Ochenta y siete años después de su fusilamiento, los nombres de Pedro Bejar García, Timoteo Arnedo Martínez, Francisco Acosta Marmol y Juan Escudero Muñoz se volvieron a escuchar ayer en Cáseda, en un acto de recuerdo y homenaje a los cinco operarios del canal fusilados en Zaragoza tras su huida de la localidad a causa del golpe de Estado de 1936.

Sencillo y emotivo, fue promovido por la familia de Pedro Bejar García, fusilado en Zaragoza y sepultado en una fosa común, así como los otros cuatro vecinos con los que compartiría barracón de las obras del canal en Cáseda, procedentes de Getafe, Tudela Córdoba, Jaén y Huesca.

Comenzó con un cálido recibimiento y las palabras de Cristina Palacios (Kasedako Memoria) que echó la vista atrás para recordar la esperanza de la República truncada por el golpe, el sufrimiento y el olvido de los trabajadores del canal ,“los más desconocidos. Un colectivo del que menos se ha sabido, ni procedencia ni destino”.

Continuó Mila Iribarren, bisnieta y nieta de fusilados, que destacó el papel “imprescindible” de los cantautores y de su labor en la recuperación, defensa y difusión de la Memoria. Hizo mención especial a Fermín Balentzia, autor de Alto de Loiti, compuesta en recuerdo de su bisabuelo, Domingo Navarro, fusilado en noviembre del 36 . Como su hijo Braulio, cuatro meses después. “Es para nosotros un honor poder acompañaros en este día tan especial”, expresó, al tiempo que daba paso al cantautor Jesús Aiesa, que interpretó el tema acompañado a la guitarra por Koldo Pastor y Gorka Oiza. Completaron su repertorio con Republicana Txoria Txori.

Por su parte, el concejal Mikel Aiape, a su vez miembro de Kasedako Memoria relató el hallazgo y puso de relieve la deuda pendiente con los trabajadores del canal. “Alguien nos ha despertado de este letargo”, expresó.

Las palabras de Jesús Bejar, nieto de Pedro,acompañado de 8 familiares desde Getafe, cerraron el acto. Fueron de agradecimiento por la acogida y aportaciones, por ayudar a romper “el silencio atronador". Porque el mejor homenaje que podemos darles es seguir luchando por la justicia, por un mundo mejor y una sociedad más libre, justa e igualatiria ; la que ellos no pudieron conseguir”, manifestó.

Agur Jaunak al txistu de Maribi Arbe y Mari Jose Leotz y La Internacional y una ofrenda floral a los pies del panteón de los fusilados del cementerio, con sus nombres inscritos en la lápida que suman 57. Cinco rosas por ellos y una por todos los desaparecidos en esos montes.