En 2021, la red de salud mental de Navarra atendió más de 150.000 consultas, 15.000 más que en 2020 (el año de la pandemia y el confinamiento) y más de 28.000 personas requirieron atención psicológica. Además, fueron hospitalizadas más de 700 personas en relación con la salud mental.
El aumento en el número de pacientes puede tratarse de forma positiva y negativa, pues mientras muestran un aumento en la gente que tiene problemas de salud, también significa que más personas han ido normalizando sus patologías. Hoy, Día Mundial de la Salud Mental, es una gran oportunidad para seguir rompiendo el estigma que sigue pesando sobre los problemas psicológicos.
En este contexto de creciente incertidumbre, se hace aún más necesario el papel de una asociación como Anasaps (Asociación Navarra para la Salud Mental). Esta entidad, que forma parte de la Junta Directiva de la Confederación Salud Mental España, lleva luchando desde 1987 para que la ciudadanía sea más consciente de los riesgos que sufre la salud mental.
Estos años de zozobra han demostrado cómo los eventos globales pueden afectar a la salud mental, como ha sido la pandemia con su consecuente confinamiento, distancia de seguridad, mascarilla obligatoria o toque de queda. O, incluso, novedades como la inclusión de las redes sociales en nuestro día a día.
Al estar encerrados , muchos empezaron a sufrir una ansiedad casi claustrofóbica.
“Todo puede tener un impacto negativo en la salud mental. Desde cosas como el machismo, la homofobia, la precariedad laboral o el cambio climático hasta sucesos como la guerra en Ucrania o la pandemia de 2020. Con el confinamiento, todo el mundo se tuvo que quedar en casa, lo que permitió que los problemas en relación a la salud mental se hicieran eco pues, de repente, todos los podían sufrir. Al estar encerrados, muchos empezaron a sufrir una ansiedad casi claustrofóbica”, afirma María Antonia Huguet, integrante de la junta directiva de Anasaps.
Romper el estigma
En este sentido, destaca cómo “hay que romper el estigma y normalizar los problemas de salud mental. Muchos no acuden a centros médicos por vergüenza a admitir su problema, pero hay que salir del armario. Los problemas de salud normal son tan normales como romperse un brazo. Por eso son tan importantes las declaraciones de famosos contando sus experiencias, admitiendo que han estado en tratamiento. La gente va admitiendo sus problemas y eso ayuda a romper el estigma”. No en vano, uno de los principales de los propósitos de Anasaps es normalizar la conversación sobre salud mental, así como ayudar a integrar a las personas con dichos problemas en la sociedad y su día a día. Para ello, Anasaps estrenó a comienzos de este año un proyecto en Estella donde animaban a personas con problemas en la salud mental a participar en la vida de la comunidad mediante una práctica tan sencilla como puede ser la reparación de bicicletas. Además, como objetivo secundario, se pretendía arreglar bicicletas que, en un primer momento pudieran parecer desechables, para luego dárselas a ciudadanos que no tuvieran una pero pudieran necesitarla.
Los suicidios, en alza
Uno de los mayores dramas en los que pueden desembocar los problemas de salud mental son los suicidios. En 2021 fallecieron en Navarra 5.781 personas, de las cuales 58 se quitaron la vida (11 de ellas eran menores de 30 años). Esto significa un aumento del 31% en relación con 2020, cuando hubo 44 suicidios. Yendo un poco más atrás, según el Departamento de Salud de Navarra, entre los años 2000-2015 hubo 826 casos, lo que arroja una media de 51 suicidios por año, uno por semana.
Es por ello que hoy, 10 de octubre, entre los diversos actos que realizará Anasaps por Navarra por ser el Día Mundial de la Salud Mental, se incluirá la lectura de un manifiesto escrito por jóvenes integrantes de la asociación que buscan señalar el grave problema de los suicidios entre los menores de 30 años.
“Llevamos 35 años velando por las personas con problemas de salud mental, reclamando a las instituciones para solucionar los problemas institucionales, como pueden ser las colas de espera o lo sucedido en Tudela con las camas. Hace años, en caso de tener una crisis en Tudela, era necesario subir hasta Pamplona porque no habían camas. Son logros que se van consiguiendo gracias a la asociación”, concluye Huguet.