La Asociación Apoyo Mutuo criticó este domingo que el Centro de Atención a Personas sin Hogar de Pamplona no está acogiendo a determinadas personas a pesar de estar activo el protocolo por bajas temperaturas. Alrededor de medio centenar de personas se concentraron por la tarde ante el albergue municipal, ubicado en el barrio de la Rochapea. Entre ellos se encontraban doce jóvenes que estaban a la espera de saber si iban a ser admitidos para pasar la noche en el centro.

Mikel Otazu, de Apoyo Mutuo, explicó que este viernes recibieron la comunicación del Ayuntamiento de Pamplona de que se abría el protocolo de la ola de frío, por el cual “el albergue municipal tiene la obligación de acoger a cualquier persona que entre”. “La sorpresa fue que el sábado nos comunicaron algunos chicos que no les permitían entrar porque el protocolo habla de tres grados y esa noche iba a hacer cuatro, según Aemet”, indicó.

A lo largo del día, señaló, la asociación intercambió comunicaciones con la directora de Servicios Sociales, Olivia Elizari, y la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Pamplona, María Caballero. La primera de ellas, según afirmó Otazu, les aseguró que se había hablado con el albergue “para garantizar el cumplimiento” del protocolo por bajas temperaturas.

“El protocolo está activo y no se ha cumplido”, criticó Otazu. “En principio, va a estar habilitado hasta el miércoles, porque se esperan fuertes lluvias y bajas temperaturas. Después se revisará, pero vamos a luchar para que todas las personas duerman bajo techo”.

85 jóvenes en la calle Mikel Otazu señaló que la asociación tiene contabilizados alrededor de 85 jóvenes que están en la calle. “Hay muchos chicos que están viniendo porque piensan que les pueden dar más ayudas o estar en mejores condiciones que en otras comunidades más pobres, pero la realidad sigue siendo muy preocupante”, explicó.

Por último, recordó la labor de Apoyo Mutuo, que busca la integración de estas personas. “Lo primero, conseguir el empadronamiento significa abrirles las puertas a sus derechos. Después, se tramita la renta garantizada o la tarjeta sanitaria y se les anima a aprender castellano. 20 de estos jóvenes están estudiando cursos de carpintería, fontanería, mecánica y con unos resultados muy buenos”, concluyó.