El incendio declarado ayer en las cercanías de Carcastillo no llegó a afectar ni a la población ni a las explotaciones que se encontraban en las inmediaciones de donde se originaron las llamas, pero eso no evitó que durante toda la tarde los vecinos de la localidad con fincas o negocios en la zona vivieran una experiencia de mucho temor. Incluso varios de ellos, así como otros vecinos que disponían de medios, colaboraron con los bomberos haciendo cortafuegos con sus tractores.

Una llama prende el poco terreno que quedaba por quemar en esta zona de pinos.

Ignacio Lacosta y Magui Goñi son dos de los vecinos que vivieron con mucha angustia la jornada de ayer. “Tenemos 12 perros. ¿Qué íbamos a hacer con ellos? ¿Dónde los metemos? Al principio hemos podido seguir en el terreno, pero luego nos han dicho que teníamos que desalojar, porque si cambiaba el viento igual había que desalojar hasta el pueblo”, relataba Magui, que explicó que, mientras estuvieron en la finca indicaron a los bomberos sobre la mejor manera de llegar a la zona afectada.

Un helicóptero del Gobierno de Navarra echa agua sobre el fuego.

Finalmente, la pareja pudo transportar a sus 12 perros al corral de la madre de Ignacio, donde los separaron “las perras por un lado y los perros por el otro”. A pesar de que no pudieron volver a su terreno, no creen que lo hayan alcanzado las llamas. “Aunque está justo debajo del pinar, tenemos campos alrededor que están sin labrar, no se han sembrado, así que no creo que hayan llegado las llamas”, explica Ignacio.

Cristóbal Ortega, por su parte, es uno de los vecinos que colaboró con los bomberos en las labores de extinción del incendio, en la parte afectó a la zona de rastrojo y campo cosechado. Una vez había mejorado considerablemente la situación aseguraba que si en vez de cierzo hubiera habido bochorno “hubiera ardido todo hasta Gallipienzo”.

Agradecimiento del alcalde

El alcalde de Carcastillo, Javier Igal, mostraba ayer por la noche su preocupación por un incendio que permanecía activo, si bien la situación había mejorado considerablemente. También se mostraba aliviado por no tener que lamentar daños personales o materiales de importancia. En ese sentido, afirmó que el pueblo no llegó a correr peligro, pero que un cambio en la dirección del viento habría hecho peligrar “toda la masa de pinar que va dirección al llano de Arrate y a toda la orilla del Aragón, que es donde está todo el combustible”. “Ese era el verdadero peligro. Hubiera sido un desastre”.

El alcalde afirmó que, “en principio”, no ha habido que lamentar daños materiales en las explotaciones ganaderas más cercanas a la zona donde se originó el fuego, aunque una variación en el viento podría haber hecho peligrar alguna de ellas.

En cualquier caso, y a pesar de que el incendio no se daba por controlado al caer la noche, Igal explicó que “sobre las 20.00 horas más o menos se tenía la expectativa de poder abordarlo esta noche con medios manuales y terrestres, porque los aéreos obviamente no pueden trabajar” y que, si bien la superficie afectada por el incendio no se ha calculado todavía, las llamas podrían haber recorrido unos 5 kilómetros en el pinar, y unos 4 en la zona de rastrojo y terreno de cosechas.

Por último, el alcalde de Carcastillo agradeció a todos los vecinos que pusieron sus tractores “a disposición del dispositivo” y, “por supuesto”, a Bomberos, Policía Foral, Guardia Civil, Cruz Roja y todos los que participaron en las labores de extinción”.

Javier Remírez, en el puesto de mando avanzado junto a responsables de Policía Foral y Guardia Civil. Patxi Cascante