Bai Koldo Martínez destacó que “el objetivo de esta moción es rendir homenaje a un militar español de origen navarro fiel al orden constitucional republicano” que fue “uno de los primeros oficiales del Ejército ejecutados por los sublevados” de 1936.

El parlamentario de Navarra Suma Iñaki Iriarte explicó la abstención de su grupo señalando que ha quedado “fascinado” conociendo la vida de Virgilio Leret, “un héroe de guerra, condecorado cuatro veces en la guerra de África”, pero opinó que también “es necesario hacer una memoria integral que incluya otros nombres, como el de Julio Ruiz de Alda, aviador navarro, fundador de la Falange, y también asesinado en 1936”.

La parlamentaria del PSN Arantxa Biurrun señaló que el grupo socialista “no puede estar más de acuerdo en honrar y dignificar la figura del capitán Virgilio Leret”. “Su lealtad a la legítima República le costó la vida el 18 de julio de 1936”, afirmó. Laura Aznal (EH Bildu) apuntó que “nos gusta la idea de honrar la memoria de las víctimas del franquismo”. No obstante, presentó una enmienda para proponer que se abra un proceso participativo para decidir la denominación del aeropuerto. Geroa Bai no aceptó la enmienda.

En la misma línea, el portavoz de Podemos, Mikel Buil, señaló que su grupo hubiera preferido llevar esta decisión a un proceso de participación, pero en todo caso valoró que con esta iniciativa “se permite hacer un homenaje a una persona valiente y emblemática para la ciudad”. La parlamentaria de Izquierda-Ezkerra, Marisa de Simón, valoró que esta iniciativa puede permitir dar a conocer la figura de Virgilio Leret, que “fue de los primeros militares asesinados y lo fue por ser fiel a un régimen democrática y legítimamente establecido”.

virgilio leret ruiz Virgilio Leret Ruiz nació en Pamplona en 1902 y murió fusilado en Melilla la madrugada del 18 de julio de 1936 por oponerse al golpe franquista. Durante su corta vida, siempre ligada al Ejército del aire, hizo la carrera de ingeniero mecánico electricista, participó en la guerra de Marruecos como aviador, escribió libros de ficción y desarrolló diversos proyectos, entre los que destaca su modelo de motor de avión a reacción, que patentó en julio de 1935.

A la vez, formó una familia junto a la escritora y periodista Carlota O’Neill, madrileña de origen mexicano con la que tuvo dos hijas. Su mujer, que pasó cinco años encarcelada por quienes mataron a su marido, pudo esconder y conservar los planos del motor. La vida de Leret ha sido recogida en artículos de prensa, documentales y publicaciones con afán de sacar a la luz a protagonistas de la historia que la dictadura intentó ocultar.

La asociación AFFNA 36, dentro de su campaña “adoquines tropezones”, colocó en 26 de junio de 2017 una placa en la calle Compañía, de Pamplona, justo delante del portal donde nació este militar que, gracias al tesón de su hija Carlota, ha logrado despegar en la memoria histórica años más tarde y recibir distintos reconocimientos particulares y oficiales. “Tengo que agradecer este acto porque viene sobre todo del corazón y de la emoción de la gente”, explicaba entonces Carlota, hija de Virgilio y también de otra Carlota, Carlota O´Neill, feminista republicana que se casó con este piloto al conocerlo en Barcelona y que tras muchas peripecias, juicios y encarcelamientos, consiguió huir con su hijo y su hija a Venezuela en 1949. Desde allí colaboró con la causa antifascista europea y sobre todo, sembró en sus hijos sólidos principios democráticos y un deseo por conocer y hacer conocer la verdad.

Carlota Leret investigó qué sucedió aquel 17 de julio en Melilla. “Mi madre nunca supo que la versión oficial de que fue fusilado el 23 de octubre era falsa. En realidad lo mataron al amanecer del primer día de la guerra después de haber sido apresado tras quedarse sin munición defendiendo el puesto de la base de Hidroaviones del Atalayón de los regulares sublevados”. “El golpe de estado les pilló por sorpresa porque horas antes estábamos toda la familia paseando y no tenían ni soldados ni armas suficientes para defenderse del ataque una vez que tenía claro que debía ser fiel a la República”, recordaba su hija en Pamplona hace dos años. - L.C.H.