La juventud no lo tiene fácil para emprender un proyecto de vida sin el apoyo de sus padres. La precariedad laboral de muchos jóvenes y el alto precio de la vivienda hace que el 84% de jóvenes navarros de entre 16 y 29 años viva en casa de sus progenitores, según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), publicado el viernes con motivo del Día Internacional de la Juventud, que se celebra hoy.

El estudio detalla que en 2022 la tasa de emancipación de la juventud en la Comunidad Foral era del 16,4%, un porcentaje muy bajo si se compara con el resto de países europeos pero que en clave estatal deja a Navarra entre las comunidades mejor posicionadas. De hecho, los jóvenes navarros son los quintos del Estado que antes se emancipan, por detrás de Catalunya, Murcia, Baleares y La Rioja. La media de las CCAA se sitúa en el 15,9%. Además, en 2022 se ha mejorado la tasa de emancipación un punto y medio, ya que en 2021 solo el 14,9% de los jóvenes estaba independizado. No obstante, se sigue por debajo de la situación prepandemia, cuando en 2019 la tasa era del 19,7%.

El informe hace un análisis pormenorizado de las posibles causas que hacen que la emancipación sea tan baja y se haya retrasado tanto en España –la edad media a la que se independizan los jóvenes es la más alta de los últimos 20 años: 30,3 años– y apunta principalmente al precio de la vivienda y a las condiciones laborales. Según se desprende del estudio, a finales de 2022, Navarra era la comunidad en la que más jóvenes asalariados tenían contratos temporales. “Las expectativas que ofrecía el mercado laboral a las personas jóvenes en la Comunidad Foral eran tan limitadas que apenas el 48,7% estaba trabajando o en paro –población activa–”, detalla el CJE.

El resto, la población “inactiva”, fundamentalmente se dedicaba a cursar estudios, hasta el punto de que Navarra era la segunda comunidad con más personas jóvenes con estudios superiores terminados y, en general, con una proporción de personas jóvenes estudiantes superior a la media estatal.

Menos precariedad que en el resto del Estado

Económicamente, la situación de la población joven navarra no era tan precaria como en el resto del Estado. Tan solo el 12% se hallaba en riesgo de pobreza y exclusión social en 2022, la menor proporción en tres años. Y, cuando trabajaban, lo hacían con el tercer mayor sueldo medio neto de España, “aunque no fuera suficiente para afrontar la compra o el alquiler de una vivienda libre”. En este sentido, llama la atención que en el mercado de compraventa, Navarra registró el máximo incremento interanual de precios de todo el Estado (6,18%).

La edad media: pasados los 30

Pero la situación es todavía más preocupante, si cabe, en el conjunto del Estado. El Consejo de la Juventud de España alerta de que los jóvenes no pueden emanciparse hasta que dejan de ser jóvenes: la media a la que se independizan supera actualmente los 30 años. “Esto es un síntoma muy preocupante que demuestra que los problemas estructurales de la juventud siguen muy presentes y condicionan la vida adulta. Durante el segundo semestre de 2022 el porcentaje de población joven que se emancipaba residencialmente se estancó y las subidas en los precios del alquiler y la vivienda hacían que para una persona joven fuera imposible emanciparse sin sobreendeudarse”, denuncia el consejo en el propio informe.

En comparación con los países del entorno, mientras que en España la emancipación fue del 15,9% en 2022, en la Unión Europea la tasa media fue del 31,9%, es decir, el doble. “Tener empleo no es suficiente para poder acceder a una vivienda en España”, sostiene el CJE, que añade que pese a que el salario medio de un joven subió un 4,6%, estableciéndose en los 13.079,19 euros netos al año, el precio de las viviendas en alquiler lo hizo un 7,55%. Así, el alquiler medio de una vivienda se establecía en 912 euros. “Una persona joven tendría que dedicar el 83,7% de su sueldo. Eso, sumado a los 141 euros de media que cuestan los suministros y servicios de una vivienda (como los recibos de agua, luz, gas, etc.), supondrían 1.053 euros al mes, el 96,6% de su sueldo. Es decir, sólo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio, algo completamente inasumible” denuncia.