En cada tatuaje cabe una historia, una forma de arte que queda grabada para siempre en la piel.

Los mejores talentos que tatúan a nivel nacional e internacional se han reunido hoy en el Baluarte de Pamplona con un fin común: dejar huella en aquellos apasionados de los tatuajes. Desde el viernes hasta hoy, alrededor de 70 tatuadores han ofrecido una muestra de las últimas tendencias en diseños, colores y técnicas, con motivo de la IV Edición de la Pamplona Tattoo Expo.

Dejando atrás las mascarillas y regresando a una normalidad que tatuadores y clientes echaban de menos, Laura Cubero, directora y portavoz de la organización, ha comentado con orgullo que “por fin se ha podido llevar a cabo este evento con total normalidad”. Aunque Cubero no ha podido detallar cuántas personas han acudido al evento en sus tres días de duración, ha asegurado que fueron “más o menos 4.000. Y esas son muchas más personas que el año pasado”.

Antes de la apertura de puertas, los tatuadores preparaban sus bocetos, a la espera de pintar sobre la piel de los clientes desde los detalles más pequeños, con un precio que ronda los 60€, hasta verdaderas obras de arte, con un valor de cientos de euros. “Estar aquí es increíble para mí”, ha declarado Raquel Tabuenca mientras tatuaba a su amiga, Cristina Serrano. A los 15 años le compraron su primera máquina y empezó a tatuar. “Mi madre compraba piel de cerdo y yo dibujaba lo que me nacía. Aprendí de mi padre, que también es tatuador”, ha narrado Tabuenca mirando con cariño a su padre, también presente en el evento. “Estudié Bellas Artes y a los 20 años abrí mi estudio de tatuajes. Estar aquí es un sueño, tengo la oportunidad de conocer a tatuadores y compartir ideas”, ha indicado. Serrano, mientras miraba con ilusión el tatuaje que Tabuenca estaba realizando en su brazo, ha suspirado: “Lo que hace es arte”.

"Estar aquí es un sueño, tengo la oportunidad de conocer a tatuadores y compartir ideas"

Raquel Tabuenca - Tatuadora

DEL PAPEL A LA PIEL

A Luis Llamas le apasiona el dibujo desde que era pequeño. “No paraba de dibujar, era lo que más me gustaba en el mundo”, ha recordado el tatuador pamplonés mientras trazaba un boceto en el brazo de un cliente. De joven, se marchó a Italia, donde comenzó a asistir a convenciones. Fue entonces cuando decidió tatuar bajo el nombre artístico Ink Wild, y sus esbozos a papel pasaron a ser delineados sobre la piel. Riendo al recordar los tatuajes que ha realizado, ha mencionado que “el más peculiar fueron unos emoticonos en los dedos de los pies”.

"No paraba de dibujar, era lo que más me gustaba en el mundo. Por eso me hice tatuador"

Luis Llamas (Ink Wild) - Tatuador

UNA FORMA DE VIDA

El madrileño Maik Romero, especialista en caligrafía, lleva 13 años tatuando, y para él es un modo de vida. “Yo tenía otro trabajo, pero de pronto me quedé paralítico. Empecé a tatuar porque era una profesión que podía ejercer sentado”, ha relatado. Asegurando que Pamplona es una “ciudad genial”, ha manifestado que no se pierde “ni una sola cita” de esta convención. Leyre Lópes, contenta al sentir la aguja deslizándose sobre su piel, ha declarado que “solo me fío de él para tatuarme el nombre de mi hijo”.

Esteban Sendino tampoco se imagina su vida sin los tatuajes. “Cuando te gusta dibujar, te fijas en los tatuajes. Mola muchísimo expresarse en la piel de las personas”, ha expresado. Al escucharle hablar, Rodrigo Castillo ha querido intervenir explicando que todos sus tatuajes representan una etapa importante de su vida.

"Me encanta tatuar, me encanta poder expresarme en la piel de las personas"

Esteban Sendino - Tatuador

ÚLTIMAS TENDENCIAS

Están de moda los tatuajes pequeños con líneas finas. Es lo que se llama Ignorant Style. El propio nombre lo dice todo”, ha detallado Maik Romero, que no es muy partidario de este nuevo estilo. “Depende del círculo en el que te muevas, aunque es cierto que últimamente lo que más pide la gente son tatuajes pequeñitos, discretos”, ha comentado Kaone, procedente de Málaga. 

A pesar de gustos y tendencias, para los apasionados del talento urbano tatuarse simboliza la unión ente arte, infinitud y libertad; porque la tinta en la piel ocasiona historias eternas.