Excursiones al río, rutas por la montaña y escapadas al bosque son algunas de las actividades favoritas que trae consigo el verano y Navarra sigue siendo el destino preferido de aquellos que buscan un entorno rural acogedor. Los alojamientos más demandados son las casas rurales, espacios donde los visitantes buscan paz y contacto con la naturaleza. Sin embargo, varios factores han motivado cambios en el ámbito del turismo rural navarro, pues los recientes incendios han despertado la preocupación de muchos visitantes. A pesar de ello, el sector espera colgar el cartel de completo en el mes de agosto.

Beatriz Huarte, secretaria de la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (ANAPEH), reconoce que la frase “Navarra arde” hizo mucho daño y se llegaron a contabilizar hasta un 10% de cancelaciones de las reservas durante junio y principios de julio, y se registró una ocupación menor de la prevista. Sin embargo, Huarte se muestra esperanzada y asevera que “los servicios y las actividades turísticas están en pleno rendimiento y en perfectas condiciones” y que “Navarra sigue siendo un destino natural que podrá comprobarlo todo aquel que nos visite”. 

“Tras la pandemia, la gente busca sitios rurales y espacios abiertos”

María Martínez - Asociación Casas Rurales Tierra Estella

Turismo más sostenible

La pandemia dejó meses oscuros en los que apenas se pudo trabajar en el sector del turismo, sin embargo, la recuperación “ha sido veloz, ha cambiado la forma de viajar, ha cambiado el interés y la motivación”, afirma Huarte. Ahora los visitantes anhelan destinos tranquilos, amables, con experiencias personalizadas. También, “nos hemos encontrado con un nuevo perfil de turista, más sostenible, respetuoso y concienciado”, añade Huarte. A pesar de ello, la secretaria de ANAPEH también asegura que “tal y como iba este 2022, podíamos esperar haber superado cifras anteriores, pero los incendios y altas temperaturas nos hacen pensar que no alcanzaremos las expectativas que teníamos”. Aun así, el nivel de reservas se mantiene y es bueno.

Durante el mes de julio, la ocupación se ha situado entre el 60% y el 90%, aumentando en la última quincena del mes. En agosto, se prevé que la mitad de los alojamientos rocen el 100% en la primera quincena, aunque después se prevé entre un 60-90% de ocupación por el momento. “Esperamos colgar el cartel de completo en la mayoría de alojamientos”, afirma.

El perfil predominante de las casas rurales son las familias (50,9%), seguido de las parejas (34,5%). En cuanto a la antelación de las reservas, el 36,4% de los visitantes reservan con más de dos meses de antelación, el 32,7% reservan con un mes de antelación y el 30,9% reserva con menos de un mes de antelación.

Cancelaciones 

Los fuegos asolaron más de 10.000 hectáreas en junio y supusieron cancelaciones en un 19% de alojamientos, a pesar de que la superficie quemada no llega ni al 1% de la superficie total de la Comunidad Foral, destacan desde Turismo Rural Navarra, conformada por asociaciones implicadas en el sector entre ellas ANAPEH. Muchos turistas han intuido que pueden encontrarse con un paisaje desolado, pero la realidad es que Navarra sigue siendo “un destino ideal para disfrutar de la naturaleza”.

En la Zona Media, una de las áreas más afectadas, de toda su red de senderos se han visto afectadas siete de las 33 rutas recién inauguradas, mientras que en las rutas para BTT han sido siete de las 39 habilitadas. Quedan, por tanto, 26 senderos por los que transitar y 32 rutas de BTT que no han sido tocadas por el fuego en lo que podría denominarse la zona 0 de los recientes incendios. 

María José Iparragirre posa delante de su casa rural ‘Urruska’, en Elizondo. Ondikol

“Decían que por el fuego todo iba a ser una locura, pero no ha sido así”

“Muchos visitantes llaman para informarse sobre el paisaje que han dejado los incendios, pero se tranquilizan al saber que la zona en la que se van a alojar continúa intacta”, asegura Esther López, dueña de la casa rural Belástegui, situada en el pueblo de Eulz. En su alojamiento no ha habido ninguna cancelación por los incendios, pero sí ha recibido llamadas de turistas alarmados por la situación porque “no quieren encontrarse con un paisaje quemado”. Con la pandemia mundial “la gente huye de las aglomeraciones y prefiere entornos rurales. Es una pena que duden por los fuegos”, añade.

Jon Campos, dueño del hotel Valdorba, ubicado en Sánsoain, confirmaba que tuvo cancelaciones por los incendios, pero “ahora la cosa está mucho más tranquila, ya nadie habla sobre esto”. “Todos decían que por el fuego todo iba a ser una locura, pero no. La gente está calmada”, asegura. 

El director del camping Urrobi en el Pirineo navarro, Ion Sánchez, explica que su camping estos días tiene una ocupación del 60%, y que el perfil más destacado son las familias con niños que desean hacer una visita a la naturaleza. No han tenido ninguna cancelación por motivo de incendios, aunque “hay que tener en cuenta el motor de reservas que cada alojamiento usa. A veces la gente usa cualquier excusa para cancelar”, señala.

Juan Campos y Maite Martín, dueños del Hotel ’Valdorba’ en Sánsoain. Juan Campos y Maite Martín, dueños del hotel Valdorba en Sánsoain

Reservas de última hora

María José Iparragirre es la directora de la casa rural Urruska, que tiene 31 años de trayectoria y se ubica en Elizondo. Con alegría, comentaba que “julio y agosto los tenemos casi llenos” y “además, la primavera ha sido muy buena, he trabajado mucho y muy bien”. Así, el clima durante la pasada primavera colaboró a que el alojamiento pudiera acoger a muchos visitantes, aunque ahora la ola de calor ha provocado pequeños cambios en cuanto a las reservas. “Siempre hay factores que mueven las estadísticas, y en este caso está siendo el calor”, mencionaba Iparragirre. Además, a pesar de que el alojamiento Urruska siempre ha estado acostumbrado a tener las habitaciones completas desde principios de verano, “ ahora la gente hace muchas reservas de última hora”. Este es uno de los motivos por los que este año está siendo más tranquilo para las casas rurales. Asimismo, al ser ahora más suaves las medidas de la covid-19, “en primavera pudo venir mucho extranjero”, afirma Iparragirre, “pero, sin duda, destaca el perfil nacional, la gente de aquí”.

Bungalows del camping ‘Urrobi’, en el Pirineo navarro. Cedida

María Martínez Etxebarría, trabajadora de la asociación de casas rurales de Tierra Estella, manifestaba que, respecto a la ocupación, este verano se parece bastante al año pasado . “Después de la pandemia la gente busca alojamientos en entornos rurales, en espacios abiertos. Ahora se valoran mucho más los espacios tranquilos”. Además, “Estella tiene pequeños pueblos con zonas naturales que cada vez atraen a más turistas”, añadió.

Concretamente, en el pueblo de Eulz, la casa rural Belástegui tiene el alojamiento lleno para verano. A Esther López, lo que realmente le preocupa es el mes de septiembre. “Las reservas se hicieron prontísimo, casi desde Semana Santa, pero he notado un parón. Espero que en septiembre el asunto vuelva a moverse”, comentaba.

Por otro lado, Esther López mencionaba que, al menos en su casa rural, se echaba en falta algún extranjero. El perfil más destacado es gente navarra, aunque en verano vienen “personas desde más lejos”, como Valencia, Alicante, Barcelona o Madrid.