No hay conversación en la que no salga a colación si el Gobierno vasco impondrá nuevas restricciones antes de que Olentzero baje del monte y las familias se reúnan en torno a una mesa. El dictamen elaborado el viernes por el Comité Técnico del LABI posponiendo la decisión al día 22 ha dejado frío a casi todo el mundo, que daba por hecho un endurecimiento del plan de Navidad. Sobre todo a la vista de que en Europa varios países, como Alemania, Italia o Francia, han sufrido un importante incremento de la extensión de la enfermedad, de los contagios y de la mortalidad. Y más cerca, comunidades como Baleares, Valencia o Madrid han echado el freno a la movilidad y a los encuentros navideños al detectarse el inicio de un ascenso en su curva epidemiológica.

Sin embargo, la ausencia de nuevas restricciones por parte del Ejecutivo de Gasteiz obedece a la lógica de los datos sanitarios que ha guiado la gestión de Lakua en la pandemia. Aunque a lo largo de esta semana se han escuchado voces del Gobierno, como la del portavoz Bingen Zupiria, o la del propio lehendakari, Iñigo Urkullu, urgiendo a actuar con el mayor de los celos y a no usar el Plan de Navidad para "irse de farra", la realidad es que los datos no dan para apretar más si se comparan con los de hace 7 días.

El pasado sábado entraron en vigor las actuales medidas preventivas y las que regirán durante el periodo navideño en Euskadi que fueron acordadas con el resto de las CCAA y el Ministerio de Sanidad en el Consejo Interterritorial de unos días antes. Así lo ha dictaminado el propio el Comité Técnico del LABI. No obstante, advierte de que aunque mejor, la situación sanitaria dista mucho de ser buena. En su informe del viernes, el LABI puso de manifiesto que la situación epidemiológica en Euskadi "ha experimentado desde primeros de noviembre una notable mejoría, lo que no significa en todo caso que nos encontremos en una buena situación".

Quinta comunidad con la incidencia más alta

Cabe recordar que con 254 casos por cada 100.000 habitantes, Euskadi es la quinta comunidad autónoma con la tasa de incidencia acumulada los últimos 14 días más alta del Estado después de Baleares (338), Comunidad Valenciana (271), Madrid (276) y Castilla La Mancha (261). Según los técnicos del LABI, los datos disponibles de la última semana un contexto de "incertidumbre". Han sido 7 días de diente de sierra, en los que ha registrado un ligero descenso en el número de contagios (hoy 423), la tasa de positividad se ha mantenido por debajo del 5% (hoy es del 3,3%) y ha bajado el número de ingresos y hospitalizaciones.

Por tanto, la expansión del virus se está frenando poco a poco y la tensión sanitaria ha disminuido. Según el Ministerio de Sanidad, el porcantaje de camas ocupadas en los hospitales vascos por pacientes covid es del 12,95% y del 21,15% en las UCI. Pese a todo, Euskadi sigue estando en la franja alta de la alerta naranja -en el nivel 3 de 5 de emergencia del plan vasco de contingencia - que indica una transmisión comunitaria del virus "tensionada".

Un cóctel plagado de incertidumbre

Además, la sombra del Puente de Diciembre sigue pesando y hay dos puentes seguidos por delante con reuniones familiares en casa, desplazamientos etc. Este cóctel de factores -la situación en Europa, la curva epidemiológica ascendente en el Estado y la propia situación sanitaria de Euskadi- hace que los técnicos del LABI consideren que es "más prudente" en este momento "prolongar por unos días la observación de la evolución epidemiológica" antes de adoptar cualquier decisión que modifique las actuales restricciones.

Pero con independencia de si el próximo martes finalmente se endurecen las medidas del Plan vasco de Navidad, o no, el mensaje del LABI para actuar con prudencia es claro a través de sus recomendaciones.

Recomendaciones

1. Mantener activas las medidas preventivas establecidas en el Decreto del Lehendakari de 10 de diciembre y volver a realizar una nueva evaluación este próximo martes, 22 de diciembre. Si la situación no mejora será necesario considerar nuevas restricciones.

2. Reforzar en el periodo navideño las tareas de testeo, identificación y seguimiento de casos, contagios y contactos. Del mismo modo es crucial el cumplimiento de las órdenes de confinamiento en los casos de contagio y contactos estrechos.

3. Aconsejamos dirigir un mensaje a la sociedad concentrado en una propuesta que refuerce el compromiso preventivo:

Los límites establecidos por los Decretos configuran los máximos que no deben rebasarse en ningún caso. Por debajo de esos máximos, cada persona y cada familia puede establecer un compromiso voluntario de intensificación de las medidas preventivas. Ponemos el acento en cinco medidas muy importantes para estos días:

—Reducir al máximo posible el número de personas en los encuentros familiares navideños. Es mejor ocho que diez y seis que ocho.

—Reducir al máximo posible la mezcla de unidades convivenciales diferentes durante estas fechas.

Limitar nuestra actividad social y las interacciones con personas que no formen parte de nuestro entorno cercano, y adelantar todo lo que sea posible nuestra hora de vuelta a casa.

Evitar aglomeraciones en establecimientos o en espacios cerrados y mal ventilados.

Incrementar la ventilación, especialmente en estas fechas y en esta estación. Tiene un valor preventivo fundamental ventilar todos los espacios en que nos interrelacionamos.

No todo lo puede regular un Decreto. El compromiso cívico, un gran pacto social por la prevención puede y debe tener tanta fuerza y tanta eficacia como el articulado de un Decreto.