- Un grupo investigador de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha llevado a cabo una revisión de la literatura centrada en las dietas saludables sostenibles. Así, puso de manifiesto que no siempre se utilizan todos los indicadores que serían adecuados para obtener una visión completa de lo que se considera una dieta saludable sostenible.

Los autores señalaron que, en la práctica, la mayoría de los estudios centrados en estas dietas “se enfocan en uno o pocos aspectos ambientales, como las emisiones de gases de efecto invernadero o el uso del agua, y pasan por alto los posibles desplazamientos de impactos a otros sectores o recursos”.

Además, tal y como explicaron, “estos estudios generalmente no consideran en sus enfoques aspectos como el consumo de alimentos locales y estacionales, la agrobiodiversidad, la producción y el consumo de alimentos ecológicos o los diferentes tipos de sistemas de producción ganadera, que podrían ser importantes para evitar consecuencias ambientales del cambio dietético recomendado”. “Se necesita un enfoque de sistemas que integre los diferentes dominios ambientales para construir sistemas alimentarios resilientes”, concluyeron.

Como indicaron en el artículo, publicado en “Foods, el sistema alimentario mundial es el mayor usuario de agua dulce del planeta, es responsable de alrededor de un tercio de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y ocupa aproximadamente la mitad de la superficie terrestre libre de hielo del mundo.

En cuanto a la salud, en la actualidad se estima que 821 millones de personas están desnutridas y 151 millones de niños menores de cinco años tienen retraso en el crecimiento.