Finalmente, el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha hecho oídos sordos a las peticiones que los cazadores le trasladaron para la confección de la disposición general de vedas de caza para la temporada 2023-2024, que fue publicada en el Boletín Oficial de Navarra el 3 de agosto. La Federación Navarra de Caza (FNC), que es la entidad que representa a los actores del sector cinegético y que defiende sus derechos ante el Ejecutivo foral, acudió el pasado 24 de mayo a la Comisión Asesora de Caza, en la que reclamó al citado departamento la adopción de diversas modificaciones en el borrador de la propuesta de Orden Foral de Vedas de Caza.

No obstante, el colectivo ha visto cómo todas sus solicitudes han sido ignoradas en la orden foral que, firmada por la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, aprueba la disposición general de vedas de caza para este 2023-2024, en la que se fijan y detallan los períodos y las condiciones para cazar cada una de las especies en la Comunidad foral. En concreto, se abordan las especificidades del jabalí, el corzo, el ciervo y el gamo, en caza mayor; del zorro, la perdiz, la liebre ibérica, la liebre europea, el conejo, en caza menor; así como, en aves, de la becada, las aves acuáticas, el zorzal, la codorniz, la tórtola común, la urraca y la corneja, la paloma torcaz y la paloma zurita, y el faisán.

En lo que respecta a la caza del zorro, la FNC había solicitado la recuperación de las autorizaciones excepcionales para el control de esta especie en aquellos acotados que, a pesar de disponer de un Plan de Prevención de Daños de Conejo, presentaran altas abundancias de zorro. En concreto, se había pedido la autorización para la caza con reclamo, la caza nocturna y las batidas en marzo para esos acotados, que, en su gran mayoría, registran unas abundancias altísimas de zorro. El Gobierno de Navarra, sin atender a criterios básicos de gestión cinegética, hizo caso omiso a esa reclamación y no permitirá el empleo de esos métodos extraordinarios, a pesar de que su objetivo es no empeorar la evolución de especies en situaciones sensibles, como la perdiz y otras aves esteparias.

Medio Ambiente desoye en la orden de vedas las peticiones de los cazadores

Precisamente en cuanto a la perdiz, sorprende la incongruencia de la Sección de Caza del mencionado departamento en lo relativo a la gestión de esta emblemática especie. La metodología que ha empleado para establecer los días de caza en cada acotado puede provocar que cotos que estén prácticamente al 100% de su potencialidad vayan a disponer de menos días de caza que otros cotos que estén al 51%. Para la Federación Navarra de Caza, la decisión adoptada por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente para la designación de los días no atiende a ningún criterio técnico y resulta del todo absurda.

No solo eso, sino que la base para regular el establecimiento de las jornadas de caza de la temporada en la perdiz también presenta una gran incoherencia. En el 2022, el Ejecutivo foral tomó como referencia para fijar los días de caza los datos de los conteos aportados por los titulares de la gestión de los cotos (principalmente, sociedades de cazadores, junto con ayuntamientos). En ese momento, alegó que los resultados de los muestreos realizados por el Guarderío de Medio Ambiente le generaban dudas. Sin embargo, en este año 2023, se ha expuesto a los cazadores que los datos aportados por los cotos no son fiables, lo que revela, a juicio del sector cinegético, una estrategia poblada de incongruencias.

Ante esta tesitura, la FNC lleva varios años exigiendo al Gobierno de Navarra que desarrolle una gestión responsable de la perdiz, en la que se incluya un plan de inversiones y actuaciones directas para su potenciación. El propósito de esa iniciativa es el de alcanzar parámetros que permitan generar el mayor aprovechamiento cinegético posible de esta especie.

En lo referente a la becada, la orden de vedas autoriza su caza desde el 12 de octubre hasta el 31 de enero del 2024, reduciendo la cantidad de días en comparación con, por ejemplo, la vecina comunidad de Aragón, donde el cierre de la temporada para esta especie se ha establecido en el 20 de febrero. La FNC recordó al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente que diferentes informes y estudios técnicos han ido exponiendo que la situación y la evolución de las poblaciones de becada en Navarra son estables e, incluso, están yendo al alza. Por tanto, se había solicitado ampliar los días de caza hasta el 18 de febrero, una petición que el Gobierno de Navarra también ignoró.

Por otro lado, la orden de vedas ha marcado que la caza del zorzal común, el charlo, el real y el alirrojo abarque desde el 1 de noviembre hasta el 31 de enero, olvidando que la Directiva de Aves de la Unión Europea especifica que el zorzal común y el alirrojo son dos especies cazables durante los diez primeros días del mes de febrero. La entidad que reúne a los cazadores en Navarra había reclamado que la caza de estas dos especies de zorzal en puestos fijos se permitiese en Navarra hasta el 10 de febrero, pero el Ejecutivo foral rechazó esa posibilidad, alegando que esas dos especies son muy similares a las otras. El sector cinegético le expuso que los cazadores son especialistas en la materia y que, por tanto, disponen de suficiente experiencia y formación para diferenciar unas especies de otras. Pero, de nuevo, el Gobierno de Navarra hizo oídos sordos a sus requerimientos.

Por último, se ha incluido en la orden de vedas de este año un punto que hace referencia a los cazadores menores de edad y en el que se ahonda en cómo debe ser la actuación de las personas responsables que los acompañen durante las cacerías. Para la FNC, resulta ilógica la incorporación en una orden de vedas de esa interpretación de la normativa, ya que ese apartado está lo suficientemente cubierto en el Reglamento de Armas.

Además de todas estas demandas, la Federación Navarra de Caza hizo hincapié en la Comisión Asesora de Caza de la paradoja de que el Ejecutivo foral haya limitado este año los días de caza de especies de caza menor como la perdiz o la liebre y, sin embargo, durante los últimos años no se haya llevado a cabo ninguna actuación o inversión directa desde el Servicio Forestal y Cinegético para la recuperación de estas especies.