La Asociación de Trasplantados y Enfermos Hepáticos de Navarra (Atehna) ha sostenido, con motivo del Día Mundial de la Hepatitis, que "el principal reto al que nos enfrentamos" es "localizar a las aproximadamente 200 personas" que tienen hepatitis C en la Comunidad Foral y que "no lo saben". Y es que "cada una supone un foco de transmisión de la enfermedad y, si queremos erradicarla, hay que localizarlas", ha apuntado el vocal Antonio García.

En una rueda de prensa convocada en la avenida Carlos III de Pamplona, donde instalaron una carpa informativa, Atehna ha alertado de que la pandemia del coronavirus "ralentiza muy seriamente la detección de las últimas personas infectadas con el virus de la hepatitis C y que no lo saben".

García ha explicado que "el virus de la hepatitis C (VHC) se descubrió en el año 1989 y hasta 2011 solo hubo un tratamiento: el interferón y la ribavirina", que "lo que intentaba era fortalecer el sistema inmunológico de la persona para que destruyera el virus". Sin embargo, según ha indicado, "el 60% no se curaba y solo le quedaba una cosa: esperar a un trasplante o igual algo peor, como podía ser un hepatocarcinoma o cáncer de hígado", de manera que "esas personas fueron amontonándose". En 2011, indicó García, "aparecieron los antivirales de acción directa, que los dos primeros eran tan tóxicos que incluso llegaron a matar a personas y se pusieron muy pocos". Tres años más tarde llegaron los antivirales de segunda generación, con una tasa de curación del 97% pero "a unos precios... El famoso Sovaldi llegó a España a 63.000 euros el tratamiento", ha recordado.

El precio elevado hizo que las autoridades remolonearan, pero "los pacientes nos encerramos en el Complejo Hospitalario a principios de 2015 y conseguimos que los tratamientos se pusieran bajo criterio médico y a todo el mundo", ha relatado.

1.800 pacientes tratados desde 2015

Así, el 1 de enero de 2015 había en Navarra 1.528 personas con carga viral del VHC, pero desde entonces ya se han tratado a 1.800 pacientes con estos antivirales de acción directa. "¿Qué ocurre? Que viene la covid-19. Tenemos a casi todo el mundo tratado, pero nos faltan 400 personas, las más difíciles de localizar. ¿A quién se encomienda localizarlas? Sobre todo a Atención Primaria. De esas 400 personas, 200 aproximadamente están localizadas y se les ha mandado al médico de cabecera para que confirme que está enfermo y les mande a Hepatología para su tratamiento y curación. Pero el grupo más difícil de localizar son esas 200 que están enfermas y no lo saben", ha afirmado García.

Como ha concluido, "haber tratado a 1.800 personas en estos años es una burrada, haber dejado la lista de espera en Hepatología vacía es muy importante, pero si queremos realmente erradicar la enfermedad hay que localizar a esas personas". Tras señalar que la cifra de pacientes tratados ha descendido -en 2020 fueron 72 y este año llevamos 35-, ha precisado que "ha bajado mucho porque quedan pocos, porque es difícil localizar los que quedan y porque, encima, el que les tiene que buscar está con la presión del coronavirus". Por ello, ha deseado que "la pandemia les deje trabajar tranquilamente".

La frase

Leticia Remón "El 30% de las personas que viven con VIH tienen además hepatitis C"

Leticia Remón, de Sare, señaló en representación de la Comisión Ciudadana Antisida y de la plataforma NATC, que "el 30% de las personas que viven con VIH tienen hepatitis C. A partir de 2014, con el tratamiento de acción directa de la hepatitis, más de 300 personas con coinfección se han tratado en Navarra y, aunque la hepatitis no está erradicada, en el tema de la coinfección sí que está controlada".

Población en riesgo

¿Quién se debe hacer la prueba?

Salud recomienda a las personas nacidas antes de 1980 que se hagan la determinación de anticuerpos del VHC al menos una vez en la vida. Asimismo, se aconseja a las personas con hipertransaminasemia o enfermedad hepática aguda o crónica; las que se han inyectado o inhalado droga; las que recibieron una transfusión o hemoderivados antes de 1992; las que se sometieron a cirugía e intervenciones odontológicas antes de 1980; las que están en hemodiálisis crónica; las nacidas de madre infectada; las que tengan VIH o hepatitis B; las convivientes o parejas sexuales de un infectado; los hombres que tienen sexo con hombres; los trabajadores sexuales; las que han estado internas en la cárcel; los trabajadores sanitarios tras una exposición percutánea accidental; y las que se hicieron tatuajes, piercings... sin medidas de higiene.