Las mujeres siguen cargando con la responsabilidad aprendida de ser “las que dan placer” –sea o no correspondido– y culturalmente se sienten presionadas a perpetuar prácticas sexuales consideradas “normativas”, como la penetración, que, por sí sola, a menudo sólo lleva al clímax a los hombres. En el día del Día Internacional del Orgasmo Femenino, esas son algunas de las explicaciones que dan a la que llaman “brecha del placer” la directora de cine erótico feminista Erika Lust, la terapeuta con perspectiva de género Adriana Cid y la sexóloga y docente de talleres de sexualidad para jóvenes Isa Duque.

Erika Lust señala a Efe que “un prejuicio que afecta a las mujeres es que todo lo que rodea el sexo es de más interés para los hombres y que las mujeres no son tan sexuales como ellos”. “A lo largo de la historia –sostiene–, las mujeres sexualmente activas han sido vistas como una amenaza particular para el orden social: a las mujeres siempre se les ha dicho qué hacer con sus cuerpos y con quién y no han tenido la misma libertad para hablar de su sexualidad que los hombres”.

Además, llama la atención sobre que “el orgasmo masculino ha sido el centro de la narrativa sexual con la que hemos crecido, dejando el orgasmo y el placer femenino como algo atado y dependiente del placer masculino”. Con todo, apunta que las mujeres se van empoderando y una muestra es un mundo que conoce, el de la industria del cine adulto, que ha ido dando espacio a directoras como Annie Sprinkle o Candida Royalle y su mirada femenina.

Lust, quien tras ser madre ha iniciado el proyecto The Porn Conversation para animar a los padres a hablar de sexo con sus hijos y no dejar que cualquier contenido de internet sea su única referencia, explica que “la mayoría de las personas tienen una falta de educación sexual”. “Necesitamos normalizar hablar sobre sexo de manera positiva, para que además de informar sobre los riesgos y precauciones, se hable de placer, de qué nos gusta, de fantasías, de diversidad de cuerpos o géneros e identidades”, señala.

Brecha de orgasmos

Adriana Cid, terapeuta especializada en sexualidad con perspectiva de género, ha explicado asimismo a Efe que las estadísticas apuntan a una clara brecha de orgasmos entre hombres y mujeres en relaciones heterosexuales, una brecha que no se da, señala, ni en parejas de lesbianas ni si hablamos de masturbación.

“Las mujeres estamos muy preocupadas, porque nos educan así, en que el otro esté disfrutado, en que se lo pase bien, y no le damos importancia a nuestro placer. Y además, nos cuesta pedir lo que queremos, a ser asertivas sexualmente”, señala.

Especialista en salud mental y sexual en gente joven, apunta que en los últimos años “algo se ha avanzado”, pero no tanto así en esa capacidad de comunicación y de demandar lo que se quiere en la cama. “En lo que sí se ha avanzado es en que se finge menos. Está más normalizado en que no hay necesidad de mentir sobre si se ha llegado a un orgasmo. En decir que ha sido un polvo (sic) espectacular si no es así”, afirma. l

apuntes

El gran cambio

talleres. La psicosexóloga Isa Duque asegura que en sus talleres percibe que, “en los últimos años, hay más chicos preocupados sobre cómo dar placer a una mujer y que demandan saber cómo estimular bien un clítoris”.