Qué es el feminismo? Nuria Varela nos dice que "El feminismo es una teoría política articulada por mujeres que, tras analizar la realidad en la que viven, toman conciencia de las discriminaciones que sufren por la única razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con ellas, para cambiar la sociedad. El feminismo se articula como filosofía política y, al mismo tiempo, como movimiento social. El feminismo nació hace 300 años cuando un grupo de mujeres se dio cuenta de la opresión que sufrían solo porque eran mujeres". ¿Por qué tenemos privilegios los hombres, por el mero hecho de serlo, sobre las mujeres?

Una respuesta simplista tendería a enfocar el problema exclusivamente en los hombres sin ahondar en el por qué de la pregunta, quizás porque no interesa la respuesta ya que para respondernos tenemos que cuestionar nuestro propio sistema. Porque es el sistema capitalista el que más ha ahondado en la brecha social entre hombres y mujeres. Para el Capital, las personas trabajadoras somos meras mercancías que nos pagan por nuestra fuerza y/o capacidad de trabajo. Es en el mercado y con sus normas transaccionales donde todo tiene un valor y todo tiene que ser productivo, competitivo y dar ganancias. Este sistema, desde los orígenes del capitalismo moderno con la revolución industrial, ha necesitado, fomentado e inculcado para su supervivencia, que la persona trabajadora fuese más productiva y para ello tenía que meter muchas horas a bajo coste, tenía que ir a casa a descansar (el descanso del guerrero) para que al día siguiente estuviese con sus fuerzas plenas y además tenía que reproducirse para asegurar que la mano de obra no bajase. Y así se fomentó el patriarcado en su fase más dura, a la mujer de la clase obrera le dejan incorporarse al trabajo industrial por ser una mano de obra más barata y menos reivindicativa que los hombres. Pero en la burguesía como clase social pudiente se fomentó a la mujer sumisa, sirvienta, sexualmente incondicional, que cubriese los cuidados y la crianza. Este contrato social aseguró así mismo, un espacio en el que "resolver" individualmente las frustraciones estructurales derivadas de la explotación. La violencia contra las mujeres era/es una forma estructural de "canalizar" la violencia contra los patronos y otras formas de explotación.

Es durante la segunda ola feminista cuando se denuncia tamaña discriminación y sometimiento. Conforme el mercado y las empresas se fueron modernizando, robotizando y mecanizando procesos, la mano de obra necesaria ya no era tan alta, lo que le quitó presión a la reproducción. Es entonces cuando las mujeres desde su lucha constante, desde la sororidad (hermandad de las mujeres) impulsan valores de liberación sexual (tercera ola feminista) y de incorporarse por igual al mercado laboral (entre tantas otras demandas). La lucha obrera inicial por dignificar el puesto de trabajo, sus condiciones higiénicas, de seguridad, la reducción del tiempo de trabajo, el derecho a las vacaciones, la cobertura social y médica, la jubilación, la asociación€ es una lucha de clases. Una lucha de la clase obrera frente a las clases burguesas y las clases dominantes enriquecidas. Una lucha que, con unos valores profundos como los de la solidaridad, equidad y respeto entre el proletariado, y que con sus propias contradicciones culturales no se terminaban de ejercer entre los hombres obreros y las mujeres obreras. Las reivindicaciones de las mujeres siempre eran "la causa aplazada". Se buscaba arrebatar a la clase dominante sus privilegios para poder vivir dignamente, pero lo que se asimilaba en el trabajo no fue aceptado de igual manera en la intimidad, perdurando conductas machistas de supremacía del hombre y de sometimiento a la mujer. El acoso, los malos tratos y la violencia sigue ahí, recordándonos con cada violación, con cada muerte de mujer que el camino es todavía largo y duro.

En todo este recorrido de la lucha feminista se ha puesto en evidencia y se ha visibilizado que los hombres tienen más privilegios que las mujeres y ahondando en ello, la pregunta que nos interpela el feminismo (como ya lo hizo a su vez el socialismo) es ¿por qué tiene que haber privilegios? Y esta es la gran cuestión que pone en jaque mate al propio sistema capitalista ¿por qué tiene que haber tantas diferencias de riquezas entre la gente? Es por ello que tanto les asusta y preocupa el feminismo, perder privilegios entre un hombre y una mujer es la máxima democrática de exigir que se pierdan privilegios entre clases sociales. Lo remarca la filósofa y escritora Silvia Federici "no se puede ser feminista y no estar en contra del capitalismo. (..) El feminismo no es solamente mejorar la situación de las mujeres, es crear un mundo sin desigualdad, sin la explotación del trabajo humano"

Pero si algo tiene el mercado, es su gran capacidad de absorber las amenazas, convertirlas en moda y hacerlas vendibles. La táctica es simple: primero demonizan a sus protagonistas llamándoles feas, poco atractivas, marimachos...; segundo si eso no surge efecto dicen que el feminismo es un machismo a la inversa y a las más radicales las desprestigian tratándolas de feminazis, mezclándolas con una ideología contraria, totalitaria y autoritaria; tercero, fomentan un "feminismo light", un "feminismo liberal" que hasta la extrema derecha se sienta cómoda, una meritocracia vendible que nada cuestione, para ello hacen campañas publicitarias pseudo-feministas donde un hombre y una mujer de clase media-alta se vean iguales, una igualdad entre iguales que a nadie incomoda; y cuarto, el resto no existe, invisibilizan al propio movimiento feminista.

Cierro con una bella definición de Ana Beaumont "El feminismo es un movimiento pacifista, cultural, social, político, económico que persigue transformaciones políticas radicales. Plantea otro modelo de organización social. La igualdad entre sexos es uno de sus axiomas, pero no el único. Es un movimiento humanista global por los Derechos Humanos que pone la sostenibilidad de la vida y de los cuidados en el centro". Hombres, mujeres y cualquier identidad diversa, conviviendo en total armonía en una única clase social, la clase humana en un planeta vivo, cuidado y donde toda raza y expresión cultural tiene cabida.

El acoso, los malos tratos y la violencia siguen ahí, recordándonos con cada violación, con cada muerte de mujer que el camino es todavía largo y duro