Más de 1.100 navarros ya han acudido a los tribunales y juzgados a través de la plataforma Navarra Revolving para reclamar la usura de los contratos que mantenían con distintas entidades bancarias que les financiaban a través de tarjetas de crédito a un coste elevadísimo que la mayoría de ellos desconocían. Son todavía una cantidad muy escasa de demandantes teniendo en cuenta que los cálculos de los expertos financieros hablan de que en la Comunidad Foral se han llegado a distribuir hasta 32.000 tarjetas o créditos revolving. 

De hecho, la plataforma Navarra Revolving, que lideran los despachos de abogados Iribarren Ribas e Iribarren Artola, precisa que a principio de año el número de tarjetas en Navarra rondaba las 28.000, pero que han observado un considerable repunte debido a la crisis energética global y por la guerra de Ucrania que ha elevado el número de contrataciones. “Fue el mismo proceso que ocurrió en la anterior crisis económica, porque personas y familias que pasan apuros se agarran a estos créditos como un clavo ardiendo para su vida diaria”, explica el letrado Iñaki Iribarren. 

Durante el presente año, ambos despachos han obtenido unas 300 sentencias en los juzgados navarros y el porcentaje de estimación ha sido del 99%, habida cuenta de que los abogados han podido demostrar en todos esos supuestos que los contratos eran usureros ya que los intereses superaban el 20%. “Esa fue la barrera que puso el Tribunal Supremo en marzo de 2020 en una sentencia que sentó las bases sobre la materia y existe una sentencia de mayo de este año que, a pesar de que suscitó dudas inicialmente, asienta el criterio anterior para no dejar lugar a dudas”. En cuanto a la prescripción para conocer hasta qué momento se puede retrotraer la reclamación y aunque el Tribunal Supremo no se ha pronunciado sobre si solo se pueden reclamar los últimos cinco años, dicho tiempo se empieza a computar desde la estimación de la nulidad y por ende, desde que la sentencia es firme. Por tanto, deben devolver las entidades usurarias todo el dinero que exceda del capital desde el inicio del contrato hasta la sentencia.

Las tarjetas revolving son un producto financiero tóxico. Navarra Revolving advierte de que las entidades usurarias viendo que sus contratos se declaraban nulos en los juzgados, han incentivado a los clientes a cancelar su deuda abonando en torno al 85% de lo que les solicitaban. Los dos despachos navarros afirman que esta práctica “es un engaño. Aunque el cliente pueda pensar que le eliminan el 15% de la deuda, en la misma están computando los intereses y las comisiones, por tanto, se acaba pagando bastante más cantidad de lo que correspondería si se decretara la nulidad del contrato en los tribunales, ya que más de la mitad de la deuda que se solicita por las entidades al cliente es por esos conceptos. El cliente solo debe devolver el capital dispuesto”.