Preocupada por la falta de noticias sobre José Eladio Santacara, vecino de Carcastillo de 77 años, conocido como Josela, con quien su familia había perdido el contacto el pasado 30 de noviembre cuando emprendió un viaje a Madrid para ver un amigo y recorrer luego la Península, su hermana, vecina de Bilbao, interpuso una denuncia ante la Ertzaintza por la desaparición.

El caso fue conocido también por la Policía Foral y debido a que el último rastro que se tenía sobre él fue el uso de su tarjeta de crédito en una gasolinera de Castejón, la brigada de Policía Judicial de la comisaría de Tudela solicitó al juez de guardia de la capital ribera autorización para que se pudiera hacer un seguimiento de su teléfono móvil.

DEL RASTREO DEL MÓVIL A LA LOCALIZACIÓN DE LA FURGONETA

De esta forma, el viernes los agentes reclamaron la información a la compañía telefónica y obtuvieron datos importantes para su rastreo, centrado precisamente en el que iba a ser el lugar de destino de su viaje. "Nos confirmaron que el móvil había llegado hasta Madrid, que era adonde tenía pensado acudir para verse con un amigo. Que había llegado allí era algo que teníamos claro porque nuestro tío solía dormir en su furgoneta y, en caso de no haber llegado a Madrid, se habría parado a descansar en algún área de servicio y no había aparecido en ninguna", comentaba esta tarde su sobrino Raúl.

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Con dicha información, familiares de la víctima se han desplazado a la capital y han estado buscándolo en una zona conocida para ellos, porque solían estacionar cerca cuando hacían viaje allí. "Siempre que acudía a Madrid solíamos hablar de que uno de los mejores lugares de aparcamiento era una zona en el exterior de la M-30, cercana a una boca de metro, que no es zona de pago y donde suele haber sitio", recuerda Raúl.

Por ello, su familia estuvo siguiendo esa pista y, en efecto, han dado con la furgoneta, llamada Ibiletxe (casa que camina en euskera). La furgoneta se encontraba bien aparcada en una avenida principal, cerca de la estación de metro de Mar de Cristal en el barrio de Hortaleza. Una vez que se descubrió el vehículo, se informó a la Policía, que procedió a la apertura de la furgoneta en cuyo interior yacía sin vida el cuerpo de Josela. A partir de ahí, se comunicó a la autoridad judicial para que procediera al levantamiento del cadáver y se trasladó el cuerpo hasta el Instituto Anatómico Forense para que se le practique la correspondiente autopsia y se determinen finalmente las causas del fallecimiento.