Esta misma semana se publicaba la noticia de cómo se han disparado los casos de cáncer entre menores de 50 años. Imagino que también habrán aumentado en la población infantil. 

Esto es así. El cáncer también crece entre los más jóvenes. Por eso hay que anticiparse. Es clave. Y de hecho todas las iniciativas europeas van en términos de prevención. Por eso vamos a trabajar en la prevención primaria del cáncer en adolescentes. La idea es anticiparnos a lo que ocurra, trabajando en cambios en los comportamientos de salud a largo plazo.

¿Cuáles son los hábitos de riesgo?

Puede ser el tabaquismo porque se inician cada vez a edades más tempranas, puede ser la obesidad, la falta de ejercicio físico... El tabaquismo, por ejemplo, afecta al cerebro y cuánto más jóvenes son, y el cerebro es más inmaduro puede afectar todavía más, generando factores de riesgo que luego pueden derivar en un cáncer.

Nadie piensa que un niño con 11 ó 12 años pueda tener problemas de sedentarismo u obesidad.

Pero estos hábitos de vida se están instaurando mucho en nuestra sociedad y por eso queremos llegar cuanto antes a los colegios y a los adolescentes. Hay enfermedades que antes ocurrían en etapas de la vida más adulta como la diabetes o la hipercolesterolemia que están empezando a aparecer en etapas muy jóvenes. Y hay que cambiar eso. Cuanto antes hagamos esta prevención en la infancia y la adolescencia, mejor. Este es el objetivo de Misión Cáncer. 

¿Qué tipos de cáncer son los más frecuentes entre la población infantil?

Sobre todo leucemias, linfomas y cánceres de la sangre.

Hace 30 años un linfoma podía ser fatal, pero actualmente tiene una gran supervivencia.

Hoy en día el pronóstico es muchísimo mejor y la forma de abordar el cáncer en estas etapas también ha mejorado mucho porque es completamente distinta. 

Para evitar estos casos hay que inculcar hábitos de vida saludables cuanto antes.

Sí, y hay que trabajar con los estudiantes con su mismo lenguaje. Ellos ya son nativos digitales y les tenemos que dar soluciones digitales basadas en la evidencia científica. Vamos a contar con escuelas del ámbito rural, del urbano, con el fin de evitar las desigualdades sociales. 

¿Cómo van a convencer a los chavales y chavalas?

Es que salimos de los centros de investigación, salimos de los hospitales y vamos a su entorno. Habrá soluciones digitales, campañas en redes sociales, juegos, plataformas, robots sociales... se crearán laboratorios vivientes dentro de las escuelas. Todo para poder cambiar esos comportamientos y esos factores de riesgo.