– ¿Por qué se ha centrado el estudio en alumnado de FP?

–Decidimos realizar este estudio con el objetivo de analizar el uso que el alumnado realiza del teléfono móvil, y su posible relación con el trastorno por juego en Internet y/o por juego de azar en Internet. Nos centramos en el alumnado de FP por varios motivos. Por un lado, porque encontramos pocos estudios que focalizaran la atención en esta etapa educativa y también porque tenemos contacto con profesorado y orientadores/as y detectamos preocupación por este tema.

¿Qué diferencias han detectado en función del género?

–Detectamos un mayor uso problemático así como mayores problemas relacionados con el uso emocional y comunicacional del móvil en las chicas que en los chicos. El uso problemático del móvil constituye la antesala de un trastorno adictivo y se vincula a una pérdida de control y una mayor inversión del tiempo en el uso del móvil del inicialmente deseado o planificado.

¿Qué problemas puede generar un mal uso del móvil?

–El uso excesivo del teléfono móvil está asociado a multitud de consecuencias negativas como el aumento de sintomatología psicopatológica, especialmente manifestaciones de ansiedad, depresión, problemas del sueño y deterioro en las relaciones familiares. Además, hay que tener en cuenta el objeto de su uso. Por ejemplo, la excesiva atención a las redes sociales está vinculada a la presencia de temor a perderse experiencias o sentirse excluido/a, y ligada a la presencia de sintomatología de ansiedad y depresión. Por otra parte, el acceso a material pornográfico como principal acceso a información sexual y desde edades tempranas, tiene sin duda repercusión negativa, especialmente en las relaciones afectivas.

¿Hace falta un mayor control en las aulas?

–Con carácter general, el uso del teléfono móvil en clase está prohibido, salvo para uso de aplicaciones con carácter pedagógico. A pesar de ello, este estudio revela que el alumnado tiende a utilizarlo en clase para fines no académicos y es necesario profundizar en los factores que pueden estar en la base de este comportamiento. Es probable que el alumnado que hace este uso inadecuado del móvil en clase presente problemas de índole personal y precise el apoyo del orientador/a del centro en colaboración con otros recursos externos. También es muy probable que el alumnado que utilice el móvil en clase lo haga como “vía de escape” de problemas de tipo académico como la desmotivación, la dificultad para entender los contenidos o la espera a la resolución de dudas por parte del profesor/a. Por lo tanto, la solución pasa no solo por mantener un mayor control en las aulas, sino también y especialmente, por conocer y atajar los factores subyacentes a este problema, y por ende, por reforzar la figura del orientador/a, por apoyar al profesorado en el proceso de tutoría y en el desarrollo de nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje.