El abogado había conseguido que anularan el primer juicio al cliente y que se repitiera la vista. Pero las pruebas eran claras y finalmente su defendido fue condenado por un delito de estafa informática a un año de prisión. Había obtenido 460 euros por la venta de una terminal de pago por tarjetas, de las que se usan en cualquier comercio. Luego de aquello, a la hora de ejecutarse la resolución, el procesado empezó a poner pegas para hacer frente al pago de la responsabilidad civil, pago que su abogado le insistía en que lo acometiera cuanto antes. No sirvió para convencerle.

El acusado empezó tal dinámica contra su propio defensor, que esté finalmente tuvo que denunciarle por su comportamiento. Ahora, la Audiencia ha confirmado la condena impuesta a este acusado en el juzgado de Tafalla. En total, le imponen una pena de multa de 240 euros por un delito de coacciones leves. Además, deberá indemnizar al letrado con 200 euros por el daño moral causado.

La sentencia recuerda que el abogado fue designado por el turno de oficio penal para defender al procesado en su delito de estafa. Consecuencia de todas las actuaciones llevadas a cabo por el letrado, el procesado "con ánimo de perturbar y menoscabar el libre quehacer profesional del abogado, de forma reiterada y constante, especialmente desde el 27 de septiembre de 2022, envió whatsApps y realizó reiteradas e insistentes llamadas telefónicas al teléfono del letrado".

Concretamente, el día 5 de octubre de 2022, estando el abogado en una reunión en el desempeño de su actividad profesional con terceros, recibió 11 llamadas desde el teléfono del denunciado al suyo profesional entre las 17.47 y las 18.03 horas y más de 35 mensajes de WhatsApp entre las 18.03 horas y las 18.25 horas, por lo que tras la reunión compareció ante la comisaria de la Policía Foral a poner la correspondiente denuncia.

Todos estos hechos ocasionaron una grave perturbación en su quehacer profesional y afectación a su vida diaria al letrado por ser la primera vez en el desempeño de su profesión durante 30 años que un cliente se comportaba así con él.