Las discotecas donde fallecieron 13 personas en Murcia no solo carecían de licencia y tenían orden de cierre desde hace más de un año sino que detrás está un personaje con un historial un tanto turbio, el empresario Juan Inglés Rojo.

Tal y como se puede comprobar en el Boletín del Registro Mercantil, Inglés Rojo es el administrador único y socio único de Teatre SL, una sociedad limitada que tiene como objeto social la "restauración, cafetería, hostelería, bares, discotecas, merenderos; el comercio y prestación de servicios de productos alimenticios, bebidas, tabaco, cafés, similares, etc..." Sin embargo, antes que empresario de la noche, fue prestamista. Algunas otras cosas más adornan su curriculum.

DE 15.000 EUROS A 200.000

De sus tiempos dedicados a los préstamos, no guarda buen recuerdo, Francisco García. Porque en octubre de 2015, García sufrió su sexto intento de deshaucio. ¿El motivo? Los 15.000 euros que pidió a una empresa de préstamos rápidos de la que el empresario era socio.

El dinero lo solicitó en 2004 para comprarse un audífono y pagar una serie de deudas. Cinco años después, y tras alguna cuota impagada, ya no pudo superar la espiral de deuda porque era estratosférica.

La empresa, que en un principio se llamaba Créditos Murcia y más tarde Omarcux, reclamaba la vivienda de la familia como forma de pago porque esos 15.000 euros iniciales se convirtieron en una astronómica deuda de 200.000 euros.

Inglés Rojo y su socio fueron acusados en 2013 por varios delitos: escrituras falsas, estafa y apropiación por parte de un grupo de inversores. Y el dueño de las discotecas que han ardido llegó a estar en prisión provisional, aunque su socio eludió la cárcel pagando una fianza.

ILEGALIDAD TRAS ILEGALIDAD

La empresa de la que Juan Inglés Rojo es dueño, donde se produjo la tragedia en Murcia, pidió en 2019 al Ayuntamiento dividir el espacio que ocupaba Teatre en dos para así crear una nueva discoteca, La Fonda Milagros. Sin embargo, el Ayuntamiento no concedió ese permiso y canceló su licencia a comienzos de 2022. Veinte meses donde las discotecas han estado abiertas sin permiso, dado que el consistorio negó la petición de una nueva licencia en marzo.

Además de la usura, y los incidentes con las dos discotecas que han trabajado de forma totalmente libre, promocionándose incluso en redes sociales, pese a tener orden de cierre, Inglés Rojo ya tenía antecedentes con otros locales nocturnos.

Tal y como ha desvelado algún medio, el empresario gestionaba la discoteca Flamingoville en San Pedro del Pinatar, que se incendió en 2019 y posteriormente siguió abierta a pesar de no contar con la licencia obligatoria.

Además, se le atribuye la administración de varias empresas sin aparente actividad. Algunas depositaron sus últimas cuentas hace ya unos cuantos años. Y hay alguna que nunca lo ha hecho.