La estadística oficial de desahucios judiciales que se acometen en Navarra se queda muy lejos de ilustrar la problemática de vivienda en la Comunidad Foral. Más allá de lo que digan las cifras, lo cierto es que en las relaciones soterradas entre inquilinos desprotegidos y familias vulnerables con propietarios opulentos y sin miramientos, auténticos fondos buitre, aparecen cantidad de historias en la rampa de salida del lanzamiento hipotecario, a punto de ejecutarse lo que viene a llamar el colectivo Haritu, un sindicato de vivienda que crece a través de las redes de apoyo mutuo, los “desahucios invisibles”. 

Son aquellos que se llevan a cabo después de abocar a los moradores a la desesperanza, para aprovecharse de su situación de desprotección, muchas veces sin apoyo familiar, ni recursos, ni información, y por ejemplo repercutirles las cuotas del IBI, el impuesto municipal que corresponde pagar al arrendador, o los pagos mensuales de las comunidades de vecinos, a los que también debería hacer frente el tenedor de la vivienda. 

Haritu denunció ayer estas prácticas como habituales en la Comarca de Pamplona en bloques de vivienda de Buztintxuri y Rochapea que son propiedad de Testa Residencial, sociedad vinculada al fondo buitre Blackstone, “el mayor casero del Estado” y que se ha hecho con una cantidad importante de antiguas VPO en Navarra. El colectivo se convocó ayer con vecindario de Buztintxuri y una larga lista de apoyos solidarios para evitar un desalojo en la calle Santos Ochandotegui de Buztintxuri. De allí iban a expulsar a Carolina, una madre con dos hijos menores de edad, y finalmente el desahucio fue paralizado. Haritu recordó que la situación de esta vecina con la amenaza cercana del desahucio se ha extendido como una plaga en el barrio e incluso en la misma calle.

Ayer mismo conocieron en persona el caso de tres familias que tienen orden de desalojo en las próximas semanas. Denuncian que con Testa “no hay manera de hablar”, ni mucho menos de que puedan solventarles los problemas que padecen. “Una mujer mayor nos ha comentado que ha estado todo el invierno sin calefacción porque Testa no ha hecho nada para arreglarlo. Otras nos han dicho que funcionan igual cuando hay problemas con las calderas o que las puertas de acceso a los pisos y a los garajes están abiertas siempre puesto que no se arreglaron las roturas acontecidas en su día. “Así consiguen que las vecinas se vayan sin poder hacer ruido, repercutiéndoles costes, para proceder a subirles el alquiler al siguiente inquilino que venga”.

La ola de solidaridad mostrada ayer marcó un camino que Haritu promete seguir. Calcula que existen unas 25.000 viviendas vacías en la Comunidad Foral, “hay muchas viviendas municipales de protección que se encuentran cerradas y tapiadas y por ello solicitan tanto al Gobierno de Navarra como al Ayuntamiento de Pamplona que activen alternativa residencial de algún tipo.

Hipotecas a la baja

En esta dinámica actual de alquiler por las nubes, en mando de fondos buitre, y con Nasuvinsa tratando por todos los medios de regular un mercado ciertamente dispar y de incentivar un modelo más sostenible y que impulse el arrendamiento entre jóvenes, Navarra conoció ayer que el número de hipotecas sobre viviendas suscritas en la Comunidad Foral disminuyó un 26,4% en abril respecto al mismo mes del año anterior y el importe medio bajó un 7,3%. Lo recoge el Instituto de Estadística de Navarra, que explica que el número de hipotecas constituidas sobre viviendas en abril es de 306, lo que supone un descenso del 26,4 % respecto al mismo mes de 2022.