La falta de rentabilidad de Sendaviva tiene cifras: 80 millones. Así lo sostiene la Cámara de Comptos, que en un informe publicado este viernes da por “irrecuperables” los 79,36 millones en préstamos que desde 2004 ha puesto el Gobierno de Navarra para evitar que el parque de atracciones ribero, ubicado en Arguedas, echara el cierre. Cuatro socios y el Gobierno impulsaron el proyecto en 2001. Lo que pasa es que los problemas de rentabilidad empezaron muy pronto y desde 2004 las empresas privadas decidieron no poner más dinero. El Ejecutivo creía que el proyecto, con esas características y en esa zona, podía ser estratégico. No tiene rentabilidad económica, pero sí “impacto socioeconómico”, como se dice en el informe. Así que siguió alimentándolo con dinero público. Pero no ha habido manera de hacer remontar el parque: el número de visitantes ha ido en aumento, pero necesitaría casi el doble de lo que registra cada año –142.022 hubo en 2022– para no tener pérdidas. No es un emplazamiento sencillo y en el informe se recuerda que la falta de infraestructura hotelera alrededor no ha ayudado e incluso ha dificultado una posible venta.

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La “paradoja”, como así se detalla en el informe, es que durante todo este tiempo ha sido el socio minoritario el único que ha puesto dinero para no extinguir el negocio. El Gobierno solo tenía el 45% de la participación frente al 55% de los socios privados porque el espíritu del proyecto se basaba en la colaboración público-privada.

De ahí que Comptos, en el informe, sugiera que igual ha llegado el momento de que el Gobierno se haga con el parque –mediante una venta de las acciones de los socios a un precio simbólico– y lo convierta en una sociedad pública sobre la que ejerza todo el control.

Se necesitarían entre 230.000 y 240.000 visitantes anuales al parque para "equilibrar gastos e ingresos", muy por encima de los 180.000 actuales

En realidad, es algo que aunque no tenga reflejo en el reparto accionarial sí ocurre en la práctica. Sodena ha sido hasta hace bien poco el instrumento del Gobierno para administrar y supervisar el parque. Fue a principios de este año cuando se acometió un cambio en la financiación –motivado por las recomendaciones de los interventores– que hizo pasar la gestión de Sodena a NICDO, otra sociedad del Ejecutivo foral que gestiona el Navarra Arena o Baluarte. 

Ahora, el parque funciona gracias a las partidas que se consignan en los Presupuestos forales. La de este año, de 5,8 millones. Y esto ya no es un préstamo, sino dinero para el funcionamiento ordinario del parque. Comptos disecciona el monto total de dinero público invertido. Ahí hay que tener en cuenta los 4,05 millones iniciales que puso el Gobierno de Navarra, a estas alturas “totalmente deteriorados”. Por cierto, la aportación de los otros cuatro socios fue la siguiente: la corporación de Caja Navarra, 1,35 millones; Patali, 2,25 millones; Construcciones Sanzol, 900.000 €; y el grupo La Información, que edita Diario de Navarra, 450.000 €. Cuando la situación empeoró, dejaron de poner dinero.

Aportaciones financieras de Sodena a Parquenasa (2001-2022)

Aportaciones financieras de Sodena a Parquenasa (2001-2022)

El plan de 2020

A partir de ahí, el dinero ya es solo público. Son los 79,36 millones en préstamos: 56,8 de ellos, de tipo participativo, y el resto, 22,57 millones, en préstamos ordinarios. Es “altamente improbable” que se devuelva ninguno de los dos tipos: se dan por “fallidos”, dice el informe. Y no se puede reclamar nada parecido a alguna compensación por no haber puesto dinero al resto de socios, explicita Comptos, en una pregunta que formuló EH Bildu –promotora del informe–.

Ahora la financiación del parque se hace vía subvención a fondo perdido, sin préstamos, como ya se ha dicho. En 2020 se presentó un plan de viabilidad para intentar que la empresa pudiera autofinanciarse. Pero justo llegó el covid –con el cierre de este tipo de emplazamientos– y el año cerró en 66.731 visitantes, el peor desde 2005. Ahora, más o menos, los visitantes anuales se mueven entre los 150.000 y los casi 200.000. Se necesitarían, al menos, 240.000 para no tener pérdidas. Es mucha subida. Y por si fuera poco, en 2022 las llamas hicieron un destrozo en el parque y hubo que destinar millón y medio para las reformas.

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Chivite visita Sendaviva tras el incendio del sábado 18 de junio de 2022 UNAI BEROIZ / FERMÍN PÉREZ-NIEVAS

Vender el parque –como se hizo con Los Arcos– es muy complicado. El siguiente debate será el de si el Gobierno debe hacerse con el resto de las acciones y dar por terminada la colaboración público-privada del proyecto