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La sequía, que obliga a restricciones en la Ribera y el valle de Erro, amenaza a la merindad de Sangüesa

La zona de Yesa entra en nivel de emergencia y podría haber más limitaciones de consumo en localidades pirenaicas

La sequía, que obliga a restricciones en la Ribera y el valle de Erro, amenaza a la merindad de Sangüesa

La ausencia de precipitaciones de los últimos meses en Navarra empieza a tener consecuencias. Continúan desde finales de julio las restricciones de consumo de agua en ocho localidades de la Mancomunidad del Moncayo: Ablitas, Barillas, Buñuel, Corella, Monteagudo, Murchante, Ribaforada y Tulebras; en tres municipios del Valle de Erro: Mezkiritz, Lintzoain y Bizkarreta-Guerendiain y en Bera. En cuanto a regadío, la Confederación Hidrográfica del Ebro está aplicando prorrateos y restricciones de suministro en los grandes regadíos de la margen izquierda del Ebro.

César Pérez, jefe de sección de planificación, estudios y ciclo integral del agua del Gobierno foral, explica que la situación sigue empeorando en las últimas semanas porque continúa sin llover. “Hasta final de verano no va a haber problemas con la mayoría de los grandes abastecimientos por todo lo que llovió en diciembre y enero, pero puede que haya nuevas restricciones en pueblos pequeños del Pirineo o prepirenaicos”.

La zona pirenaica está acusando una sequía importante que afecta a fuentes, regatas y ríos, muchos de ellos con los niveles más bajos de este siglo para estas fechas. Los pastos de montaña se encuentran en una situación extrema y los bosques comienzan a sentir el estrés hídrico. 

Nivel de emergencia en Yesa

“Con los nuevos datos actualizados a finales de julio, toda la zona del cantábrico ha entrado en sequía y la zona del Ebro (Arga, Ega y Aragón) lleva en esta situación desde mayo. Ahora, toda la margen izquierda del Ebro ha entrado en nivel de prealerta y el Aragón en emergencia porque Yesa está muy bajo. El embalse de Yesa está en el segundo nivel más bajo del siglo, tan solo por detrás de la sequía de 2001-2002. Los embalses de Itoiz, Eugi o Alloz estaban de momento en prealerta, pero Yesa está mucho más bajo y se ha instaurado la situación de emergencia y podría afectar al suministro de la zona”, remarca.

El jefe de sección de planificación, estudios y ciclo integral del agua de Navarra considera “normal” que los embalses bajen de nivel en verano, pero asegura que la clave será ver si empieza a llover a partir de octubre. “La situación sí que se complicaría si la sequía se prolonga en otoño e invierno, pero todavía es pronto para saberlo. Tenemos reservas garantizadas hasta final del verano y esperemos que en otoño llueva para evitar situaciones más serias. De momento, parece que esta semana va a llover algo, pero es necesario que las precipitaciones sean abundantes porque el suelo está muy seco”, concluye.